El sistema educativo de California siempre estuvo marcado por una discrepancia importante entre la composición racial de su cuerpo docente y la población estudiantil. Más de la mitad de los estudiantes en las escuelas públicas del estado son hispanos, pero la mayoría de los docentes son blancos. Es decir, personas de ascendencia predominantemente europea, comúnmente identificadas como “anglosajonas” o “caucásicas” en Estados Unidos. Una desproporción que durante años dejó sin representación adecuada a gran parte del alumnado.
Sin embargo, esta dinámica comienza a transformarse, impulsada por un número cada vez mayor de candidatos hispanos que ingresan a programas de formación docente, marcando un cambio importante en las aulas del estado.
En los últimos años, los programas de formación docente registraron una disminución general en sus inscripciones, especialmente entre candidatos blancos. Según la Comisión de Acreditación Docente de California (CTC, por sus siglas en inglés), el 40% de los nuevos aspirantes a docentes en el ciclo escolar 2022-2023 eran hispanos o de origen latino. De hecho, superaron a los “candidatos blancos”, que representaron poco más del 33%. Este contraste es evidente si se compara con la fuerza laboral docente actual, donde el 55% son blancos y los hispanos constituyen apenas el 25%.
En diálogo con Times of San Diego, José Magaña, director ejecutivo de Bay Area Latinos for Education, señaló la importancia de este cambio: “Más de la mitad de nuestra población estudiantil de TK-12 se identifica como latina, y la mayoría de nuestros estudiantes de inglés también lo son. La investigación es bastante clara en que no solo los estudiantes latinos y los estudiantes de inglés, sino todos los estudiantes, se benefician de tener un educador más diverso”.
Impacto de los educadores latinos en el aula
Kai Mathews, director ejecutivo de la Urban Ed Academy en San Francisco, señaló que hay estudios que demuestran que los estudiantes obtienen mejores resultados académicos, crecen en el ámbito socioemocional y desarrollan un mayor sentido de pertenencia cuando son educados por docentes que reflejan su cultura y experiencias de vida. Este fenómeno es particularmente relevante en un estado donde el 56% de los estudiantes de K-12 son hispanos, una cifra que se eleva al 60% en el caso de niños menores de 5 años, según el Departamento de Educación de California.
“Aumentar el número de educadores latinos implica más que representación: se trata de crear aulas donde cada estudiante se sienta visto, valorado y liberado para ser su auténtico yo”, añadió.
Cambios en la composición demográfica y esfuerzos institucionales
Entre 2018 y 2023, mientras la participación de candidatos blancos en los programas de preparación docente se redujo en 10 puntos porcentuales, la proporción de candidatos hispanos aumentó del 31,4% al 39,7%. Este avance fue liderado por instituciones como la Universidad Estatal de California (CSU), donde casi el 50% de los estudiantes en programas de preparación docente eran hispanos en el ciclo 2022-2023.
El Centro de Programas de Preparación de Educadores Transformacionales de la CSU fue clave en este progreso. Programas como el Transformation Lab, que concluyó recientemente, lograron mejorar la retención de candidatos hispanos y otros grupos históricamente desatendidos, además de aumentar las tasas de colocación docente en áreas como Modesto y campus de Bakersfield y Northridge.
Adicionalmente, iniciativas como CalStateTEACH facilitaron el acceso a programas de credenciales docentes, con un enfoque en reclutar a hombres de color en todo el estado.
Políticas estatales y desafíos persistentes
Los legisladores estatales contribuyeron a esta transformación mediante políticas que buscan diversificar la fuerza laboral docente y hacer más accesible el camino hacia la obtención de credenciales. Entre estas medidas destacan programas de residencia y aprendizaje, así como alternativas a los exámenes tradicionales. Según Shireen Pavri, vicerrectora adjunta de CSU, estas iniciativas fueron fundamentales para atraer a más candidatos negros y latinos al sistema educativo.
Sin embargo, persisten desafíos significativos. Los educadores negros, por ejemplo, representan solo el 4% de los candidatos en formación docente, una cifra que se mantuvo constante a pesar de los esfuerzos por mejorarla. Factores como un espacio educativo hostil, salarios poco competitivos y condiciones laborales precarias desincentivan a muchos jóvenes de estas comunidades a seguir la carrera docente.
Retención de docentes hispanos: una tarea pendiente
A pesar del aumento en el número de candidatos hispanos, el sistema educativo enfrenta el reto de retener a estos docentes en el largo plazo. José Magaña advirtió sobre las altas tasas de abandono entre educadores latinos, quienes suelen asumir tareas adicionales en sus escuelas, como la traducción o el involucramiento familiar.
El progreso es evidente, pero para que la fuerza laboral docente refleje plenamente la diversidad de los estudiantes de California, serán necesarias inversiones sostenidas en reclutamiento, formación y condiciones laborales. Este cambio no solo beneficiará a la comunidad hispana, sino que contribuirá a construir un sistema educativo más inclusivo y equitativo.