Boeing triplicó sus pérdidas netas hasta los 7.968 millones de dólares (7.398 millones de euros) entre enero y septiembre, un 260% más que los 2.212 millones de dólares (2.053 millones de euros) del mismo periodo de 2023, debido al impacto de la huelga de 33.000 trabajadores en Seattle (EEUU).

Además, los resultados reflejaron también un menor volumen de entregas de aviones y los cargos anunciados previamente en programas comerciales y de defensa.

Este mismo miércoles, los empleados en huelga votarán a última hora del día si aceptan o no la propuesta de la compañía de subir un 35% los salarios después de casi un mes y medio de una protesta que ha terminado de debilitar la estructura del gigante aeronáutico.

En concreto, el preacuerdo, alcanzado este lunes, recoge una subida del 35% repartida en cuatro años, una bonificación anual garantizada del 4% y una bonificación adicional de 7.000 dólares (6.449 euros) si finalmente es aceptado.

En este contexto, el consejero delegado del fabricante, Kelly Ortberg, ha admitido que «llevará tiempo devolver a Boeing su antiguo legado, afirmando que, con el enfoque y la cultura «adecuados», puede volver a ser «una empresa emblemática y un líder aeroespacial».

«De cara al futuro, nos centraremos en cambiar fundamentalmente la cultura, estabilizar el negocio y mejorar la ejecución de los programas, al tiempo que sentamos las bases para el futuro de Boeing», ha añadido en un comunicado.

De vuelta a los resultados, los ingresos de Boeing descendieron un 8% con respecto a los primeros nueve meses de 2023, hasta alcanzar los 51.275 millones de dólares (47.612 millones de euros).

Además, el flujo de caja operativo registró un resultado negativo de 8.630 millones de dólares (8.013 millones de euros), lo que refleja un descenso de entregas comerciales, así como el desfavorable calendario del capital circulante, incluyendo el impacto del paro laboral en Seattle.

Por otro lado, la deuda consolidada descendió a 57.700 millones de dólares (53.582 millones de euros) en el tercer trimestre, frente a los 57.900 millones de dólares (53.768 millones de euros) a 30 de junio.

En este mes de octubre la empresa suscribió una nueva línea de crédito a corto plazo de 10.000 millones de dólares (9.285 millones de euros) y ahora tiene acceso a un total de líneas de crédito de 20.000 millones de dólares (18.571 millones de euros), que siguen sin utilizarse.

LAS VENTAS DE AVIONES COMERCIALES CAYERON UN 23%

Por secciones, el departamento de aviones comerciales alcanzó unos ingresos de 18.099 millones de dólares (16.809 millones de euros) en los primeros nueve meses del año, un 23% menos que el mismo periodo del año anterior. Por su parte, la entrega de 291 aviones fue un 22% inferior a los 371 aeronaves de 2023.

Este descenso en la facturación se vio impulsado por los cargos antes de impuestos anunciados anteriormente, de 3.000 millones de dólares (2.786 millones de euros) en los programas 777X y 767, así como el paro laboral de Seattle y el aumento de los gastos del periodo, incluidos los de investigación y desarrollo.

En el caso del programa del modelo 787, el fabricante está produciendo actualmente cuatro unidades al mes, aunque mantiene su plan de volver a cinco aviones mensuales a finales de este año.

Asimismo, la cifra de negocio del mercado de Defensa, Espacio y Seguridad fue de 18.507 millones de dólares (17.188 millones de euros), lo que supone un incremento del 2% en comparación a 2023.

Este departamento también se vio afectado por los cargos antes de impuestos de 2.000 millones de dólares ( millones de euros) previamente anunciados en los programas T-7A, KC-46A Tanker, Commercial Crew y MQ-25.

Por último, la facturación del sector de servicios globales subió un 4% más hasta septiembre, hasta los 14.835 millones de dólares (13.778 millones de euros), debido a un mayor volumen comercial y una mejor combinación de productos.

EL CEO DEMANDA CAMBIOS EN CUATRO ÁREAS

En un mensaje dirigido a los empleados de Boeing con motivo de los resultados trimestrales, Ortberg ha destacado principalmente cambios en cuatro áreas específicas con el objetivo de devolver a Boeing la posición de liderazgo y orientarlo en «la dirección correcta».

Estas demandas, en primer lugar, se basan en un cambio cultural «fundamental» en la empresa, asegurando también que el fabricante estadounidense debe estabilizar el negocio y mejorar su disciplina de ejecución en los nuevos compromisos.

A su vez, el cuarto cambio, mientras «se ejecutan los tres anteriores», es «construir un nuevo futuro para Boeing», según Ortberg.

Por otro lado, el consejero delegado ha lamentado en su intervención que «la confianza se ha erosionado» en Boeing, tiene «demasiadas deudas» y ha tenido «graves fallos de rendimiento» que «han decepcionado a muchos de los clientes».

Sin embargo, a pesar de todo ello, Ortberg ha querido sacar pecho de las «grandes oportunidades» que tiene Boeing por delante, resaltando que su cartera de pedidos es de aproximadamente medio billón de dólares, junto a una base de clientes que «nos quieren y necesitan para triunfar».

Por último, se ha referido a los empleados de la compañía norteamericana y los ha calificado como «sedientos de volver a ser la empresa emblemática que conocen, marcando las pautas de los productos que ofrecemos».