Imagen de archivo de vehículos. (EFE/Marcelo Sayao)

Después de intensas reuniones con fabricantes, suministradores y proveedores, la Comisión Europea ha anunciado este miércoles su plan de choque para revitalizar el automóvil europeo en un momento delicado en el que una de las industrias estrella de la UE se juega entrar en la carrera del vehículo eléctrico con EEUU y China.

El Plan de Acción Industrial para el Automóvil Europeo que ha expuesto el comisario de Transporte, Apostolos Tzitzikostas, contempla la flexibilización de la normativa de emisiones CAFE, la revisión de los objetivos de emisiones de CO2, ayudas a la compra del vehículo eléctrico y un plan para impulsar la fabricación de baterías en Europa.

La industria automovilística europea representa actualmente el 7% del PIB de la UE, según los datos de la Comisión Europea, y emplea, de manera directa o indirecta, a unos 13,8 millones de personas. Pero por primera vez en su historia, los grandes grupos como la fabricante alemana Volkswagen o la neerlandesa Stellantis contemplan el cierre de algunas fábricas. ¿Los motivos? Entre ellos, la escasa demanda, un asunto que preocupa en especial con los coches eléctricos, que han sufrido una subida de precios a pesar de un abaratamiento de las baterías y las economías de escala. Ante un menor número de compradores se necesitan menos personas en las plantillas, y es aquí cuando vienen los despidos.

La industria se está quedando atrás en tecnologías estratégicas como la fabricación de baterías o el desarrollo de software y la incorporación de la Inteligencia Artificial. Además, sigue teniendo una excesiva dependencia de las importaciones, lo que supone una gran presión para la industria. Algunos de los motivos que explican la falta de confianza del consumidor a la hora de apostar por el vehículo eléctrico también tiene que ver con falta de infraestructura eléctrica (estaciones de recarga) o la falta de subvenciones comunitarias a la compra del vehículo eléctrico. Ahora está también la amenaza reciente del proteccionismo estadounidense, que plantea aranceles del 25% de los productos europeos y amenaza también a un sector que actualmente tiene un gravamen del 2% cuando sus vehículos cruzan el Atlántico.

Imagen de archio de un trabajador en una factoría de Volkswagen en la localidad alemana de Zwickau. EFE/EPA/MARTIN DIVISEK

Las patronales del automóvil europeo señalan además la imposibilidad de cumplir en el plazo la norma de emisiones de CO2 que establece la Comisión Europea. Se trata de la normativa CAFE, que establece límites de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro para 2025 y cuyo incumplimiento podría amenazar a las empresas con multas milmillonarias.

Más tiempo a las empresas para “ponerse al día”

La Comisión Europea afirma haber tomado nota de las quejas de fabricantes y consumidores, y gran parte de la batería de ideas, que deberán ser aprobadas y discutidas por los órganos colegisladores, se basan en el diálogo estratégico para el futuro del automóvil mantenido entre la Comisión y el sector. Según ha explicado el responsable europeo del automóvil, Apostolos Tzitzikostas, el plan gira en torno a cinco ejes: la innovación y digitalización; movilidad verde; competitividad y resiliencia de las cadenas de suministros; competencias; y competencia en condiciones de igualdad. En definitiva, pretende cerrar todos los frentes abiertos que se han mencionado.

La medida que más ansía el sector y que ahora se confirma es la flexibilizazión de la normativa CAFE, que ahora dará tres años más de margen a las empresas para cumplir con las exigencias de la UE. Con esto, de manera excepcional, las empresas tendrán hasta 2027 para ponerse al día con los objetivos, los mismos que en 2025. “Supongamos que tenemos una empresa que no llega a los mínimos en 2025, pues contará con dos años más. Si una empresa supera los objetivos, en 2026 y 2027 se verá sometida a menos presión”, ha señalado el comisario griego.

En materia medioambiental se llevará a cabo una revisión de los objetivos de emisiones “en el tercer o cuarto trimestre de este año”, en lugar de 2026. “No tenemos tiempo que perder”, ha afirmado el comisario griego.

Paralelamente, la Comisión asegura estar trabajando en formas de impulsar la demanda de vehículos europeos de emisión cero y destaca medidas que “proporcionarán incentivos” para cambiar a vehículos de emisión cero y reforzar la confianza de los consumidores a través de medidas concretas, como la mejora de la salud y la reparabilidad de las baterías. El caso de los incentivos comunes es uno de los grandes debates entre los Estados y en la mayoría de casos las ayudas, si las hay, no están repartidas de igual manera en todo el territorio comunitario.

La Comisión Europea busca que, para 2030, más del 50% del valor añadido de los vehículos provenga de Europa en toda la cadena de valor. Como parte de esta estrategia, una de sus prioridades es reducir la dependencia de fabricantes europeos respecto a países externos, especialmente China, que actualmente controla la producción de baterías, sus componentes esenciales y el refinado de minerales clave. En este sentido, el ejecutivo comunitario pondrá a disposición 1.800 millones de euros para crear una cadena de suministro segura y competitiva de materias primas para baterías, que “son motor fundamental de empleos”.

La patronal española aplaude la flexibilización de la CAFE

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), la patronal del sector en España, señala que la flexibilización de la normativa CAFE permite a la industria europea seguir siendo competitiva a la vez que se transforma hacia el eléctrico. “Seguimos comprometidos con el objetivo de 2035. Esto no cambia. Pero sí que es verdad que hoy por hoy, no se están vendiendo los eléctricos necesarios para cumplir con la reducción de emisiones”, señalan fuentes de la patronal a Infobae España. “El mercado es tan importante como la industria y son indivisibles, dado que fabricamos bajo pedido”, añaden.

España es el segundo fabricante de automóviles de Europa y el 95% de los coches que salen de las fábricas llevan un motor de combustión. En este sentido, afirman estar en un proceso de “transformación de nuestras fábricas” para “recibir modelos eléctricos asequibles que llegan este año y el próximo y que se sumarán a los que ya fabricamos”.

Preguntados por los aranceles de Trump, ANFAC explica que desde España a EEUU “no se exportó ningún vehículo en 2024 y no lo haremos en 2025″, pero apuntan que a nivel Europa, la afectación de las marcas europeas depende de sus estrategias y exposición comercial en EEUU, que en países como Alemania es mayor.