El Ministerio de Cultura determinó un límite de 5 mil 600 visitantes diarios para la temporada alta de 2025 en Machu Picchu. La resolución generó diversas reacciones entre las entidades de turismo en Cusco, quienes cuestionan tanto la capacidad de este aforo como el proceso de consulta previo. El objetivo, según la entidad pública, apunta a preservar el sitio arqueológico y optimizar el manejo de la afluencia turística en la región de Urubamba, donde se ubica este destino histórico.
Representantes de la Cámara de Comercio de Cusco, entre ellos su presidente, Jhon González, expresaron su desacuerdo con la medida, cuestionando la ausencia de consultas previas con las organizaciones locales de turismo.
“No estamos de acuerdo con esa propuesta. Prácticamente se ha establecido un aforo a espaldas de los verdaderos actores del turismo”, declaró el presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, Jhon González, a Latina Noticias.
La Cámara de Comercio, junto a la Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo, solicitó una revisión del límite de aforo propuesto, abogando por una capacidad constante de 5 mil 600 visitantes durante todo el año. Según estas organizaciones, la medida de reducir el aforo en temporada baja limita el crecimiento de una economía que depende en gran parte de los ingresos generados por el turismo.
El debate sobre la “temporada alta” en Machu Picchu
Para el director de la Gerencia Regional de Turismo de Cusco, Saúl Caipani, la noción de “temporada alta” en Machu Picchu ha quedado obsoleta, dada la afluencia constante de turistas a lo largo del año. Además, señaló que las restricciones estacionales generan confusión entre los visitantes y sugirió un aforo homogéneo como solución.
“Ya habíamos mencionado en los informes técnicos que la temporalidad en Machu Picchu ya no es evidente, y el único mes en que hay una baja es febrero, debido al cierre del Camino Inca por mantenimiento. La existencia de estos días genera, en muchas ocasiones, confusión”, señaló el gerente de Turismo del Gore Cusco.
La falta de claridad en el sistema de acceso es una preocupación compartida por el sector turismo de Cusco, que considera que la designación de una temporada alta contradice la actual dinámica turística en el sitio. En respuesta, las autoridades locales planean presentar una solicitud formal a la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, pidiendo detalles sobre la metodología empleada para establecer el aforo de 2025.
Demandas por infraestructura y mejora en la gestión de visitantes
Uno de los puntos resaltados en el debate es la construcción de un centro de visitantes, una medida que la UNESCO ha recomendado en varias ocasiones para mejorar la experiencia y distribución del flujo turístico en Machu Picchu. El experto comentó que este centro permitiría recibir a una mayor cantidad de visitantes sin comprometer la conservación del sitio, además de añadir otros atractivos naturales y culturales en la región.
“Una de las exigencias de la UNESCO para mantener el aforo de 5.600 visitantes era la construcción del centro de visitantes. Creo que es una necesidad, y si el plan de desarrollo se empieza a implementar, tendremos la posibilidad no solo de mantener esos 5.600, sino incluso de aumentar el aforo para Machu Picchu”, añadió el presidente.
Hace unos meses la empresa Consettur, que gestiona el transporte de turistas en la zona, expresó a Infobae Perú la necesidad de coordinar mejor las operaciones de entrada y salida de visitantes. Álvaro Monte Cruz, jefe de operaciones de Consettur, instó a las autoridades a reevaluar el esquema de horarios, a fin de evitar el problema de largas colas y prolongadas esperas, que afectan la experiencia turística en la ciudadela.
Pronunciamientos de Canatur
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) se sumó al debate tras la publicación de la Resolución N° 000404-2024-MC, que establece la capacidad de 5 mil 600 turistas en temporada alta y de 4 mil 500 para el resto del año. Cuestionó que la discusión en torno a estas medidas se realizara sin la participación plena de los actores clave en la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM), los cuales manifestaron su descontento ante la Cámara.
El pronunciamiento de Canatur abogó por una reconsideración del límite de aforo, sugiriendo que la decisión debería sustentarse en una reevaluación de la capacidad de carga de Machu Picchu. Asimismo, recomendó la adopción de parámetros similares a los utilizados por la UNESCO en sitios patrimoniales de relevancia mundial, los cuales consideran tanto la protección del patrimonio como el bienestar de los visitantes.