En cada comienzo de año, se suele escuchar mucho acerca del significado del número que lo identificará y el tipo de manifestaciones que se pueden esperar.

La numerología concibe a los números y su vibración como una manifestación de la naturaleza.

Este año, como tal vez sepan, es un ciclo 9 – o año 9. Esta energía o información disponible, será diferente en un año 9, que en un año 8, como fue 2024, o en un año 1 como será 2026.

Para comenzar, es bueno conversar sobre el significado de la numerología como tal. Se dice que es un conocimiento muy antiguo que concibe a los números y su vibración como una manifestación de la naturaleza de cada Ser. Esta disciplina estudia las relaciones entre los números y sus vibraciones, y plantea que la vida se mueve en ciclos de nueve años.

Cada año trae consigo una serie de energías disponibles que nos ofrecen la posibilidad de aprender diferentes lecciones o potenciar oportunidades. Conocer cuáles son estas energías y utilizarlas a nuestro favor es como aprovechar el empuje de una ola: al nadar en la misma dirección, avanzamos con más rapidez y menos esfuerzo. El conocimiento siempre nos beneficia.

El número 9 tiene una significación especial en la numerología

La numerología no solo se centra en los aspectos personales, sino también en fuerzas más amplias y sagradas que afectan a toda la humanidad, como la vibración de los años universales.

Estos ciclos energéticos nos ayudan a comprender los patrones colectivos y a alinear nuestras acciones con el propósito universal. El año que dejamos atrás –2024– fue un año universal 8. El número del año universal se obtiene reduciendo las cuatro cifras del año a una sola (2 + 0 + 2 + 4 = 8). La energía del año universal es común a todos los que habitamos el planeta y rige nuestras vidas desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

La energía del 2024

En un año universal 8, los conflictos irresueltos salieron a la luz para ser limpiados responsablemente. Emergieron traumas y huellas de otros tiempos con el propósito de armonizarlos. Este ciclo nos invitó a conectar con el corazón, con el amor, y a irradiar paz y respeto. El año 8 también nos brindó la valentía y la fortaleza necesarias para asumir la responsabilidad de nuestros actos y decisiones. Aprender a ser agentes de paz, permitiendo que los demás sean quienes son, sin juzgar ni condenar. En esencia, se trató de cultivar el respeto como primera manifestación de amor.

Qué nos depara el 2025

Este año –2025– es un año universal 9 (2 + 0 + 2 + 5 = 9): representa un final de ciclo y nos invita a hacer un balance de lo aprendido durante los últimos nueve años. Es un tiempo de comprensión superior, de mirar con los ojos del espíritu y trascender las dualidades de un mundo que nos exige pensar en la lógica del blanco o negro, para ahora entrar en un tiempo multicolor, lleno de opciones y nuevas posibilidades. En un año 9, el desafío principal es conectar con la humildad, la sabiduría y la unidad, superando la tendencia a la soberbia y el aislamiento.

El núcleo de esta energía es la hermandad y el amor universal. Es un momento propicio para unirnos como un gran equipo, comprendiendo que la evolución individual está íntimamente ligada a la evolución colectiva. En términos de la Argentina, dado que nuestro país nació un 9 de julio, su energía resuena profundamente con lo que trae este año universal (9).

El 2025 será un año crucial para desarrollar la confianza como país y una gran oportunidad para construir desde nuestras fortalezas, tanto personales como nacionales, con menos palabras y más hechos. Será un tiempo para buscar grupos por afinidad y para colaborar activamente en la creación del mundo y del país en el que deseamos vivir.

Las prácticas recomendadas para que la energía del año juegue a favor

Teniendo en cuenta lo que dispone este año universal 9, María Laura Abad –terapeuta espiritual, especialista en terapias vibracionales y numerología sagrada– recomienda: una serie de actividades y practicas para usar estas energías a nuestro favor:

1. Cerrar ciclos con gratitud:

Reflexionar sobre lo vivido y agradecer las lecciones aprendidas. Este ejercicio nos ayuda a avanzar hacia el siguiente ciclo con mayor claridad.

2. Practicar la generosidad y el altruismo:

Colaborar con ONGs, organizar colectas, participar en voluntariados y cuidar el medioambiente. Poner en práctica pequeños actos de solidaridad puede ayudarnos a transformar nuestra individualidad al mismo tiempo que generamos impacto positivo en nuestras comunidades.

3. Atender los asuntos pendientes:

Aprovechar esta energía de cierre de ciclo para encauzar lo que venimos dejando de lado o postergando y avanzar hacia nuestras metas.

4. Buscar grupos de afinidad:

Rodearnos de personas con intereses y valores similares a los nuestros para potenciar el crecimiento.

5. Reunirse en grupos para meditar:

La meditación eleva nuestra energía, y hacerlo en grupo genera un efecto expansivo y multiplicador.

6. Viajar hacia nuestro interior:

Hacer una revisión interna para registrar todo aquello que nos resulta superfluo y prescindible, para así identificar qué nos resulta importante en tiempo presente y deshacernos de lo que ya no nos nutre.

7. Integrar la espiritualidad en nuestra vida cotidiana:

Encontrar actividades, lugares y personas que nos conecten con nuestro propósito de vida.

2025, un año que representa un final de ciclo

Todos los que habitamos este mundo en 2025 atravesaremos este ciclo 9, estemos o no conectados con esta sintonía. Llevarlo a la consciencia y aprovechar las herramientas disponibles, nos dará la oportunidad de hacer jugar estas energías a nuestro favor, crecer, evolucionar, y colaborar con ser cada día un poco más felices, que es a lo que vinimos. Bienvenidos a un gran año.

La autora es organizadora de eventos de autoconocimiento y transformación personal: shamanicandhealing