La ciudad de Buenos Aires, a través del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, puso en marcha la reconversión de las calles Tucumán y 25 de Mayo, una obra que repercutirá de manera directa en unos 30.600 vecinos y comerciantes.

Con un presupuesto de $6039 millones y un plazo de ejecución de 14 meses, el proyecto abarca la transformación de diez cuadras con el objetivo de crear espacios más amigables para los peatones, sumar áreas verdes y reducir la contaminación sonora y ambiental en la zona.

Las obras demandarán 14 meses de trabajo

El diseño contempla la ampliación de veredas y la reducción de la calzada vehicular a un solo carril, sumando en total 2918 m² de espacio peatonal y 406 m² de superficie verde. Además, se plantarán 85 árboles nuevos, se instalarán 35 farolas y se agregarán bancos y cestos de basura en distintos puntos estratégicos.

“La renovación de las calles Tucumán y 25 de Mayo es una obra clave en una de las zonas más transitadas de la ciudad. Con más de 2900 m² de nuevo espacio peatonal y más zonas de descanso, transformará el entorno para el disfrute de miles de vecinos y comerciantes”, afirmó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, a LA NACION.

Desde el Gobierno porteño destacan que la reconversión de estas calles se enmarca dentro de un plan más amplio para revitalizar el Microcentro, una zona que desde la pandemia experimentó una fuerte caída en la actividad comercial y quedó marcada por la gran cantidad de oficinas vacías. La iniciativa busca generar un entorno más atractivo, con áreas que promuevan actividades recreativas y gastronómicas al aire libre, replicando experiencias similares llevadas a cabo en barrios como Caballito, Villa Crespo y Retiro.

Las obras se están ejecutando

A pesar de los beneficios que la obra promete, el anuncio no ha estado exento de críticas. Algunos vecinos consideran que la ampliación del espacio peatonal y la reducción de la calzada pueden generar complicaciones en la circulación vehicular, favorecer la instalación de personas en situación de calle y aumentar la inseguridad en la zona.

“La última vez que hicieron algo así, nos prometieron que iba a mejorar el barrio, pero lo único que pasó es que terminó lleno de gente durmiendo en los bancos y con colchones en las esquinas. ¿Quién nos garantiza que ahora no va a ser igual?”, dijo Marta Vallejos, vecina de la calle Tucumán, mientras observa a los operarios remover el pavimento en la esquina con 25 de Mayo.

Su inquietud es compartida por varios frentistas y comerciantes de la zona, quienes, si bien reconocen la necesidad de renovar el Microcentro, temen que la obra termine generando nuevos problemas en lugar de soluciones.

Otro punto de conflicto es la afectación al tránsito durante el período de obras. Actualmente, la calle 25 de Mayo, entre Av. Córdoba y Tucumán, y Tucumán, entre L. N. Alem y Reconquista, permanecen cerradas al tránsito vehicular. La primera etapa de la obra durará dos meses, tras lo cual se avanzará con nuevos cortes en otros tramos. “Si bien los frentistas tienen garantizado el acceso a sus viviendas, es fundamental que planifiquen sus desplazamientos considerando estas restricciones”, informaron desde el Gobierno porteño a este medio.

Un cartel de la obra del Gobierno porteño

Los comerciantes de la zona también manifiestan su preocupación por la posible disminución de clientes mientras duren los trabajos. “Las ventas ya venían mal y ahora, con la obra, la gente evita pasar por acá. No es solo que las veredas están rotas y cuesta caminar, sino que el ruido y la suciedad hacen que muchos prefieran esquivar la zona. A largo plazo puede ser bueno, pero en el corto plazo nos deja en una situación muy complicada. Estamos perdiendo clientes todos los días”, advierte Jorge, empleado de una tienda de venta de elementos de oficina, a este medio.

Otros, en cambio, se muestran optimistas respecto al impacto que la renovación podría tener en la zona. “Hace años que venimos pidiendo que hagan algo para que el Microcentro no sea solo oficinas vacías y calles apagadas después de las seis de la tarde. Ojalá esto ayude a traer más movimiento, que haya más locales abiertos, más circulación de gente y que la zona recupere vida. Si logran que el lugar sea más seguro y atractivo, puede ser una buena oportunidad para todos”, dijo Pablo Ferrer, vecino de la zona.

Las autoridades sostienen que la intervención mejorará la seguridad en la zona gracias a la instalación de nueva iluminación peatonal y a la reorganización del espacio público, incluyendo la disposición de contenedores de basura en áreas específicas para evitar la acumulación de residuos en las veredas.

Render de cómo quedarán las calles tras las obras

“Vamos a reforzar la iluminación peatonal y ordenaremos los espacios para garantizar limpieza y seguridad, tanto para los vecinos como para los comerciantes que trabajan todos los días en el centro”, detalló el ministro Baistrocchi en redes sociales.

Las “calles verdes” son una iniciativa que apunta a reducir el espacio destinado a los automóviles y priorizar a los peatones, incorporando mobiliario urbano y áreas de descanso. Según los expertos, este tipo de intervenciones mejoran la calidad ambiental de la ciudad, mitigan el efecto de las islas de calor y fomentan la biodiversidad al incrementar la cantidad de espacios verdes.

Desde el Gobierno porteño aseguran que la obra está pensada para potenciar el desarrollo del Microcentro y que el impacto de la transformación se evaluará con el tiempo. Mientras tanto, los trabajos avanzan, generando expectativas, dudas y debates entre los vecinos y comerciantes de la zona.