La actriz Carolina Acevedo, reconocida por su talento en la pantalla chica, compartió su experiencia sobre una faceta íntima y compleja de su vida: su experiencia con la maternidad.
En entrevista con Laura Acuña, Acevedo relató cómo la llegada de su hijo Matías, no planeada, la transformó por completo, llevándola por un torbellino de emociones que incluyeron la depresión posparto y la difícil decisión de separarse del padre de su hijo.
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Acevedo confesó que la maternidad no estaba en sus planes, pues su vida, según sus propias palabras, estaba llena de fiestas, romances y una carrera actoral en ascenso.
Incluso, bromeó sobre la posibilidad de vender su vida a Netflix, dada su naturaleza novelesca que incluyó un romance con el torero Sebastián Castella. En medio de esta vorágine, conoció a Salomón Korn, el padre de su hijo, apenas 20 días de haber iniciado la relación.
El embarazo, una sorpresa inesperada, la sacudió: “Yo no quería tener hijos”; sin embargo, el apoyo de su amiga Lorna Cepeda y la convicción de que Matías era un “regalo de Dios” la impulsaron a aceptar la maternidad.
A pesar de la decisión, la actriz no pudo evitar las dificultades, pues describió su embarazo como una época de inestabilidad emocional, marcada por la histeria y la rabia; incluso, confesó un episodio en el que, embarazada, su mamá se bajó varias veces del carro.
Su estado hormonal la hacía sentir fuera de control, dado que la situación se agravó tras el nacimiento de Matías con la llegada de una depresión posparto que le impedía conectar con su hijo: “No quería tocar a Matías”, reveló y agregó que no le cambió un pañal en los primeros tres meses.
La falta de leche materna aumentó su frustración, pues se vio obligada a suministrarle fórmula, sumiéndola en un estado de pánico y confusión, hasta que fue su propia madre la que se convirtió en un pilar fundamental, cuidando del recién nacido, mientras Acevedo luchaba contra sus propios demonios.
El matrimonio con Salomón Korn, precipitado por el embarazo, tampoco prosperó, pues la actriz describió una relación inestable en la que ambos trataron de construir una familia a pesar de no conocerse en profundidad, por lo que tomaron la decisión de asistir a múltiples terapias de pareja, pero, finalmente, la opción de separarse llegó de la boca de su propio hijo Matías; pues, a los seis años, mientras estaban en Miami, le dijo que no eran felices juntos.
Matías tenía seis años y estábamos los dos, nos fuimos de vacaciones, estábamos en Miami y yo iba manejando y Matías estaba viendo por la ventana, se voltea y me dice: ‘Má, cuando te separes de papi yo seré feliz. Es que tú no eres feliz con papi y papi no es feliz contigo’”.
A pesar de las dificultades, la actriz hoy mira hacia atrás con gratitud y reconoce que la maternidad, aunque inesperada y desafiante, ha sido el mejor regalo de su vida: “Si me tuviera que devolver en el tiempo y tuviera que tomar la decisión, volvería a pasar todo lo que viví”, afirmó con convicción.
El amor por Matías es el motor de su vida, una fuerza que la impulsa a superar cualquier obstáculo, pues describió a su hijo como su mayor logro, la materialización del amor en su forma más pura; aunque él no disfruta de la fama de su madre, Acevedo lo apoya incondicionalmente en sus sueños, que incluyen estudiar negocios.
“Ser mamá es el mejor rol y el mejor regalo que Dios y la vida me han dado, es que ver a ese niño es la cosa más grande de mi vida, el amor se puede tocar, esa es la definición de tener un hijo”.