MAR DEL PLATA.– El arquitecto y el contratista acusados por las obras que ejecutaban en días anteriores al derrumbe del Apart Hotel Dubrovnik, que en Villa Gesell provocó ocho muertes, fueron excarcelados en las primeras horas de la tarde y con esta medida judicial ya no quedan detenidos en esta causa.
Jorge Bonavita, que sería el profesional que ordenaba el proyecto de obra, y Rubén Taquichiri, encargado de ejecutarla, están imputados del delito de estrago doloso agravado por muerte al igual que dos albañiles y sus dos capataces, que fueron los primeros en ser aprehendidos cuando se inició esta investigación. Todos ahora están en libertad.
La resolución la firmó el juez de Garantías N°6 de Villa Gesell, David Mancinelli, y fija las mismas condiciones que para el resto de los señalados como supuestos responsables de esta tragedia: no podrán salir del país y deberán presentarse en una sede policial de su jurisdicción, al menos una vez al mes.
Esta novedad llega mientras continúan los trabajos de remoción de escombros, ya sin la urgencia de rescatar a las personas que habían quedado atrapadas cuando se vino abajo una torre de apartamentos de 10 pisos que estaba en el fondo del lote que ocupaba este establecimiento hotelero, en Calle 1 entre Paseo 103 y Avenida Buenos Aires.
Ayer por la tarde se pudo rescatar el octavo y último cuerpo. Correspondía a Dana Desimone. Antes, en un proceso que llevó casi diez días, encontraron muertos entre restos de la construcción a Federico Ciocchini, Rosa y Nahuel Stefanic, Mariano Troiano, Ezequiel Matu y Matías Chaspman. La única sobreviviente es María Josefa Bonazza, de 79 años, que hoy recibió el alta médica y ya se recupera de lesiones en su domicilio particular, en la ciudad de Balcarce.
La última desaparecida
La confirmación del hallazgo del cuerpo de Desimone llegó a media tarde de ayer luego de ampliar el radio de búsqueda frente a la ausencia de los primeros resultados. Habían llegado a ingresar incluso a la habitación que ella ocupaba allí, donde residía y realizaba tareas administrativas.
En medio de la búsqueda de Dana se había dado una situación particular que, en el marco de tanta desolación por los resultados que se venían dando, habilitó aplausos y algunas sonrisas: los bomberos encontraron a una gata, golpeada pero con vida. Se supo luego que la llamaban Kiara y era de Nahuel Stefanic, que también vivía en el hotel con su tía, Rosa.
Dana se había instalado en la costa durante los últimos años, luego de salir de su pequeño pueblo con destino al Gran Buenos Aires. En ese recorrido avanzó con conocimientos de pastelería y montó un emprendimiento que luego buscó desarrollar en la costa, desde Villa Gesell.
Aquí tomó contacto con los Stefanic. Si bien se la señala como novia de Nahuel, algunos de sus familiares niegan ese vínculo y aseguran que solo compartían el mismo espacio de vivienda y de trabajo. A los dos se los menciona en la causa judicial que investiga responsabilidades en el derrumbe. Obreros afirman que el joven solía recibir o encargar materiales, también realizar pagos. Y que a ella le presentaban también algunos comprobantes de gastos operativos.
La lista de desaparecidos había presentado dudas iniciales para los responsables del operativo de búsqueda y rescate. Durante esos primeros pasos se reconocían siete personas que se alojaban esa noche en el Dubrovnik y no habían logrado salir tras el derrumbe. Pero no descartaban que pudieran ser nueve, en función de la rotación de obreros que tenía el plan de mejoras en curso, con trabajadores que eran de otras localidades y pernoctaban allí.
Fue con la presencia y el reclamo de los familiares de los desaparecidos como se definió este listado definitivo de siete personas buscadas. Otras dos víctimas que tuvo el derrumbe vivían en un departamento de un edificio lindero, impactado por los restos de los pisos superiores de la torre de diez pisos. Eran Ciocchini, que murió, y Bonazza, la única sobreviviente.