POSADAS, Misiones.- Hace quince años, Gabriel Montiel y sus dos socios en la empresa Seguridad Misiones compraron una chacra a 40 kilómetros de esta ciudad con el propósito inicial de tener un lugar para descansar, hacer reuniones y asados con los amigos y la familia. El predio que eligieron era ideal para ese fin: vista privilegiada a las sierras del Sur de Misiones, terreno de suaves ondulaciones, árboles y aire fresco. La tierra era pedregosa, pero no importaba mucho porque nadie pensaba en la explotación del campo.

Sin embargo, la idea original no iba a tardar en transformarse por el espíritu siempre inquieto de Montiel, que casi sin conocimientos empezó a meterse en el mundo de la crianza de ovejas. Se trata de una producción que, en ese entonces, era muy extendida en la vecina Corrientes, pero casi inexistente en Misiones, donde algunas chacras solían tener pequeñas majadas para consumo familiar.

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Todo eso cambió desde que irrumpió en la actividad Montiel y los dos amigos con quienes fundó hace 30 años una de las empresas de seguridad más reconocidas de Misiones: Juan Nazer y Santiago Tracy Gómez.

Hoy, Cabaña La Armonía es una referencia ineludible en el cada vez más importante mercado de ovinos en la tierra colorada. Y Montiel una locomotora que impulsa no solo por su establecimiento, sino porque promovió esta forma de producción para que se extendiera a cientos de campos en el sur y el centro de la provincia. Tampoco ahorró esfuerzos para generar una demanda y crear un hábito gastronómico entre los posadeños por la carne de cordero. Entre otras iniciativas, lanzó un restaurante en la chacra que hoy es todo un éxito. Es casi imposible conseguir mesa si no se reserva con antelación.

El restaurante se convirtió también en un boom del mini turismo. Montiel también convenció al gobernador Hugo Passalacqua para que construyera un frigorífico para ovinos de manera que los productores dejaran de carnear las ovejas abajo de un árbol, costumbre que igual se resiste a desaparecer.

También organizó los primeros remates que fueron creciendo y ya empezaron a realizarse en la zona centro de Misiones, a donde se va extendiendo la actividad ovina en las chacras dedicadas a la yerba y al tabaco que buscan siempre producciones alternativas. Hoy Misiones tiene un stock de 23.000 ovinos, de los cuales 1200 son de La Armonía, que fue creciendo y alquilando campos aledaños. Hace cuatro años fundó la Sociedad Misionera de Ganado Menor, que aglutina cada vez a más productores de ovinos en la tierra colorada. También cobija a los productores de cabras, caballos y cerdos.

“Empezamos buscando una quinta, un poco más de verde para descansar, nunca imaginamos que terminaríamos en esto”, relató Montiel a LA NACION, sobre el predio de 50 hectáreas donde todo comenzó.

Montiel, a la izquierda, durante una competencia en la Rural

Montiel, que se levanta todos los días antes del amanecer y no duerme más de cuatro horas, siempre está buscando desafíos. Por ejemplo, está participando en el proyecto de diseño y construcción del Waman, un avión liviano “made in Argentina” que se está construyendo en Santa Fe, donde comparte sueños junto a otros cinco socios.

Vacas, no

“Primero pensé en poner vacas, pero acá no entraban muchas y la tierra acá es un pedregal, porque son las estribaciones del macizo de Brasilia. Pero había una veintena de ovejas que dejó el anterior dueño y ahí se me ocurrió seguir con eso, no sabía nada de ovejas”, señaló Montiel.

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La cría de ovejas quintuplica la cantidad de animales por hectárea que se pueden criar, algo clave en Misiones que es la provincia con mayor cantidad de chacras pequeñas del país. “Necesitamos 2,5 hectáreas para una vaca y en ese espacio pongo 15 ovejas”, explicó. En algunas regiones como la Patagonia o la zona de Curuzú Cuatiá (Corrientes), la lana es el subproducto más rentable del ovino, pero en otros lugares lo más buscado es la carne. Como es el caso de Misiones.

Una vista de la estancia donde se hace la producción ovina

El mercado interno de la carne de cordero en Misiones demanda 4000 animales al año, pero para Montiel si cada misionero incrementa un poco más el consumo de esta carne, la demanda puede dispararse con facilidad.

Si bien no tenía conocimientos de la actividad ovina, la familia materna de Montiel tenía extensos campos en San José, a unos kilómetros de La Armonía. Cultivaban también té y eran dueños de la marca “Punta de Oro” de la infusión.

Montiel, en el centro. El productor invirtió para hacer crecer la actividad

“Yo me crie en el campo”, dice este militar frustrado, que eligió como amigos y socios a dos que sí fueron oficiales del ejército. Nazer fue subteniente en la guerra de Malvinas y fue triplemente herido en la batalla del cerro Dos Hermanas, capturado prisionero y luego condecorado.

Tracy también fue oficial del ejército y falleció hace dos años tras una larga enfermedad. A ninguno de los dos les llamó la atención la cría de ovejas, pero siempre confiaron plenamente en la pasión de Montiel por esta iniciativa donde se nota a simple vista que se invirtió. La última adquisición es una máquina importada de Australia para enrollar forraje.

“Hoy estamos buscando el equilibrio, no ganamos dinero. La Armonía es un proyecto a largo plazo y venimos con dos años de desvío respecto a nuestras previsiones originales. Pero claro, estamos en la Argentina y dos años de desvío es algo aceptable”, afirmó.

Se publicó originalmente el 26 de enero de 2022