El Servicio Secreto de Estados Unidos confirmó la presencia del presidente Donald Trump en el Super Bowl LIX, lo que convertirá al republicano en el primer mandatario en funciones en presenciar en vivo el gran evento deportivo. Lejos de ser una sorpresa, su vínculo con el fútbol americano se remonta a 2014, cuando intentó comprar un importante equipo de la National Football League (NFL) tras la muerte de su fundador.
Los detalles de la compra fallida de Donald Trump: intentó adquirir Buffalo Bills, de la NFL
En 2014, Trump quiso adquirir los Buffalo Bills tras la muerte de su fundador, Ralph Wilson. En específico, ofreció 1000 millones de dólares en efectivo. Incluso llegó a posicionarse como uno de los tres finalistas para la adquisición de la franquicia, pero su propuesta generó dudas en la NFL.
Según la información de Associated Press, las razones incluyeron su pasado como dueño de casinos y su papel en la demanda antimonopolio de la Liga de Fútbol Americano de Estados Unidos (USFL, por sus siglas en inglés) contra la NFL en los años 80.
“Trump tiene pocas posibilidades de ser aprobado. Dicho esto, su fuerte muestra de apoyo no perjudica el proceso”, escribió el entonces ejecutivo de Morgan Stanley, K. Don Cornwell, a sus colegas en abril de 2014.
Por su parte, Jeffrey Holzschuh, otro ejecutivo de Morgan Stanley, afirmó: “Probablemente, tenga el dinero”. Sin embargo, señaló que era difícil conocer con certeza la realidad financiera del magnate.
La NFL y los bancos que gestionaban la venta cuestionaron tanto la liquidez de Trump como su capacidad para obtener los votos necesarios de los dueños de equipos. A pesar de esto, los banqueros mantuvieron al empresario en el proceso y le permitieron avanzar en la etapa inicial de la venta.
La competencia de Trump por la compra de Buffalo Bills
Además de Trump, el proceso de venta incluyó a otros dos finalistas: el matrimonio compuesto por Terry y Kim Pegula, propietarios de los Buffalo Sabres de la NHL, y un grupo liderado por Jon Bon Jovi, asociado a Maple Leaf Sports & Entertainment.
Finalmente, los Pegula adquirieron el equipo por US$1400 millones, que superó la oferta de Trump. Según Michael Cohen, abogado del presidente en ese entonces, Trump no estaba dispuesto a pagar más del valor de mercado, que se estimaba en US$870 millones.
Cohen también aseguró que el republicano era serio en su intención de mantener a los Bills en Buffalo. En una carta de oferta inicial, indició que su fortuna superaba los US$8000 millones. Sin embargo, ocurrió un problema durante las negociaciones.
En ese sentido, Cohen comentó que el empresario no presentaría documentos financieros completos sobre su patrimonio hasta ser confirmado como “el postor final”. En su lugar, entregó una de las listas de celebridades adineradas de la revista Forbes.
En 2016, Trump declaró que, de haber comprado a los Bulls, probablemente no habría optado por postularse a la presidencia: “Si compraba ese equipo, no estaría haciendo lo que hago ahora”.
La conexión con el pasado de Trump en la USFL
Antes de intentar ingresar a la NFL, Trump fue propietario de los New Jersey Generals en la USFL durante los años 80. En ese entonces, lideró una demanda de la liga rival contra la NFL por monopolio, que terminó en una victoria simbólica de solo tres dólares en daños.
Su decisión de enfrentar directamente a la NFL, al cambiar la temporada de la USFL al otoño boreal, contribuyó al colapso de esa liga menor de fútbol americano.