Donald Trump afirmó días atrás que planea eliminar el Departamento de Educación de Estados Unidos, una medida que tendría un fuerte impacto en todo ese país. En Nueva York, especialistas advierten que la decisión del mandatario podría afectar a 4800 escuelas y 2,6 millones de estudiantes.
Cierre del Departamento de Educación: cómo afectará a Nueva York
Si Trump cumple con su amenaza y ordena eliminar el Departamento de Educación, las consecuencias se harían sentir en todo EE.UU. En el caso específico de Nueva York, especialistas del sector le explicaron a Univisión que la media tendría especial impacto en los estudiantes de programas de educación especial, en comunidades de migrantes latinos, en las minorías y en los sectores de bajos recursos.
La portavoz del Sindicato Nacional de Padres, Christy Moreno, dijo que la situación es “alarmante” porque afectaría a millones de alumnos. “Tan solo pensando en nuestros estudiantes que dependen de servicios de educación especial, estamos hablando de más de medio millón de estudiantes”, explicó.
En este sentido, señaló que la decisión de Trump impactará en la implementación de la ley IDEA, que protege los derechos de los alumnos con discapacidades. “Desde programas de educación temprana a programas de educación especial, becas para la educación superior, fondos que se distribuyen a los estados”, detalló.
Sector por sector, cómo afectaría el cierre del Departamento de Educación a Nueva York
Según datos de la Unión Nacional de Padres, si la administración avanza con el cierre del Departamento de Educación, Nueva York perdería más de US$5000 millones en fondos educativos. Este recorte tendría el siguiente impacto en cada sector:
Educación básica: 4800 escuelas y 2,6 millones de estudiantes en Nueva York perderían recursos clave para:
- US$984 millones para 525 mil estudiantes con discapacidades.
- US$1500 millones para 1,5 millones de alumnos de bajos ingresos.
- US$66 millones para 247 mil estudiantes de inglés.
- US$110 millones para programas de educación integral.
- US$103 millones para actividades de enriquecimiento académico.
- US$5,8 millones para estudiantes en escuelas rurales.
- US$82 millones para niños en bases militares o reservas nativas americanas.
Educación superior: el sector universitario también sufriría los siguientes ajustes:
- US$1900 millones en becas Pell para 392 mil estudiantes.
- US$96.000 millones en préstamos federales activos para 2,5 millones de estudiantes.
- US$33,2 millones para instituciones que atienden minorías.
- US$32,7 millones para aumentar el acceso y éxito de estudiantes de bajos ingresos, primera generación y con discapacidades.
Desarrollo laboral: los programas de formación y empleo también se verían afectados:
- US$117 millones para educación técnica y profesional.
- US$188 millones para servicios de empleo a personas con discapacidad.
- US$2 millones para desarrollo de trayectorias profesionales en áreas rurales.
Servicios especializados: otras áreas del sistema educativo perderían financiamiento:
- US$12 millones para servicios de salud mental escolar.
- US$18,6 millones para reclutamiento y desarrollo de profesores.
Incertidumbre y preocupación del sector educativo
El anuncio del mandatario estadounidense generó preocupación entre especialistas y representantes del sector educativo. “Estamos con mucha incertidumbre”, expresó Montserrat Garibay, exsubsecretaria adjunta del Departamento de Educación.
Según consideró, la medida afectaría de manera particular a los estudiantes latinos y a las comunidades de color, ya que se perdería la Oficina de Derechos Civiles, un organismo que permite a los padres denunciar casos de discriminación en las escuelas. “Estos padres de familia no van a tener un lugar a donde ellos puedan hacer estas quejas”, advirtió.
Además, la exfuncionaria indicó que la desaparición del organismo federal afectaría la calidad de la enseñanza en varios estados. “Muchos estados no les dan los recursos necesarios, los maestros no están capacitados de manera adecuada”, señaló.