La preocupación por las medidas adoptadas por la nueva administración de la Casa Blanca alcanzó su punto máximo este jueves, cuando Trump anunció que a partir del 1 de febrero impondrá aranceles a sus socios del T-MEC (Imagen: Shutterstock)

Los países de la región están diversificando mercados y fortaleciendo su consumo interno para hacer frente a los efectos de la “guerra de aranceles” impulsada por las políticas económicas del presidente estadounidense Donald Trump.

La preocupación por las medidas adoptadas por la nueva administración de la Casa Blanca alcanzó su punto máximo este jueves, cuando Trump anunció que a partir del 1 de febrero impondrá un arancel del 25% a las importaciones de México y Canadá, sus socios dentro del T-MEC.

”Anunciaremos los aranceles sobre Canadá y México por varias razones. La primera es la gente que llega a nuestro país de manera tan horrible y en tanta cantidad”, declaró el mandatario estadounidense. Asimismo, justificó la medida en la necesidad de frenar el ingreso de fentanilo y en lo que considera un exceso de subsidios que EEUU otorga “en forma de déficit comercial”.

Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anticipó la postura de su gobierno frente a la advertencia de Trump y declaró ante el anuncio: “No creemos que vaya a ocurrir, la verdad, y si ocurre, también tenemos nuestro plan”.

Cabe destacar que México es el principal destino de los productos estadounidenses, por encima de Canadá y China, con importaciones que sumaron 466.000 millones de dólares entre enero y noviembre de 2024. Además, el 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino EEUU.

Advertencias a los BRICS y respuesta de Brasil

En la noche del jueves, Trump reiteró sus amenazas arancelarias dirigidas a los países del bloque BRICS, liderado actualmente por Brasil, con el objetivo de evitar que avancen en la creación de una moneda alternativa al dólar. ”La idea de que los BRICS intentan alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados ha terminado”, escribió en Truth Social.

El republicano aseguró que EEUU exigirá un compromiso por parte de estos países para no desarrollar una “moneda BRICS”. De lo contrario, enfrentarán aranceles del 100% y verán reducidas sus oportunidades de exportar al mercado estadounidense. Horas antes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había anticipado su postura y advirtió que su país aplicará medidas en reciprocidad. “Si él impone aranceles a los productos brasileños, habrá medidas similares contra los bienes estadounidenses”, afirmó Lula.

En caso de concretarse las medidas anunciadas por Trump, se verían afectadas las exportaciones brasileñas a EEUU, que en 2024 alcanzaron un récord de 40.000 millones de dólares, un 9,2% más que el año anterior.

En la noche del jueves, Trump reiteró sus amenazas arancelarias dirigidas a los países del bloque BRICS, liderado actualmente por Brasil, con el objetivo de evitar que avancen en la creación de una moneda alternativa al dólar (Foto: Shutterstock)

Impacto en Centroamérica y la reducción de remesas

La política migratoria de Trump ha resultado en la detención de 5.000 migrantes y deportaciones masivas, principalmente a México, que ha recibido más de 4.000 personas.

El anuncio de la intención de deportar a un millón de personas en 2025 genera preocupación, ya que podría reducir significativamente las remesas enviadas a América Latina.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2024 las remesas alcanzaron los 160.000 millones de dólares, representando el 2,3% del PIB regional.

A pesar de la incertidumbre, algunos gobiernos mantienen una actitud expectante. El viceministro de Economía de Guatemala, Héctor Marroquín, señaló que aún es prematuro prever el impacto de la política migratoria de Trump.

Cabe recordar que un tercio de los 18 millones de guatemaltecos depende de las remesas enviadas desde EEUU, donde viven tres millones de guatemaltecos, la mayoría en situación irregular.

Por su parte, el ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Manuel Tovar, indicó que el país está “a la expectativa”, mientras que en Honduras algunos sectores, como el textil, vislumbran oportunidades ante posibles cambios en las relaciones comerciales con EEUU.

América del Sur refuerza lazos con China

En Colombia, que exportó 13.000 millones de dólares a EEUU entre enero y noviembre de 2024 (29 % del total de sus ventas externas), hay preocupación tras la reciente amenaza de Trump de elevar los aranceles a los productos colombianos hasta un 50%, en represalia por la negativa del presidente Gustavo Petro a aceptar vuelos con migrantes deportados desde EEUU.

Aunque la crisis diplomática fue parcialmente desactivada y la medida no se implementó, sectores como el petrolero, el minero y el agrícola siguen atentos ante la posibilidad de futuras restricciones.

En Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro apuesta por la diversificación de mercados y el fortalecimiento de relaciones con potencias emergentes para contrarrestar posibles sanciones adicionales de EEUU, en especial sobre el sector petrolero, clave para su economía.

Chile, por su parte, monitorea los efectos potenciales de las políticas de Trump mediante un grupo de trabajo interministerial. La preocupación principal radica en la posible imposición de aranceles a productos como el cobre, del cual Chile es el mayor productor mundial.

En Perú, el presidente de la Asociación de Exportadores, Julio Pérez Alván, subrayó la necesidad de mantener una relación estratégica con EEUU, dado que el país lidera la compra de productos no tradicionales peruanos, generando empleo en sectores clave como agroindustria, confecciones y metalmecánica.

Uruguay, cuyas exportaciones a EEUU representaron el 9% del total en 2024, observa con cautela los cambios en la política comercial estadounidense.

Ecuador, en tanto, apuesta por el Tratado de Libre Comercio con China, en vigor desde 2024, como una vía para ampliar sus exportaciones. El gigante asiático se consolidó en 2022 como el principal socio comercial no petrolero del país, desplazando a EEUU, lo que refuerza la idea de que algunos países latinoamericanos están diversificando sus mercados con mayor intensidad.