Un evento por las celebraciones del Carnaval Artesanal de Lincoln, considerado uno de los más tradicionales del país, se vio envuelto en una polémica tras la viralización del desfile de un auto con grafitis que, según una denuncia penal, hacían apología de la pedofilia. El hecho ocurrió el sábado pasado a la noche en la localidad de Roberts, partido de Lincoln, provincia de Buenos Aires, en medio de una celebración local previa al comienzo oficial del Carnaval, que inaugurará el 22 de febrero próximo en la ciudad cabecera del municipio.

Marcha pedófila en Lincoln

En medio del desfile de Roberts, al que asistieron centenares de familias de la localidad y de otros pueblos vecinos, se vio pasar un auto verde y blanco intervenido con aerosoles, con inscripciones como “Aguanten las menores”. Sobre el techo del vehículo había dos hombres con sus rostros tapados, uno de ellos enfundado en un vestido y con sombrero, que, a medida que el auto avanzaba, saludaba al público y se levantaba la prenda para mostrar su ropa interior.

El vehículo hizo dos pasadas durante el desfile del sábado pasado en Roberts

A pie, acompañando al vehículo, avanzaba una decena de hombres con máscaras. “No les puedo reproducir lo que dice el auto, lean ustedes. Vayan prestando atención a lo que dice”, comentaba al micrófono y entre risas, la locutora del evento, mientras el vehículo desfilaba por la calle. El grupo hizo dos pasadas, al igual que la otra decena de comparsas y carrozas que participaron.

El vehículo no fue detenido durante el desfile. Su presencia levantó revuelo al día siguiente, con la difusión de los videos en las redes sociales, y tras los mensajes de repudio que comenzaron a compartir los vecinos y algunas asociaciones civiles locales y nacionales.

Al día siguiente del desfile, la Municipalidad de Lincoln y la comisión organizadora del Carnaval publicaron un comunicado en el que criticaron “las manifestaciones totalmente desagradables y fuera de lugar”. Además, se radicó un denuncia penal por apología de pedofilia. Actualmente, indicaron fuentes municipales, la Justicia investiga si se cometió o no un delito. También se prohibió la participación de este vehículo en la segunda noche del festival. Durante esa segunda noche, la locutora leyó en voz alta un pedido de disculpas de los participantes, quienes afirmaron que se trató de una broma.

Los voceros de la intendencia consultados por LA NACIÓN no confirmaron el número de participantes, pero sí afirmaron que todos son vecinos de Roberts y que algunos de ellos son menores de edad. Quien conducía el auto tiene 18 años.

En cuanto a la inscripción de este vehículo en el desfile, informaron que fueron registrados por una comisión de Roberts, aunque afirmaron que, al ser un festival vecinal, en estos casos la inscripción no requiere que los participantes avisen previamente sobre la temática de su comparsa.

“Solo los inscriben para que tengan un orden de pasada. A diferencia del Carnaval de Lincoln, que tiene sede en la ciudad cabecera, en estos corsos de las distintas localidades no hay un sistema de competencia ni motivos enumerados“, explicaron desde la Municipalidad, y mencionaron que en estas pequeñas celebraciones locales, la Agencia de Carnaval de la intendencia solo participa regulando el tránsito y colaborando con la logística.

Dos de los participantes que acompañaban al pie el vehículo

“Obviamente esto se pasó de raya. Los que iban en ese motivo nunca pensaron la locura que estaban haciendo, y nadie de los que estaba en el corso tuvo el rapto de lucidez para decir: ‘esto es una locura’”, sumaron.

Entre las agrupaciones locales que expresaron su repudio, la Asociación de Mujeres Empoderadas de Lincoln fue taxativa: “El abuso sexual no es gracioso, mucho menos, un juego. Es un delito y debe sancionarse como tal, bajo la determinación de la justicia, bajo la ley. Que esta atrocidad no quede impune”, reclamó en su cuenta de Instagram.

La intendencia escribió en su comunicado: “Bajo ningún aspecto, la organización del Carnaval limita la participación ni censura las expresiones de quienes forman parte de este festejo popular que, justamente por su condición, debe vivirse como una fiesta masiva, alegre y armónica. No obstante, bajo ningún modo se avalan los comportamientos o mensajes pasibles de constituir delitos, atentar contra las normas sociales, los valores de una comunidad, el respeto por la diversidad y la corresponsabilidad de los cuidados de los vecinos”.

Mencionaron también que el Carnaval Artesanal de Lincoln, como máxima fiesta nacional del distrito y de sus localidades, ha dado en el último tiempo “pasos en pos de incorporar la perspectiva de derechos humanos, el respeto a la diversidad sexual y de género, y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad”. Entre estas medidas se encuentra la la reconversión de la figura de “Princesa” del carnaval en “Embajadora”.