Civilización. Autor: Mariano Saba. Dirección: Lorena Vega. Intérpretes: Julieta Brito, Pablo Fusco, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni, Mariano Sayavedra. Vestuario: Julieta Harca. Maquillaje y pelo: Agustina Luque. Escenografía: Santiago Rey. Iluminación: Soledad Ianni. Música original y diseño sonoro: Agustín Flores Muñoz. Sala: Dumont 4040 (Santos Dumont 4040). Funciones: viernes, a las 20. Duración: 60 minutos. Nuestra opinión: muy buena.

Un espacio singular, a ambos lados una réplica de pastizales que deliberadamente se alejan de lo real, dos bancos y una tela que preside el centro al fondo de la sala. El espacio es pura ficción. Aunque en algún momento será también puro teatro. Los personajes, en cambio, portan un vestuario casi en las antípodas, con un nivel de cuidado detalle. Vestuario de época más pronunciado en cuatro de los cinco casos. Pero que no es solo la réplica de la tela o del modelo, sino que es una ropa en uso, sometida a la huida, al humo, al polvo, al rasgado del recorrido por el campo.

Probablemente, esta tensión entre la construcción del espacio y del vestuario sean una clave de lectura para Civilización, que lo que tematiza es el lugar del teatro. Por supuesto, de manera lúdica.

Civilización se inscribe en la Buenos Aires de 1792, en el momento del incendio del teatro de la Ranchería. Y propone una hipótesis alocada de la razón de ese incendio que no responde a las hipótesis habituales.

Un soldado español que extraña su terruño ubica a los espectadores en tiempo y forma. Ironiza sobre el espacio que habita con las herramientas de la lucidez suprema o del puro juego. En simultáneo estamos en la naturaleza salvaje y en el civilizado refugio de un teatro.

Dos damas muy particulares vienen huyendo del incendio de La Ranchería. Estaban disfrutando de una propuesta de autor español cuando la tragedia se desata y les toca escaparse de las llamas. A la sala habían llegado tres, pero son solo dos las que regresan, la medio hermana parece haber quedado en el camino y ya sin vida. El avance permite resignificaciones, como el lugar del teatro en la sociedad, como las cosas que se esperan de él, o que se le atribuyen. Una especie de gran malentendido.

La palabra “civilización” en nuestro imaginario colectivo tiene un término opuesto/complementario que no se menciona (al fin y al cabo, falta para que llegue Sarmiento y su libro) y que es “barbarie”. La propuesta escrita por Mariano Saba y dirigida por Lorena Vega juega en el conflicto de estas posiciones, pero lo hace de manera equívoca, corrida e inesperada.

Civilización, una obra escrita por Mariano Saba y dirigida por Lorena Vega

A los representantes de la “civilización” se los tiene por cuatro. Alcanza con escuchar sus discursos y comprender cómo piensan para ver que todo es un gran paso de comedia, un tropiezo, mejor dicho. En esta zona se anota la discusión sobre lo criollo y lo europeo, las jerarquías y los lugares de la hipocresía.

Hay una representante de eso que no es la civilización: la medio hermana. Que además de ciertos rasgos de vestuario, tiene otro registro de trabajo corporal y es iluminada de otro modo. El relato propone una vuelta de tuerca que es mejor no revelar. Tan disparatado que incluye el gesto de prueba del zapato que nos remite a La cenicienta.

Podría plantearse que constantemente se escriben dos líneas: la de los discursos, en las que aparece, por ejemplo, la postulación del teatro como dador de una cultura (una que es mejor perder que encontrar) y la otra, la de las magníficas actuaciones, los peinados, maquillajes, la iluminación que inscribe una dramaturgia bella y particular.

Hay algunas actualizaciones -la obra se estrenó en época de pandemia- a partir de las cuales las referencias al contagio se resignifican eludiendo lo literal.

Civilización es una de esas puestas en donde uno se encuentra riendo de lo que no debería; es incisiva, crítica, inteligente y en donde el teatro que toma postura respecto del teatro habilita la combinación entre el reírse y el pensar, que es una de las mejores combinaciones posibles.