El PowerPoint (PPT) se convirtió en una herramienta muy habitual dentro de las aulas. Sin embargo, algunas investigaciones y profesores están alertando sobre los malos resultados en la enseñanza por su uso excesivo.

“El alumnado cada vez lee menos porque no se les prepara para ello, y porque el profesorado cree que con compartir los esquemas y apuntes en un PPT se sustituye la construcción autónoma y crítica de conocimientos. No estoy contra el PPT, sino contra su mal uso. Volcar contenidos en las presentaciones para luego compartirlos en foros virtuales acaba generando unas aulas donde no hay preparación previa, donde se toman pocos apuntes, y donde al final todo se resume en la pregunta que nos hacen a todos los profesores y profesoras: ‘¿vas a subir los PPTs al aula virtual?’”, resalta Javier Rodrigo, catedrático de historia contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona, España.

En esta línea, una investigación realizada por Worthington et al. (2015) observó una mejora en el rendimiento en los alumnos sin diapositivas frente a los alumnos que sí las utilizaron, de forma total o parcial.

“Inspirados en este estudio y con intención de aportar controles que nos ayudarán a aislar más el posible efecto, diseñamos un estudio donde manipulamos la disponibilidad de las diapositivas de manera intrasujeto”, cuenta Samuel León, profesor Titular del Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Jaén, España.

¿Qué encontraron? Respecto al rendimiento académico, los resultados fueron similares a los obtenidos en la investigación de Worthington realizada en 2015. “Las notas del grupo donde habíamos dejado las diapositivas fueron menores que las notas del grupo donde no habíamos dejado las diapositivas. Analizando la tipología de la respuesta encontramos que esta diferencia se debía a una mayor tasa de aciertos y menos respuestas en blanco en el grupo que no tenía PPT frente a los que sí lo tenían”, dice León.

Por otro lado, la investigación también evaluó la asistencia en clase. “En nuestro caso, la asistencia era libre, y no suponía un porcentaje de la nota final. El único beneficio que el alumno podría sacar con asistir a las clases era el pedagógico. Los resultados sobre la asistencia fueron demoledores, la asistencia pasó de un 80% en el grupo que no tenía PPT a un 16% para la que sí lo tenía. La concurrencia es importante, ya que otros estudios habían manifestado la relación entre la asistencia y el rendimiento académico”, resume el profesor de la Universidad española de Jaén.

Especialistas y estudios revelan que el abuso de diapositivas y presentaciones terminan provocando malos resultados en las evaluaciones y más ausencia en las clases

“Las evidencias parecen indicar, en conclusión, que facilitar las dispositivas en clase afecta negativamente a la asistencia y al rendimiento académico de nuestros alumnos, y este efecto negativo es impermeable a efectos positivos, como tener un alto compromiso académico o poseer buenas estrategias de estudio”, agrega Samuel León.

Por otro lado, el profesor de la Universidad de Jaén sostiene que su investigación ha demostrado que los estudiantes aprenden mucho mejor cuando son ellos los que trabajan en sus propios apuntes o notas; mientras que usar los de otra persona podría afectarlos en el aprendizaje y en la recuperación de lo aprendido.

A nivel local, Maximiliano Bongiovanni, profesor de la Facultad de Comunicación de UADE cuenta que, según su experiencia, los PPTs le sirven como anclaje de lo que va a decir en la clase. “Los utilizo mucho para incrustar videos, sonidos o algún Kahoot o cuestionario online para que los estudiantes participen”, cuenta. Aunque utiliza esta herramienta a diario, este profesor reconoce que una debilidad del PowerPoint es que los estudiantes muchas veces se quedan solo con la presentación y no consultan la bibliografía.  “Por eso es importante entregarles una versión con poca información, que no tenga valor si no escucharon la clase. Muchos estudiantes me comentaron que estudian con los PowerPoints cuando tienen mucho contenido”, afirma.

Florencia Maderna, docente de la Universidad del Salvador, coincide con Bongiovanni y agrega que en su caso utiliza el PowerPoint y otros programas como Canva para brindar mayor dinamismo a sus clases. “Hago presentaciones audiovisuales y luego las publico en la plataforma de la institución. Es importante tener en cuenta que en algunas ocasiones los alumnos creen que es suficiente con solo estudiar las diapositivas que le dan los profesores. Por eso en muchos casos facilitarles este recurso hace que no estudien de los textos que brinda la cátedra. Por eso yo la utilizo solo como un complemento con información extra a los textos de estudio”, dice.

¿PowerPoint sí o no? Esa es la cuestión

“No desaconsejo su uso, sino que prevengo sobre su mal empleo. El PPT no sustituye a una bibliografía crítica, a un análisis de fuentes, a un ejercicio en directo. Yo lo uso como soporte de mapas, gráficos, imágenes y audio, pero no es la única herramienta de transmisión, como mucho profesorado hace y mucho alumnado reclama”, destaca Javier Rodrigo.

Al mismo tiempo, el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona resalta que conviene usar esta herramienta con criterio, como un medio que no sustituya al debate, la explicación compleja, la preparación de la clase. “Mi crítica no es contra el PPT en sí, sino contra el docente vago que lo utiliza para solventar una, dos horas de clase sin más trabajo que el de repetir lo mismo que se está proyectando en la pantalla. La mejor herramienta en el aula es la voz, el cerebro, el papel y el bolígrafo”, sostiene.

Cuando se le pregunta a Bongiovanni si él suele entregar el PPT a los alumnos, el profesor sostiene que en general trata de no dárselos, pero en algunos establecimientos educativos le solicitan que, por pedido de los alumnos, entregue la presentación. “En ese caso, lo que hago es darles una versión más resumida, con los puntos más importantes o palabras sueltas, con la menor cantidad de información posible para que o tengan que venir a las clases y que deban recurrir a la bibliografía”, sostiene.

En esta misma línea, Maderna aclara que sus presentaciones son “material extra”. “Los alumnos necesitan leer los textos para poder rendir las evaluaciones”, advierte.

Samuel León revela que decidió estudiar la influencia de este programa en las clases porque los alumnos le preguntaban, con insistencia, si podía entregarles las diapositivas. “Luego del estudio que hicimos, puedo afirmar que dejar las diapositivas que usamos de apoyo a los alumnos les afecta negativamente en su rendimiento académico, tanto en el examen como en la asistencia. Teniendo esto en cuenta, mi recomendación es no dárselas. Es lo que yo hago desde que descubrí estos resultados. Eso sí, no dejar las dispositivas a los alumnos afecta negativamente a la percepción que los alumnos tienen sobre su profesor -aclara León-, ya que claro, ellos la quieren y están seguros de que no les hará mal”.