Villa Tulumba es una de las localidades más visitadas del norte Cordobés.

Al norte de Córdoba, Villa Tulumba festeja. Tras representar a la Argentina en el concurso internacional Best Tourism Villages, ganó. Organizado por la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo, el certamen premió a los pueblos más lindos del mundo teniendo en cuenta su impronta rural y tranquila. Villa Tulumba, en Córdoba, fue uno de los elegidos, junto a tres pueblos, también argentinos, más: Gaiman y Trevelin, en Chubut; y Caviahue Copahue, en Neuquén.

Casa Anzaluzía es la mejor opción para hospedarse en Tulumba y alrededores.

Adoquinada y afarolada, Villa Tulumba es una localidad netamente colonial. Desde la capital cordobesa se llega por la RP 16, después de subir por la RN 9. Próxima a Santiago del Estero, en el camino de acceso se observa el monte achaparrado y las espinas que están más allá de los cactus. “Tulumba es un museo a cielo abierto”, asegura la guía Argentina Ramírez. “Carlos IV de España la declaró villa el 3 de octubre de 1803, pero los españoles estaban acá desde antes. Era el centro comercial, social y eclesiástico más importante de Córdoba. Muy cerquita pasaba el Camino Real”, comenta y habla de un primer habitante, Antonio de Ataide, cordobés –hijo de portugueses–, que se instaló en 1672.

Las calles del pueblo están plagadas de detalles.La iglesia Santísima Virgen del Rosario de Tulumba fue inaugurada por fray Mamerto Esquiú en 1892.

En relación a su nombre, nadie por acá nadie puede aseverar con certeza qué quiere decir Tulumba. Sí se enorgullecen de un spot clásico para conocerla, porque la localidad tiene las cuatro esquinas del cruce de la Calle Real –antes Sarmiento– con la Calle de la Iglesia. Al caminar sus calles, hay también un pórtico de la que fue la casa de la familia Reynafé, autores intelectuales del asesinato de Facundo Quiroga.

Junto a las ruinas de la antigua capilla, está la iglesia de la Santísima Virgen del Rosario de Tulumba, que inauguró fray Mamerto Esquiú en 1892. De estilo neorrománico, tiene un retablo de cedro dorado a la hoja, con angelitos de rasgos aborígenes. No pasa inadvertida la cúpula, con frescos a modo diamantino de Martín Santiago, discípulo de Fernando Fader. Entre los tesoros que guarda la sacristía hay, igual que en Santa Catalina, un Cristo articulado con ojos verdes, como muchos de los sanavirones que habitaban estas tierras mucho antes que nadie.

Casa Andaluzía bien vale la estadía en la zona.

Datos útiles

  • Andaluzía Casa Hotel. Calle Real s/n. T: +(351) 238-1664. Propiedad de Juanchi Ordoñez y Lucre Roca, es una casa encantadora y divinamente ambientada. Es una lindísima propiedad centenaria que se levanta sobre cimientos muy antiguos. Hay contrafuertes y un muro de estilo jesuítico que dan pistas de lo que pudo haber sido. Reformada, rediseñada y redecorada con amor por los detalles, aquí todo es noble y de calidad. Consta de tres habitaciones donde todo es cálido y tiene estilo: muebles, sábanas e incluso, artefactos. Hay además un living comedor y cocina de uso común. Ofrecen desayuno completo y la atención es excelente. Desde u$s 35 la doble con desayuno.
  • Comedor Hostería Municipal. Maestro José Rodríguez s/n. T: (351) 240-3001.Sirven buenas minutas, pastas y empanadas. Abren mediodía y noche, con horario acotado y cambiante.
  • Argentina Ramírez. T: (3521) 41-9754. Guía con trayectoria en la zona, ofrece recorrido por las calles de la localidad, con relato histórico detallado y acceso a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario. Consultar valores.
  • Centro de Interpretación Camino Real. Camino Real s/n. T: (3521) 40-4000. Funciona en lo que fuera la casa del padre Hernán Benítez, confesor de Eva Perón. Brinda información actualizada sobre el estado de las postas del Camino Real. Tiene sala de proyección con video histórico y otro espacio con pantallas táctiles para simular el acceso a las postas. Abre de martes a domingo de 10 a 14 y 15 a 19 horas. Entrada gratis.