Una moneda de diez centavos extremadamente rara, perteneciente a tres hermanas de Ohio, fue subastada el pasado domingo y alcanzó la asombrosa suma de US$506,250. La moneda, acuñada en San Francisco en 1975 y sin la marca de la ceca “S”, se convirtió en uno de los artículos más valiosos entre los coleccionistas de monedas.
Un descubrimiento inesperado
Oculta durante muchos años, la moneda fue heredada por dos mujeres tras el fallecimiento de su hermano. Este objeto único muestra al presidente Franklin D. Roosevelt y forma parte de un reducido grupo de monedas conocidas sin el sello distintivo de la ceca.
La subasta en línea, organizada por GreatCollections, recibió gran atención entre los aficionados. Al cierre, el valor final ascendió a más de US$500.000. Otra de estas monedas únicas fue subastada en 2019 por US$456.000, lo que indica el valor creciente de este tipo de objetos de colección.
A pesar de que los expertos conocían su existencia, su ubicación permaneció desconocida hasta ahora. Ian Russell, presidente de la empresa que comando la venta, explicó que incluso los grandes coleccionistas rara vez vieron una moneda como esta, según Newsweek.
Un misterio familiar, por demás valioso
Aunque las hermanas prefieren el anonimato, compartieron con Russell detalles sobre cómo la moneda llegó a la familia. En 1978, su hermano y madre adquirieron el valioso elemento sin marca por US$18.200, un monto considerable en ese momento, equivalente a cerca de US$90,000 hoy en día. La familia lo mantuvo como una reserva de seguridad financiera, lejos de la vista pública.
Según Russell, este hallazgo podría incentivar a otros a buscar monedas similares, aunque se espera que cualquier otro ejemplar provenga de sets de prueba de 1975 sellados y no de circulación. La emoción por esta moneda es comprensible, afirmó Russell, ya que es uno de los descubrimientos más importantes para su casa de subastas, junto a otros “trofeos” que gestionaron en el pasado.
El interés en monedas raras y valiosas continúa en aumento, y este caso destaca la importancia de piezas únicas de la era moderna. Para los expertos y aficionados, la moneda sin “S” de 1975 se consolidó como un tesoro codiciado en la numismática actual. Los coleccionistas están dispuestos a ofrecer millonadas por ejemplos de este tipo y, en esta historia, quedó de manifiesto.