Adsum ya hizo pie en la Luna. Todo salió como Eduardo Kac había planificado: su escultura de vidrio, parte de una serie que esta semana podrá verse en la feria ARCO Madrid, alunizó en perfecto estado el domingo, en Mare Crisium. El brasileño, uno de los artistas más reconocidos en usar biotecnologías y cuya obra se encuentra en los principales museos del mundo, había enviado al espacio desde la base de la NASA en Cabo Cañaveral su cubo de vidrio el 15 de enero, a bordo del módulo de aterrizaje Blue Ghost.
“No tengo palabras para describir esta emoción. Fueron seis años de gran trabajo. Esto significa un hecho cultural: el Mare Crisium donde está la obra, siempre se puede ver desde la Tierra”, cuenta a LA NACION. Y añade: “Es como si fuera una arqueología invertida. Los egipcios no hicieron sus creaciones para que las encontraran, sino que significaba otra etapa de la vida, otra dimensión. Nosotros encontramos esas maravillas después de siglos y gracias a eso conocemos su cosmovisión, su arte, su cultura. En mi caso, por el contrario, estoy poniendo allí la obra para que se encuentre. No sabemos cuándo lo harán”. En ese sentido, no es para nada caprichoso el título de su última creación: Adsum quiere decir “Aquí estoy”.
Kac tiene una fuerte certeza de que esta obra de arte es una acción concreta, no una mera reflexión conceptual. “Precipita un cambio cultural: la Luna deja de ser algo alejado y se acerca cada vez más al hombre. Vamos teniendo una sensación más intensa de conexión con el cosmos. Mirás el cielo y sabés que allí hay una obra hecha en la Tierra, con material que habita en la Luna”, reflexiona.
Adsum es una escultura híper pequeña, de forma cúbica, hecha de vidrio de un centímetro de lado, en cuyo interior se grabaron con láser símbolos, uno frente a otro, formando un poema espacial que puede leerse en cualquier dirección. El material con el que está hecha es capaz de soportar el frío y el calor extremos de la Luna.
En el cubo se pueden ver diferentes símbolos: el infinito, un círculo que representa la Tierra, otro que representa la Luna, y un reloj de arena con formas geométricas. Al dar vuelta el cubo las formas se superponen y se pueden ver de diferentes maneras.
En paralelo al desarrollo de esta hazaña, en la feria de arte contemporáneo ARCO de Madrid, que abre sus puertas mañana, se venderá una pieza de la serie (son cinco en total y una ya tiene dueño) que viajó a la Luna y tres dibujos sobre papel. Se encuentran en el stand de la galería Henrique Faria Fine Art, de Nueva York.
Kac no es el primero ni probablemente será el último en mandar su arte al espacio exterior. También hicieron envíos a la Luna Jeff Koons, quien junto a un archivo digital del conocimiento humano mandó 125 esculturas pequeñas del satélite, y el coleccionista Samuel Peralta, de Toronto.