Escondida entre el millar de resultados, una de las mayores sorpresas que han dejado estas elecciones presidenciales ha salido de Starr County, en Texas. El condado fronterizo con México, en pleno Rio Grande Valley, es el más hispano de todo el país: el 97% de su población es latina. Y también era, hasta este martes, uno de los bastiones demócratas más confiables de la nación. No había votado por un presidente republicano en 132 años. Hasta que llegó la ola del gran retorno de Donald Trump y lo ha pintado de rojo por primera vez desde 1892.

Por todo el país, el republicano mejoró sus números en comparación a hace cuatro años, llevándose el voto popular por unos cinco millones de votos y convirtiéndose en el primer candidato de su partido en ganarlo en dos décadas. No es en vano que muchos analistas y aliados del presidente electo Trump han optado por describir su victoria como la “remontada política más grande de la historia”, fieles a su gusto por los superlativos. Pero el desenlace de la votación en Starr County tal vez sí se presta para ese tipo de lenguaje.

Trump ganó en este territorio, que tiene una población de casi 66.000 personas, con el 57% del voto; frente al 41% que se llevó Harris. Pero a pesar de la centenaria historia demócrata del condado que abraza una sección del río que separa Estados Unidos y México, las aguas venían cambiando desde que el empresario Trump decidió entrar en política hace nueve años y se convirtió en presidente por primera vez. Si en 2016 Hillary Clinton se impuso con un 79%, frente a 19% del republicano, cuatro años más tarde Joe Biden lo hizo con apenas el 52% contra el 47%.

Latinos votan en una estación de bomberos el día de las elecciones en Houston, Texas

Es un reflejo del giro a la derecha del electorado hispano en el sur de Texas. Desde hace varios años, toda la zona, que en su conjunto ha sido confiablemente demócrata durante toda la época moderna, ha ido adoptando posiciones más conservadoras. Las batallas a la Cámara de Representantes en los tres distritos del Rio Grande Valley, por ejemplo, solo se volvieron competitivas en los últimos dos ciclos electorales.

El tema que más preocupa a los ciudadanos de la zona es, naturalmente, la frontera. Es literalmente el paisaje que los acompaña día a día, pues la mayoría de los centros urbanos están pegados al río. Así que, frente a una crisis migratoria que los locales han vivido en carne propia, sus candidatos, de ambos partidos, han tomado nota. Aunque es difícil decir si el apetito por posiciones más duras en la frontera se debe a la crisis vista de cerca; o si es la perspectiva la que ha cambiado gracias al goteo incesante del virulento discurso antiinmigración que Donald Trump, si bien no ha patentado, sí parece haber perfeccionado.

ARCHIVO - Migrantes caminan junto a grandes boyas que se utilizan como barrera fronteriza flotante en el Río Grande, 1 de agosto de 2023, en Eagle Pass, Texas.

En todo caso, la tendencia, notada por los estrategas políticos, iluminó la zona en el tablero electoral de manera seria por primera vez hace unos años. En las elecciones de medio mandato de 2022, el Partido Republicano vertió bastante dinero en las carreras por los escaños del Rio Grande Valley, pero se enfrentaba a unos oponentes con raíces profundas y apenas se llevaron uno de tres. Por eso este año la batalla fue más modesta y Starr County ha mandado una vez más al demócrata Henry Cuéllar a Washington, que ha representado el Distrito 28 de Texas, que incluye al condado, desde 2002, a pesar de recientes y repetidas acusaciones de corrupción en su contra.

Pero las presidenciales son un juego aparte. Y en el condado más hispano del país, es inevitable leer los resultados en clave del voto latino. Visto así, los resultados son un poco, muy poco, menos sorprendentes. A nivel nacional, Trump casi ha cerrado la ventaja demócrata en este grupo, al reducir la brecha de 33 puntos a apenas 8. El avance entre los latinos ha sido especialmente pronunciado entre los hombres. Aunque hace cuatro años Biden ganó con el 59% de los votos de ese grupo, ahora Trump se ha impuesto sobre Harris por 10 puntos. Faltan muchas líneas de análisis para desmenuzar la cambiante cara de ese voto latino, pero no hay duda de que esa transformación también jugó un papel en el histórico resultado que ha teñido de rojo a Starr County.