En el corazón de la provincia de Hunan, en China, se alza la montaña de Tianmen, un imponente paraje natural que cautiva a miles de turistas cada año. Ubicada en el Parque Forestal Nacional Zhangjiajie, esta formación rocosa, con sus más de 1.500 metros de altura, es conocida como ‘La puerta del cielo’ gracias a un impresionante agujero natural que, moldeado por la erosión, evoca la imagen de un portal hacia los cielos. Este monumento natural se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de China, atrayendo a viajeros de todo el mundo por su singular belleza y su variedad de atractivos.
Así, de todos sus puntos de interés destaca uno en especial. Se trata del conocido como ‘El paseo de la fe’, una vertiginosa pasarela de cristal inaugurada en 2011. Esta se estableció en la parte oeste de la montaña, pero en el año 2015 fue extendida con una segunda pasarela en el este. Así, a día de hoy el viajero puede disfrutar de una de las experiencias más emocionantes del mundo: caminar sobre el vacío a 1.400 metros de altura.
Una experiencia única a más de mil metros de altura
Gracias a su majestuosidad y espectáculo visual, ‘El paseo de la fe’ se ha convertido en uno de los mayores atractivos de China. Desde su pasarela suspendida a 1.400 metros de altura, el viajero puede disfrutar de una imagen inolvidable de las montañas y el Parque Forestal Nacional Zhangjiajie. Así, a pesar de sus apenas 60 metros de longitud, la sensación de estar suspendido en el aire, con vistas panorámicas de las montañas y valles circundantes, ha hecho de esta atracción un imperdible para los amantes de la adrenalina.
Sin embargo, no todos los visitantes se atreven a recorrerla completamente, y muchos optan por apoyarse contra el acantilado para mitigar el vértigo. Además, en 2016, se añadió una tercera pasarela, la del ‘Acantilado del Dragón Enrollado’, que debe su nombre a su ubicación sobre la carretera de las 99 curvas. Este camino, de 100 metros de largo, permite observar el sinuoso trayecto desde lo alto, proporcionando una perspectiva única de este desafiante ascenso.
Pero estas no son los únicos pasos con los que cuenta el entorno, pues rodeando la montaña se puede disfrutar de otra pasarela colgante que se extiende a lo largo de 1,6 kilómetros, pero esta vez sin cristal. Este camino, construido sobre los muros verticales del acantilado, brinda una experiencia impresionante, aunque puede no ser recomendable para quienes sufren de vértigo.
A lo largo del recorrido, los visitantes pueden encontrar diversos puntos de interés, como el puente colgante que conecta dos picos de la montaña, el Templo de Tianmen, la escultura de Bai He, y el “Bosque de los deseos”, un espacio donde los viajeros pueden colgar cintas de colores y dejar sus anhelos.
Una imponente montaña que lleva al cielo
El nombre de Tianmen, que significa ‘Puerta celestial’ en mandarín, hace referencia a un agujero natural en la roca que se eleva 131 metros de alto, 57 metros de ancho y 60 metros de profundidad. Este fenómeno geológico, creado por la erosión a lo largo de millones de años, se considera el hoyo natural más alto de su tipo en el mundo. Para llegar a esta icónica puerta, los visitantes deben ascender por una empinada escalera de más de 800 peldaños, un esfuerzo que, realizado a un ritmo constante, suele tomar alrededor de 30 minutos.
De manera alternativa, quienes prefieren evitar el agotador trayecto a pie pueden optar por unas escaleras mecánicas que recorren el interior de la montaña y conducen a la base del agujero. Sin embargo, antes de emprender el ascenso, los viajeros deben recorrer una de las carreteras más singulares del planeta. Esta es la que da acceso a la montaña y recibe el nombre de carretera Tongtian, aunque se la conoce más por su apodo popular de ‘Las 99 curvas’.
Se trata de una serpenteante vía de 10 kilómetros que asciende desde los 200 hasta los 1.200 metros de altura. Con sus giros cerrados y empinadas pendientes, esta carretera ofrece una experiencia vertiginosa y, para muchos, inolvidable. No obstante, existe otra forma de acceder a la montaña y es a través de un teleférico que conecta el centro de la ciudad de Zhangjiajie con la cima de la montaña. Este teleférico, de más de siete kilómetros de longitud, brinda un recorrido de aproximadamente 30 minutos que asciende lentamente entre paisajes espectaculares y culmina con una subida especialmente empinada en el tramo final.