Kilómetros y kilómetros de nada. De un sol ardiente que realza el brillo de la arena. Es el desierto de Arabia Saudita, en la zona de Al Ula. Una ciudad antigua enclavada en el oeste del país, contra el Mar Rojo, sobre la antigua ruta del incienso. Calor de día, frío de noche. Y un viento leve que pule desde hace miles de años los contornos de las gigantescas rocas. UNESCO puso su atención allí, especialmente en las tumbas de Hegra, y declaró patrimonio de la humanidad al lugar.

El vínculo de la región con el caballo es milenario. Sin embargo, jamás antes de 2019 hubo polo. El rigor del clima hace que no exista el tono verde; todo es amarillo, ocre. Hasta que ese año afloró el proyecto de llevar el deporte equino. No sobre pasto, sino sobre arena, la única superficie posible. El espectáculo se adaptó a las particulares condiciones: se construyó una cancha reducida, una pelota plástica reemplazó a la bocha de madera, y con tres integrantes por equipo, a jugar. A exhibir ante los sauditas la disciplina que domina Argentina. Y mediante el polo, a mostrar al planeta las bondades de Al Ula, decidida a posicionarse como un destino turístico exótico, con variadas alternativas diurnas y nocturnas.

Como es de esperar en el desierto saudita, se juega sobre arena, y por ende, con una pelota plástica, en una cancha más chica y con tres polistas por equipo; a la gente la atrajo de todas formas ese tipo de enfrentamiento.

Para llamar la atención del mundo, atestado de fantásticos lugares, a las autoridades se les ocurrió el polo como vehículo, y si ese era el elemento de seducción, la persona ideal para su promoción era Adolfo Cambiaso. Fueron a buscarlo y sellaron una alianza estratégica a largo plazo. “Somos unos privilegiados al contar con La Dolfina y la familia Cambiaso para el Desert Polo y la difusión de este deporte”, subrayó Amr Zedan, presidente de la Federación Saudita de Polo, apuntando a convertir a la ciudad en un lugar de referencia para actividades ecuestres. “Es un honor que hayan pensado en La Dolfina para difundir el polo en Al Ula. El evento es increíble. Cuando vinimos para el primer torneo, nos deslumbramos por el paisaje espectacular de Hegra y nos impactó el desierto”, comentó Adolfito, embajador global de Al Ula.

Al Ula se promociona como un destino turístico de multiples atracciones, tanto dirunas como nocturnas; los safaris por el desierto, como el que realizaron los Cambiaso, son una salida interesante.

En 2019 estrenaron las exhibiciones de polo los miembros del entonces campeón del Argentino Abierto: Cambiaso, David Stirling, Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero. La pandemia interrumpió la actividad, que se reanudó tras el alta sanitaria, y este sábado concluyó la cuarta versión del Desert Polo Al Ula. Ganó el equipo Richard Mille, integrado por Pablo Mac Donough, la británica Clare Milford Haven y el egipcio Mohammed El Sewedy.

El acuerdo firmado por el crack de Cañuelas sella la alianza entre la comisión real de Al Ula, apoyada por la federación, y La Dolfina. El objetivo primordial es desarrollar el polo y por eso Adolfito viaja cada enero. En este caso lo hizo con sus hijos mayores, Mia y “Poroto”, líderes de otros dos conjuntos de los seis que actuaron en 2025.

La familia Cambiaso completa: Mia, que integró un equipo;

“Estoy muy contento de volver a Al Ula. Me gusta el clima, aunque de noche se ponga fresco. El lugar, rodeado por piedras, es increíble. Y jugar con amigos y con mi papá y mi hermana es muy lindo. El torneo es importante. Yo invitaría a la gente a venir. Pasamos unos increíbles días de polo”, celebró Poroto, cuyo equipo, Bentley (marca británica de automóviles de lujo) finalizó tercero y se completó con la productora estadounidense de cine Sarah Siegel Magness y el sultán saudita Khalid al-Faisal.

La marca británica de automóviles de lujo Bentley fue patrocinadora y uno de los conjuntos, el de Poroto Cambiaso, llevó su nombre; llamativa escenografía para semejante coche...

El certamen duró dos días. Durante el primero, este viernes, hubo un round robin de partidos de dos chukkers de cuatro minutos y se determinó el primer finalista: Ikmah, con Ignacio Figueras, la profesional tailandesa Ploy Bhinsaeng y el príncipe Hamza bin Abbas. Dabas, de Mia Cambiaso, y Al Ula, de Adolfito, quedaron eliminados. A continuación, Richard Mille pasó a la final, por el otro grupo, al superar a Bentley, de Poroto, y a Budget, de la inglesa Milly Hine. El sábado, en el encuentro definitorio, el terceto de Mac Donough se impuso al de Figueras por 8 a 6 y se quedó con la copa.

Como cara más visible del polo mundial, Adolfo Cambiaso fue elegido para ser embajador global de Al Ula; desde hace seis años el líder de La Dolfina está asociado con la comisión real de ese sitio saudita.

El acontecimiento global es lo que cuenta de Al Ula. El impacto que genera en el mundo del polo y su repercusión en el turismo. Como hecho deportivo llama la atención sólo por su colorido y la espectacularidad de la escenografía. El campo reducido y la superficie blanda le quitan velocidad. No hay corridas y las habilidades se diluyen en la arena, pero el público disfruta de todas maneras.