El megaproyecto Long Island busca proteger a Singapur del aumento del nivel del mar (URA)

Singapur ha dado un paso audaz en la lucha contra el cambio climático. El gobierno ha anunciado el desarrollo de Long Island, una cadena de islas artificiales de 12,8 kilómetros que servirá como defensa costera, espacio habitable y fuente de agua dulce, en respuesta directa a la amenaza del aumento del nivel del mar. Según informó CNN Travel, este ambicioso proyecto redefine la relación de la ciudad con su costa y marca un hito en la planificación urbana y ambiental a escala global.

La iniciativa, que se desplegará a lo largo de varias décadas, busca proteger la vulnerable costa sureste de la ciudad-estado, reconocida por su visión de futuro y su capacidad de adaptación, donde las inundaciones recurrentes ya han dejado parques, pasos subterráneos y calles bajo el agua.

Las autoridades estiman que el nivel del mar podría elevarse hasta 1,15 metros para finales de este siglo y, en escenarios de altas emisiones, alcanzar los 2 metros para 2150. En combinación con mareas extremas y marejadas ciclónicas, el agua podría superar el nivel actual en hasta 5 metros, lo que pondría en riesgo aproximadamente el 30% del territorio nacional.

Las islas artificiales de Long Island transformarán la costa y la expansión urbana de Singapur (Google Maps)

Long Island: dimensiones, coste y funciones principales

El proyecto Long Island, aun con nombre provisional, consiste en la creación de una cadena de islas artificiales habitables que funcionarán como malecón para proteger la costa sureste, de unos 50 kilómetros de ancho. La Autoridad de Reurbanización Urbana (URA) de Singapur presentó en 2023 un plan inicial que contempla tres grandes terrenos conectados por compuertas de marea y estaciones de bombeo, con una superficie total de 7,6 kilómetros cuadrados, equivalente a dos veces y media el tamaño de Central Park en Nueva York.

El coste estimado de la defensa costera para todo el país podría alcanzar los 100.000 millones de dólares singapurenses (unos 78.000 millones de dólares estadounidenses) durante el próximo siglo, según declaraciones del ex primer ministro Lee Hsien Loong recogidas por el gobierno de Singapur.

Solo para Long Island, se calcula que serán necesarias 240 millones de toneladas métricas de material de relleno, una cifra que ilustra la magnitud de la obra. La planificación, el diseño y la ejecución de Long Island requerirán varias décadas. Una vez recuperado el terreno, pasarán años antes de que se asiente lo suficiente como para permitir la construcción de infraestructuras y viviendas.

El proyecto contempla la creación de un embalse de agua dulce para fortalecer la autosuficiencia hídrica (Photographer: Ore Huiying/Bloomberg)

Recuperación de tierras: una tradición estratégica en Singapur

La recuperación de tierras no es una novedad para Singapur. Desde su fundación como puesto comercial británico a principios del siglo XIX, el país ha incrementado su superficie en un 25% gracias a sucesivas fases de relleno costero. La zona donde se levantará Long Island ya fue objeto de una gran expansión durante las décadas de 1960 y 1970, cuando se crearon casi 15 kilómetros cuadrados de nueva tierra, incluyendo una extensa franja de playa en el este del país.

Esta estrategia ha sido fundamental para el desarrollo económico y la seguridad nacional. El propio Lee Kuan Yew, padre fundador y primer ministro, resumió la filosofía de largo plazo que guía estos proyectos: «No estoy calculando en función de las próximas elecciones… estoy calculando en función de la próxima generación; en función de los próximos 100 años; en función de la eternidad», señaló en declaraciones a medios locales.

Long Island combinará defensa costera, parques, viviendas y gestión avanzada del agua (URA)

El aumento del nivel del mar y la urgencia de la defensa costera

Las proyecciones oficiales sitúan a Singapur entre los países más amenazados por el aumento del nivel del mar. CNN Travel detalló que, en escenarios extremos, el agua podría superar en hasta 5 metros el nivel actual, lo que afectaría a una parte significativa de la ciudad-estado. Las recientes inundaciones, aunque catalogadas como “molestas” por los expertos, se consideran un aviso de los riesgos crecientes que enfrenta la nación.

La resiliencia ante las inundaciones se ha convertido en una prioridad nacional. Desde 2011, Singapur ha invertido 2.500 millones de dólares singapurenses (1.900 millones de dólares estadounidenses) en mejorar su infraestructura de drenaje. Sin embargo, las autoridades reconocen que estas medidas no bastan ante la magnitud de la amenaza, lo que ha impulsado la búsqueda de soluciones a gran escala como Long Island.

La iniciativa refuerza la visión a largo plazo de resiliencia y adaptación al cambio climático en Singapur (Photographer: Ore Huiying/Bloomberg)

Multifuncionalidad: vivienda, parques y un nuevo embalse de agua dulce

Long Island no solo funcionará como barrera contra el mar. El proyecto está diseñado para maximizar los beneficios urbanos y ambientales. La URA prevé la creación de más de 19 kilómetros de nuevos parques costeros, así como terrenos destinados a usos residenciales, recreativos y comerciales. Lee Sze Teck, consultor de la firma inmobiliaria Huttons Asia, afirmó a CNN Travel que Long Island ofrece el “potencial para construir entre 30.000 y 60.000 viviendas” de baja y alta altura, una contribución significativa en uno de los mercados inmobiliarios más caros y densos del mundo.

Además, el proyecto aborda otra vulnerabilidad estratégica: la escasez de agua. Aunque Singapur ha invertido en plantas desalinizadoras, sigue dependiendo en parte del agua importada desde Malasia. Long Island, al conectarse con tierra firme en ambos extremos, permitirá la creación de un gran embalse de agua dulce, reteniendo el recurso que de otro modo se perdería en el mar.

Adam Switzer, profesor de ciencias costeras en la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU), explicó a CNN Travel que esta solución podría contribuir de manera relevante a la autosuficiencia hídrica, especialmente ante la previsión de que el consumo de agua se duplique para 2065. “El gobierno busca el máximo de victorias posible… No se trata solo de la defensa costera”, subrayó el asesor de agencias gubernamentales.

Long Island aportará entre 30.000 y 60.000 nuevas viviendas en uno de los mercados más caros del mundo (URA)

Desafíos ambientales y políticos: el debate sobre el impacto y los recursos

La magnitud de Long Island plantea retos considerables. El proceso de recuperación de tierras requiere enormes cantidades de arena, tradicionalmente importada de países vecinos. Sin embargo, Indonesia, Malasia, Camboya y Vietnam han impuesto restricciones a la exportación de arena por motivos ambientales, lo que ha obligado a Singapur a explorar alternativas como el uso de cenizas de incineradoras, tierra y escombros de construcción.

Nature Society Singapore, una organización ambiental local, ha expresado su preocupación por el impacto del proyecto en especies como los cangrejos herradura, las tortugas carey y los chorlitos malasios que anidan en la zona. CNN Travel recogió que los estudios ambientales en curso determinarán la forma final de las islas y las medidas de mitigación necesarias.

En el plano político, el Partido de Acción Popular, que gobierna Singapur desde la independencia en 1965, ha incluido Long Island como pieza central de su programa electoral. El actual primer ministro, Lawrence Wong, ha reiterado su apoyo al proyecto, que representa la continuidad de una política de Estado orientada a la resiliencia y la autosuficiencia.

Proyectos similares en el mundo: la experiencia internacional

Singapur no es el único país que recurre a la recuperación de tierras para enfrentar el cambio climático. CNN Travel informó que Indonesia ha propuesto la construcción de un gigantesco malecón para proteger Yakarta, aunque el proyecto sigue envuelto en debates políticos. Tailandia y las Maldivas también han considerado la creación de islas artificiales como respuesta al aumento del nivel del mar.

En Dinamarca, la construcción de una península artificial de 271 acres para proteger Copenhague comenzó en 2022, aunque enfrenta protestas continuas. En contraste, la oposición significativa al proyecto Long Island ha sido escasa hasta la fecha, lo que refleja la prioridad que Singapur otorga a la resiliencia costera.