El aplazamiento de último momento de los aplastantes aranceles estadounidenses a Canadá se produjo después de que el primer ministro Justin Trudeau revelara una serie de medidas destinadas a controlar el tráfico de fentanilo, una razón clave que el presidente Trump ha citado para querer imponer gravámenes.
El fentanilo ha inundado el suministro de drogas de Norteamérica durante la última década, matando a decenas de miles de personas en Canadá y Estados Unidos, y generando enormes ganancias para las organizaciones delictivas que utilizan conocimientos básicos de química, equipos improvisados y laboratorios caseros para producir millones de dosis.
Trump ha hablado repetidamente del fentanilo como una importante amenaza para la salud pública de los estadounidenses y responsabiliza a México y Canadá de permitir la entrada de la droga en Estados Unidos. Pero el año pasado, menos del 1% del fentanilo que llegó a Estados Unidos procedía de Canadá.
De hecho, el fentanilo es una amenaza igual de grave para la salud pública en Canadá, donde algunos días mueren más canadienses que estadounidenses por sobredosis de opiáceos, según las autoridades.
El número de grupos de delincuencia organizada que fabrican fentanilo en Canadá sigue creciendo, y las autoridades canadienses han descubierto vínculos entre los cárteles de la droga mexicanos y algunos grupos delictivos nacionales implicados en la producción de la droga.
En los últimos seis años, la policía canadiense ha desmantelado 47 laboratorios de fentanilo, incluido el mayor de la historia el año pasado en Columbia Británica, dijeron funcionarios del gobierno. Ese laboratorio tenía material suficiente para producir 96 millones de dosis de opioides.
Cómo entra el fentanilo canadiense en Estados Unidos
El año pasado, se interceptaron unos 19 kilogramos de fentanilo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, frente a casi 9.600 kilogramos en la frontera con México, donde los cárteles producen la droga en masa, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
“No hay pruebas ni datos, o estos son muy limitados, procedentes de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en Estados Unidos o Canadá que respalden la afirmación de que el fentanilo producido en Canadá es una amenaza cada vez mayor para Estados Unidos”, dijo Marie-Eve Breton, portavoz de la Real Policía Montada de Canadá.
Trump ha dicho que el fentanilo incautado en la frontera norte podría matar a 9,5 millones de estadounidenses, pero los expertos en salud han evitado definir una dosis letal de cualquier opioide porque puede depender de muchas condiciones, como el nivel de tolerancia de un consumidor de drogas o la forma en que se administra el fentanilo.
El fentanilo canadiense que llega a Estados Unidos suele venderse en la web oscura y enviarse por correo, dijo Breton.
En un caso ocurrido el año pasado, un hombre de 43 años de Toronto fue acusado de una decena de delitos de tráfico de estupefacientes, acusado de enviar paquetes de drogas que contenían pequeñas cantidades de fentanilo a Nueva Jersey, según la fiscalía de ese estado. Los fiscales federales lo calificaron de “vendedor prolífico de fentanilo en la web oscura”.
Un gramo de fentanilo en polvo puede alcanzar hasta 240 dólares canadienses en la calle, o unos 170 dólares estadounidenses, y las pastillas pueden llegar a costar 40 dólares canadienses cada una, o 28 dólares estadounidenses, según la policía canadiense.
La cuestión de los envíos de droga en paquetes enviados por correo se centra principalmente en China. Una norma comercial conocida como de minimis permite a las empresas enviar paquetes desde China por valor inferior a 800 dólares sin pagar derechos, impuestos ni tasas. Su contenido no tiene que aparecer listado y está sujeto a menos inspecciones.
El pasado mes de abril, un informe del Comité Selecto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el Partido Comunista de China pidió que se reformara la norma comercial para hacer frente a la vulnerabilidad de Estados Unidos al tráfico de drogas por correo.
El sábado, Trump firmó una orden ejecutiva que eliminaba las exenciones comerciales sobre ese tipo de paquetes procedentes de China y Hong Kong.
La principal droga que exporta Canadá a Estados Unidos es la MDMA, o éxtasis, según un informe de la Casa Blanca de 2022 en el que se expone la estrategia antinarcóticos de la frontera norte.
Un ‘zar del fentanilo’ dirigirá la respuesta de Canadá
En respuesta a las amenazas arancelarias de Trump, Canadá dijo que nombraría un nuevo “zar del fentanilo” para supervisar los esfuerzos del país en la frontera.
Su función consistirá en supervisar la coordinación entre la agencia fronteriza, las fuerzas de seguridad, los fiscales, la agencia de salud que regula las importaciones de drogas y los departamentos de asuntos globales, dijo David McGuinty, ministro federal de Seguridad Pública, durante una visita a un paso fronterizo en Manitoba el martes.
“Vamos a luchar a brazo partido contra este azote del fentanilo”, dijo McGuinty.
El gobierno ya ha desplegado 60 drones adicionales de fabricación estadounidense en la frontera, dos helicópteros Black Hawk y equipos caninos adicionales, y tiene previsto destinar 10.000 “efectivos de primera línea” a la frontera. Los esfuerzos para ampliar la dotación de personal en la frontera se enmarcarán en un plan de gastos de 1300 millones de dólares canadienses, o 900 millones de dólares estadounidenses.
La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá tiene una plantilla de 8500 funcionarios de primera línea en sus 1200 puertos de entrada, incluidos aeropuertos y puertos.
Otros esfuerzos para atajar la crisis del fentanilo incluyen el apoyo para recabar datos de inteligencia, respaldado por una inversión de 200 millones de dólares canadienses, y la inclusión de los cárteles de la droga en la lista de organizaciones terroristas de Canadá, lo que dará al gobierno más poder para “rastrear el dinero, seguir los activos y desbaratar las actividades de los cárteles”, dijo McGuinty.
Los grupos delictivos canadienses están fabricando más fentanilo
Unos 100 grupos de delincuencia organizada están implicados en la producción de fentanilo, más de cuatro veces los que había en 2022, según informes de la agencia de inteligencia financiera de Canadá.
La mayoría de las sustancias químicas utilizadas para sintetizar fentanilo, conocidas como precursores, se pueden importar legalmente porque tienen usos industriales válidos, pero están sujetas a un mayor escrutinio por parte de la policía y de la agencia de salud de Canadá, que regula las sustancias controladas.
Los precursores se envían principalmente desde China a los puertos de la costa del Pacífico en Columbia Británica.
Aunque México no es una fuente importante de fentanilo o precursores en Canadá, la policía de Columbia Británica dijo que el laboratorio de fentanilo a gran escala que desmantelaron mostraba conexiones con los cárteles mexicanos. Ese laboratorio utilizaba un método de producción de drogas preferido por los cárteles mexicanos para fabricar una droga sintética especialmente potente.
El fentanilo está matando canadienses a un ritmo alarmante
Los opiáceos han matado a unos 49.000 canadienses desde 2016, y la mayoría de las muertes se han producido en Columbia Británica, donde la mayoría de las zonas de la provincia tienen una tasa de más de 50 muertes por cada 100.000 habitantes, comparable a las tasas de algunos estados de Estados Unidos.
“En algunos momentos, en Canadá, según la población per cápita, hay más canadienses que mueren por fentanilo que estadounidenses que mueren por fentanilo, un punto que le dejamos muy claro a la Casa Blanca”, dijo McGuinty, ministro de Seguridad Pública.
La epidemia en ambos países se ha visto impulsada por la aparición del fentanilo, que es muy rentable, fácil de producir y extremadamente potente.
Vancouver, la zona cero de la crisis de opioides de Canadá, ha sido pionera en métodos para abordar los daños a la salud pública causados por la drogadicción, incluida la despenalización, pero recientemente han provocado reacciones políticas contrarias a medida que la crisis se ha agravado.
© The New York Times 2025.