- Una mujer facilitó a una banda criminal la información para secuestrar a su vecino, un comerciante textil.
- La víctima fue atacada y liberada tras un pago de rescate de 10.000 dólares y joyas.
- Siete personas, incluida la vecina, fueron detenidas por el secuestro.
Lo esencial: en el barrio Los Abedules, en Malvinas Argentinas, un comerciante fue víctima de un secuestro luego de que su vecina, Yanina P., pasara detalles de su rutina a una banda de delincuentes. La víctima fue interceptada el 24 de agosto, tras recoger la recaudación semanal de sus tiendas, y sometida a violencia y extorsión. Aunque inicialmente se exigieron 500.000 dólares, el rescate se acordó en 10.000 USD, más una cadena y un anillo de oro. Una investigación dirigida por el fiscal Paul Starc reveló el rol fundamental de la mujer, quien usó su cercanía con la pareja de la víctima para obtener información sobre sus movimientos.
Hasta el 24 de agosto de este año, L. B., un consolidado comerciante textil bonaerense, creía que vivía en un entorno de confianza dentro del barrio privado Los Abedules, en Malvinas Argentinas. Tenía tratos cordiales con sus vecinos y hasta había establecido lazos estrechos con algunos de ellos. En especial con Yanina P., una abogada que se volvió parte de su núcleo cercano y ya era conocedora de su rutina tanto personal y laboral. Una información delicada que no dudó en utilizar para traicionarlo, entregándosela con detalles a una banda de delincuentes que luego lo secuestró y lo extorsionó.
Según indicaron fuentes judiciales a Infobae, el hombre era una víctima importante para los ladrones: contaba con seis tiendas de venta de ropa y una vez por semana hacía una recolección semanal de ingresos por los locales. Un recorrido que se aprendió su propia vecina para luego dársela a su amante, quien se dedicaba a hacer secuestros extorsivos.
El rol de la mujer, fundamental para que se concrete el delito, fue descubierto por el fiscal Paul Starc a partir de una investigación que se extendió durante los últimos dos meses. En este contexto, ya con las pruebas recabadas, el magistrado le solicitó al juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Culotta, la detención tanto de ella como de los otros seis sospechosos de haber participado del episodio. Todos fueron arrestados en las últimas horas en un operativo a cargo de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Martín.
De acuerdo a la información a la que accedió este medio, los acusados enfrentan cargos por los delitos de secuestro extorsivo agravado. El hecho por el que están señalados ocurrió en la noche del 24 de agosto de este año, cuando la víctima fue seguida por la banda durante su habitual recorrido para buscar la recaudación de la semana en sus tiendas.
La última parada fue la casa de un empleado de confianza en San Fernando, encargado de reunir el dinero de tres de los locales. Luego de esa visita, se dirigió a su casa en Los Abedules. Sin embargo, a solo 200 metros de su barrio, en la avenida Olivos, fue interceptado por una Volkswagen Amarok blanca que se detuvo bruscamente frente a su vehículo, forzando a la víctima a frenar. Rápidamente, tres delincuentes descendieron de la camioneta, rodearon su auto, un Honda HRV, y lo secuestraron.
El comerciante intentó escapar, pero fue golpeado en la cabeza con la culata de un arma de fuego y obligado a sentarse en la parte trasera de la camioneta. Una secuencia que quedó registrada por una cámara de seguridad, cuyas imágenes fueron presentadas como material en la causa.
A los pocos minutos, los secuestradores comenzaron las llamadas extorsivas. Inicialmente, los captores exigieron un rescate de 500.000 dólares, pero el padre de la víctima negoció el pago de 10.000 USD, 1.200.000 pesos, un anillo y una cadena de oro. Los secuestradores, que ya le habían quitado al hombre 500.000 pesos en efectivo y dos iPhones, aceptaron el trato y el rescate fue entregado en Pilar. Luego lo liberaron.
El operativo previo al secuestro
Según el fiscal Paul Starc, la abogada Yanina P. habría planificado el secuestro con información precisa sobre la rutina de su vecino y las horas de mayor recaudación en sus tiendas. Lo que le permitió a la mujer saber detalles de sus trayectos fue la amistad que mantenía con la pareja de la víctima, quien era su compañera de gimnasio. Además, en alguna ocasión, la sospechosa hasta le había brindado asesoramiento legal al comerciante durante en una disputa contractual con un empleado, una situación que también utilizó para obtener información sobre sus horarios y desplazamientos de trabajo.
Con toda la información, una semana antes del secuestro, los delincuentes hicieron un simulacro. El amante de la vecina que lo entregó y otro miembro de la banda siguieron a la víctima en San Fernando para observar en persona el recorrido que hacía para recoger el dinero, lo que les permitió confirmar el trayecto a través del análisis de la geolocalización de los teléfonos usados por los sospechosos. Al mismo tiempo, otros tres integrantes del grupo criminal realizaron tareas de inteligencia en las cercanías de Los Abedules, a la misma hora en que se efectuó la captura del comerciante el sábado siguiente.
La investigación
La pesquisa, dirigida por el fiscal Paul Starc y el comisario mayor Pablo Machicote de la DDI de San Martín, incluyó varias técnicas de investigación avanzadas. Las autoridades analizaron las antenas de los celulares usados en el secuestro, identificando patrones de movimiento y ubicación de los sospechosos. También revisaron imágenes de cámaras de seguridad cercanas al lugar del hecho y al barrio privado, lo cual resultó clave para reconocer a uno de los captores.
Los registros muestran que la pareja de la víctima también identificó a uno de los detenidos, quien había sido presentado previamente por Yanina P. en situaciones cotidianas debido a que mantenían una relación sentimental.
El proceso judicial se encuentra en una etapa inicial, donde los acusados enfrentan cargos por los delitos de secuestro extorsivo agravado por haber cobrado el rescate, por la intervención de tres o más personas y por su comisión con arma de fuego, ello en concurso ideal con el delito de robo doblemente agravado por haber sido cometido con la utilización de armas de fuego, como así también en despoblado y en banda.