El choclo, también conocido como maíz, elote, jojoto y mazorca en distintos países de la región, es uno de los alimentos más básicos y recurrentes de la gastronomía latinoamericana.

Su domesticación comenzó hace aproximadamente 9.000 años en la región del actual México, cuando los agricultores empezaron a recolectar semillas de un pasto silvestre llamado teosinte. Con el tiempo, se convirtió en un alimento básico en diversas culturas y se difundió por todo el continente americano. Generalmente es blanco o amarillo, pero también existe en variedades rojas, moradas y azules.

Si bien en algunas culturas es más popular que en otras -en México se le dedica un día entero: el 29 de septiembre-, se trata de un vegetal que, gracias a su versatilidad culinaria y aportes nutricionales, se usa como ingrediente en múltiples platos; tradicionales y modernos, fríos y calientes, dulces y salados.

Susana Giménez cumplió 81: los hábitos saludables de la diva para mantenerse en forma

Se puede saborear el choclo en guisos, tartas, empanadas, pasteles, postres, ensaladas, guarniciones y también solo. De hecho, tanto en la Argentina como en Brasil, el choclo -o milho– caliente con manteca y sal es una de las ofertas más comunes de los vendedores ambulantes que caminan las playas en busca de clientes, y de las tradiciones veraniegas más típicas y disfrutadas.

@laplanchetta

Que buenos estos choclos !!! @eat_girl.oficial

♬ sonido original – La Planchetta

“El choclo es un alimento rico en carbohidratos complejos, proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales”, sintetiza Matías Marchetti, nutricionista especializado en alimentación deportiva (M.N. 7210). “Esto lo convierte en una buena fuente de energía que favorece la salud digestiva y contribuye a la sensación de saciedad”.Según Healthline, el sitio web estadounidense que se especializa en corroborar y compartir información sobre temas de salud, 100 gramos de choclo hervido contienen 96 calorías, un 73% de agua, 21 gramos de carbohidratos (principalmente almidón), alrededor de 4,5 gramos de azúcar, 3,4 gramos de proteína (aunque de baja calidad), 2,4 gramos de fibra y 1,5 gramos de grasas.

10 consejos para comer mejor sin hacer dieta, según los especialistas

Beneficios del consumo de choclo

El consumo de choclo se asocia con varios beneficios para la salud. Entre ellos, Marchetti destaca los siguientes:

  • Salud digestiva: “El choclo es una buena fuente de fibra. Esta promueve una digestión saludable, ayudando a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento”, explica el nutricionista. La vitamina B1, por su parte, también presente en el alimento, juega un rol importante en la función del metabolismo.
  • Control de peso: Por otro lado, la combinación de carbohidratos complejos y fibra, indica Marchetti, genera una sensación de saciedad que puede ayudar a controlar el apetito y, en consecuencia, el peso corporal.
  • Boost de energía: Otro de los beneficios de los carbohidratos complejos es que proporcionan energía sostenida, señala Marchetti; con lo cual consumir maíz -en alguna de sus formas- es un snack ideal.
  • Salud cardiovascular: Por último, estudios sugieren que los granos integrales con contenido de fibra, potasio y magnesio, como es el caso del maíz, pueden contribuir a la reducción de la presión arterial, disminuir el riesgo de resistenciaa la insulina, reducir el daño a los vasos sanguíneos y mejorar los niveles de colesterol, disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardíacas.

El choclo es un alimento típico de la gastronomía latinoamericana, popular por su versatilidad y contenido de nutrientes

Recomendaciones y advertencias

A pesar de ser un alimento rico en nutrientes, Marchetti hace énfasis en que su contenido calórico y de carbohidratos es significativo y que, por eso, las personas con condiciones como la diabetes, deberían consumirlo con moderación -vale aclarar, su índice glucémico es moderado, pero no alto- y dentro de un plan alimentario equilibrado supervisado por un especialista.

Para el especialista, una porción adecuada de choclo es de alrededor de media taza de choclo al día, de dos a tres veces por semana; siempre ajustando el consumo a las necesidades calóricas y nutricionales bioindividuales.

Además, recomienda consumirlo junto con otras legumbres para potenciar sus beneficios. “Si los combinamos con estos se complementan los aminoácidos y mejoran la calidad proteica”.

En cuanto al método de preparación, Marchetti comenta que puede afectar ligeramente las propiedades nutricionales: hervirlo demasiado, por ejemplo, podría reducir el contenido de vitamina C presente en el alimento.

Por último, Marchetti advierte que, en personas con un intestino sensible, el choclo podría no ser ideal e incluso un agente irritador.

A pesar de ser un alimento rico en nutrientes, Marchetti hace énfasis en que su contenido calórico y de carbohidratos es significativo