A Siberian Husky lies in its stall on the third day of the Crufts dog show in Birmingham, Britain, March 9, 2024. REUTERS/Phil Noble

En Houston, Texas, Balder, un husky siberiano, desafió todos los pronósticos de los veterinarios después de sufrir una grave herida de bala. La historia comenzó en enero de 2024, cuando Corridor Rescue, una organización que rescata a perros callejeos en la ciudad, recibió una llamada de emergencia: un perro había sido víctima de un tiroteo y yacía en medio de la carretera, sangrando y al borde de la muerte, conforme recoge el medio La Stampa.

Balder fue rápidamente atendido y diagnosticado por el equipo veterinario. Los médicos encontraron que el impacto de la bala había dañado su columna vertebral, dejándolo paralizado. El diagnóstico era devastador: Balder sería parapléjico e incontinente de por vida. Sin embargo, la posibilidad de usar una silla de ruedas fue suficiente para encender una chispa de esperanza entre los voluntarios del refugio, quienes se negaron a darse por vencidos con el perro gravemente herido.

Determinado a ofrecerle una vida digna, el equipo del refugio se volcó en ayudar a Balder a recuperar su movilidad, al menos parcialmente. Este proceso implicó largas jornadas de fisioterapia diaria. A pesar del ritmo casi imperceptible de progreso, había una determinación evidente en Balder, una chispa de vida que inspiraba a todos a su alrededor.

Balder movió una pata

En apenas una semana de tratamiento, ocurrió algo inesperado: Balder logró mover ligeramente una extremidad. Este minúsculo indicio de recuperación fue una señal prometedora y, gracias a la ayuda de su silla de ruedas, Balder comenzó a moverse con más seguridad día tras día. Su progreso conquistó los corazones de todos los que lo conocieron, incluida una mujer de Texas cuya vida cambió al escuchar su historia. Impulsada por el deseo de darle un hogar amoroso, realizó un viaje de 16 horas para adoptarlo.

El milagro de Balder alcanzó su punto culminante cuando, de forma sorprendente, comenzó a dar sus primeros pasos sin la ayuda de una silla de ruedas. Lo que en un principio fue descartado como imposible, se materializó ante la mirada incrédula de sus cuidadores y veterinarios. Balder, el perro que supuestamente nunca volvería a caminar, ahora corre libremente, sin necesidad de apoyo alguno, evidenciando una recuperación que desafía toda lógica médica.

Esta increíble recuperación ha dejado a sus veterinarios gratamente asombrados, felices de haber estado equivocados respecto al destino de Balder, que no solo ha encontrado un hogar, sino que también se ha convertido en un símbolo de esperanza y determinación.