Sajid Akram y Naveed Akram, terroristas que asesinaron a 15 personas durante una celebración de Janucá en Sidney, Australia, este 14 de diciembre.

El padre y el hijo, autores de uno de los tiroteos masivos más letales de Australia permanecieron casi todo el mes de noviembre en Filipinas, confirmaron este martes autoridades migratorias en Manila, que precisaron que el padre ingresó al país como “nacional indio”.

Según la información oficial, Sajid Akram y su hijo Naveed Akram, acusados de matar a 15 personas y herir a decenas durante una celebración de Janucá en Bondi Beach, Sídney, ingresaron a Filipinas el 1 de noviembre, con la provincia sureña de Davao declarada como destino final.

“Sajid Akram, de 50 años, nacional indio, y Naveed Akram, de 24 años, nacional australiano, llegaron juntos a Filipinas el 1 de noviembre de 2025 desde Sídney, Australia”, declaró a la agencia AFP la portavoz de inmigración Dana Sandoval.

Ambos informaron que Davao era su destino final. Salieron del país el 28 de noviembre de 2025 en un vuelo de conexión de Davao a Manila, con destino final a Sídney.

Las confirmaciones oficiales se conocieron después de que fuentes policiales y militares indicaran a la prensa que continuaban con las verificaciones sobre la presencia de ambos hombres en territorio filipino durante ese período. La autoridad migratoria precisó que los registros de ingreso y salida corroboran la permanencia de los dos sospechosos en el país durante casi cuatro semanas.

Por su parte, el comisionado de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, afirmó que “las razones por las que fueron a Filipinas, el propósito de ello y adónde fueron cuando estuvieron allí, están bajo investigación en este momento”.

En Australia, el primer ministro Anthony Albanese afirmó este martes que los dos hombres “probablemente” se radicalizaron bajo la influencia de la ideología del Estado Islámico. La declaración del jefe de Gobierno se produjo en medio de la investigación sobre los antecedentes y los movimientos previos al ataque ocurrido en Bondi Beach.

La estadía de Sajid y Naveed Akram en Mindanao, isla donde se ubica la provincia de Davao, generó especial atención por el historial de insurgencia islamista en esa región del sur filipino. Mindanao registra durante décadas enfrentamientos entre grupos armados y el Gobierno central, con episodios de violencia atribuidos a organizaciones vinculadas al extremismo.

Entre esos antecedentes figura el asedio de la ciudad de Marawi en 2017, cuando militantes de los grupos Maute y Abu Sayyaf, alineados con el Estado Islámico e integrados por combatientes locales y extranjeros, tomaron el control de amplias zonas urbanas. La ofensiva derivó en una operación militar a gran escala que se extendió durante cinco meses.

Las Fuerzas Armadas filipinas retomaron Marawi tras intensos combates que dejaron más de 1.000 muertos y provocaron el desplazamiento de cientos de miles de personas, además de la destrucción de gran parte de la ciudad. Desde entonces, el Gobierno declaró la derrota territorial de los grupos insurgentes en esa área, aunque mantuvo operaciones de seguridad.

De acuerdo con fuentes oficiales, la actividad insurgente en Mindanao disminuyó de manera significativa en los años posteriores al asedio. No obstante, el Ejército filipino continúa con la búsqueda de líderes y remanentes de organizaciones catalogadas como “terroristas”, en operativos de inteligencia y control territorial.

Las autoridades filipinas no informaron sobre investigaciones penales abiertas contra los dos hombres durante su estadía en el país ni sobre contactos con grupos armados locales. Tampoco indicaron si existieron alertas internacionales activas al momento de su ingreso o salida.

(Con información de AFP)