El domingo 12 de enero, un episodio de violencia sacudió el sector de Marroquín II, en Cali (Valle del Cauca), dejando tres personas asesinadas en un ataque que, según las autoridades, estaría vinculado con venganzas entre grupos criminales.
Las víctimas, identificadas como Nohelia López, su hijo Juan Esteban López y María del Mar Mosquera, fueron las más recientes en una escalada de violencia que afecta al municipio de Buenaventura.
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El Puerto de Buenaventura, el principal complejo portuario marítimo de Colombia, es el epicentro de disputas entre organizaciones criminales que buscan controlar las rentas ilegales y los mercados ilícitos que ingresan por esta estratégica ubicación.
De acuerdo con la investigación, la masacre estaría relacionada con amenazas previas dirigidas contra Valentina Bedoya, una joven comerciante caleña de 24 años, propietaria de un local de cosméticos llamado Beautiful Products VL, ubicado en el barrio El Caney, al sur de Cali.
Además, las intimidaciones al parecer provenían de la familia de su exnovio, John Baker Arroyo Martínez, quien fue asesinado en 2023 y señalado como un excapo conocido como el “narco invisible” de Buenaventura.
Actualmente, Bedoya se encuentra en el exilio debido a los riesgos que enfrenta. Las autoridades han señalado que el ataque podría ser una represalia vinculada a la muerte de Arroyo Martínez.
Después de su relación con el narco, su familia ha enfrentado ataques
La vida de Valentina Bedoya López dio un giro drástico luego del asesinato de su expareja, un hombre relacionado con el narcotráfico, quien fue ultimado el 18 de julio de 2023 en un restaurante en Cota, Cundinamarca.
Según declaraciones de Bedoya a Telepacífico Noticias, la muerte de John Beicker Arroyo Martínez desencadenó una serie de represalias violentas contra su familia, incluidas amenazas y ataques que han cobrado la vida de varios de sus seres queridos.
El sujeto de 31 años fue asesinado en el exclusivo restaurante campestre Balsámico, en Cota, mientras compartía con su pareja y sus hijos. Según reportes policiales, sicarios lo siguieron desde Bogotá, donde se había radicado siete meses antes.
La necropsia reveló que recibió un disparo en la sien, mientras que cinco personas resultaron heridas en el ataque, entre ellas uno de sus hijos. Valentina Bedoya, quien estaba presente en el lugar, salió ilesa. “Yo vi cómo lo mataron delante de sus hijos. A mí no me pasó nada porque tal vez Dios me estaba protegiendo”, declaró.
El asesinato de Arroyo quedó registrado en expedientes judiciales como un caso relacionado con el narcotráfico. Según el diario El Tiempo, Arroyo era un supuesto empresario de Buenaventura, pero mantenía vínculos con actividades ilícitas.
En los meses previos a su muerte, intentó que Migración Colombia le levantara una restricción para salir del país, aparentemente con el objetivo de viajar a México, donde presuntamente tenía negocios.
De acuerdo con el testimonio de la joven, el entorno familiar de Arroyo la culpa por su muerte, lo que habría motivado una ola de violencia en su contra. Bedoya afirmó que no tuvo ninguna participación en los hechos que llevaron al asesinato de su expareja, pero aseguró que desde entonces su familia ha sido blanco de ataques sistemáticos.
“Quedaron con odio por la muerte de su hermano pensando que yo tenía un corazón para hacerle algo a esa persona”, expresó Bedoya.
Bedoya señaló a Álvaro Arroyo Martínez, alias Cristian, como responsable de las represalias. Álvaro es identificado como presunto cabecilla de Los Pescados, un grupo criminal que se relaciona con los Shottas, banda que disputa el control de las rentas ilícitas en Buenaventura.
La joven acusó a esta estructura de estar detrás del asesinato de su madre, Liz Angélica López, ocurrido el 16 de septiembre de 2023 en el local de cosméticos de la familia en Cali, así como de los recientes homicidios de otros miembros de su familia en el sector Marroquín II.
Por otro lado, se investiga si miembros de la Policía podrían estar protegiendo a los cabecillas de Los Pescados. Mientras tanto, los Shottas negaron su participación en los ataques contra la familia Bedoya.
Por último, la joven ha manifestado su intención de colaborar con la DEA para esclarecer los hechos y denunciar a los responsables de los ataques contra su familia.