Una oleada de ataques rusos con misiles balísticos y drones kamikaze sacudió la madrugada de este jueves varias regiones de Ucrania. Kiev, la capital del país, fue el principal blanco, donde se registraron explosiones, incendios y la muerte de al menos tres personas — entre ellas un niño—, además de nueve heridos, según datos preliminares de las autoridades.
Los bombardeos alcanzaron barrios residenciales, oficinas, escuelas y edificios civiles. También hubo ofensivas simultáneas en Zhytomyr, Odesa y Mykolaiv, lo que activó las alertas aéreas en casi todo el territorio ucraniano.
De acuerdo con The Kyiv Independent, las sirenas comenzaron a sonar en la capital a las 21:30 (hora local), minutos antes de que impactara la primera andanada de misiles y drones. La administración militar de Kiev confirmó que las defensas antiaéreas respondieron de inmediato, aunque pasada la medianoche se lanzó una segunda oleada. El jefe militar de la ciudad, Tymur Tkachenko, describió la ofensiva como “un ataque masivo de la Federación Rusa” y acusó a Moscú de actuar como “un Estado terrorista”.
Un centenar de personas buscó refugio en las estaciones de metro. Algunos se protegían con sacos de dormir, mientras el resto monitoreaba en tiempo real los comunicados oficiales a través de redes sociales.
El alcalde Vitali Klitschko detalló que en el distrito Darnytskyi un misil provocó el colapso de un edificio de cinco pisos y desató un incendio en una estructura cercana. Cuatro de los heridos fueron trasladados a hospitales locales. Otras zonas, como Shevchenkivskyi y Solomyanskyi, también resultaron afectadas, con incendios en viviendas, oficinas y hasta en un jardín de infantes alcanzado por restos de proyectiles.
Las autoridades confirmaron que la defensa aérea logró interceptar varios drones y misiles. En Sviatoshynskyi, una aeronave no tripulada fue derribada sobre el patio de un edificio de nueve pisos, sin dejar víctimas.
Fuera de la capital, la empresa estatal Ukrzaliznytsia informó de un “ataque enemigo masivo” que provocó cortes de electricidad en la región de Vinnytsia y generó retrasos en varios servicios ferroviarios.
La alerta aérea decretada por el ataque se mantuvo activa desde la noche hasta la madrugada, extendiéndose a todo el país y obligando a la población a permanecer en refugios y estaciones subterráneas. La compañía ferroviaria ucraniana notificó además interrupciones del servicio eléctrico y demoras en trenes en la región central del país, como resultado de los bombardeos.
Los nuevos ataques se producen mientras la Casa Blanca impulsa negociaciones internacionales para buscar el fin del conflicto, sin avances tangibles por la negativa del Kremlin a acceder a un alto el fuego y su exigencia de involucrarse en cualquier acuerdo sobre la seguridad de Ucrania.
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