En los últimos tiempos fuimos testigos de una tendencia muy particular: ciertas plantas de la huerta, como los repollos y los alcauciles, dejaron de ser cultivados sólo para usar como ingredientes de cocina y se convirtieron en verdaderas estrellas por su valor ornamental.

Con sus formas fascinantes y colores atractivos, estas hortalizas no solo son nutritivas, sino que también añaden un toque original y elegante a cualquier espacio, ya sea dentro de la casa o en los canteros.

Si pensabas que las flores tradicionales eran las únicas protagonistas en la decoración, es momento de repensarlo

Con sus formas aglobadas y sus colores vistosos, los repollos añaden un toque original y elegante a cualquier espacio

Obra de arte natural

Los repollos, por ejemplo, tienen una estructura en capas que parece una obra de arte natural. Sus tonos, que varían desde el verde intenso hasta el púrpura profundo, pueden complementar cualquier estilo decorativo, desde el rústico hasta el más moderno.

El alcaucil, con su forma escultural, sus flores violáceas y espinas dramáticas, puede ser un punto focal tanto en un arreglo floral como en un cantero de flores.

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El alcaucil funciona como un punto focal tanto en un arreglo floral como en un cantero de flores

La tendencia de incorporar vegetales en la decoración nos recuerda la conexión entre la naturaleza y el hogar

Al elegir plantas de la huerta como elementos decorativos, no sólo embellecemos nuestro espacio, sino que también promovemos un estilo de vida más sostenible.

¿Cómo usarlos en el jardín?

Los repollos se pueden plantar en grupos, logrando un efecto de formas y colores muy llamativo. Los alcauciles se destacan como protagonistas únicos por su follaje recortado grisáceo y su forma particular. Sus pimpollos y flores son muy ornamentales si se los deja desarrollar.

Si se deja desarrollar el alcaucil, se obtiene una flor muy decorativa similar a la del cardo

El repollo es una planta anual que alcanza una altura de 50cm aproximadamente. Sus hojas de color verde claro o morado, según la variedad, se van arrepollando hasta conseguir su particular forma.

El alcaucil llega a medir 1,20 metro de altura y es de follaje grisáceo, bien recortado, muy decorativo; florece en primavera con flores similares a las del cardo, de color lila.

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El alcaucil llega a medir 1,20 metro de altura y es de follaje grisáceo, muy decorativo

¿Qué necesitan?

Las dos especies necesitan sol, como la mayoría de los cultivos de la huerta. El repollo requiere suelos sueltos y abonados, además de riegos profundos. Se siembra en almácigos a finales del verano o en otoño y se cosecha unos cuatro meses más tarde.

Los alcauciles también necesitan suelos fértiles, no soportan encharcamientos y se siembran en almácigos a finales del verano o se dividen sus matas, separando los hijuelos de la planta madre. Se cosechan a los cuatro meses de la siembra.