PINAMAR (Enviada especial).— Este mes cerró con números superiores a las expectativas iniciales en este destino. La temporada de este año había empezado con cautela y se esperaba una primera quincena moderada, dado el éxodo de turistas a destinos internacionales como Brasil, Uruguay y Chile. El promedio de ocupación del primer mes del año en todo el municipio fue del 87,2%, un 9% más que el año pasado, aunque no fue récord. Además, varias cámaras hoteleras y gastronómicas coinciden en que la segunda quincena compensó a la primera, que cerró con números más bajos.
Según datos del Observatorio Turístico y Económico de la Secretaría de Turismo y Deportes de Pinamar, Valeria del Mar lideró en ocupación hotelera durante todo el mes con 91,6%, le siguió Ostende con 89,3%, luego Cariló con 85,5% y por último -tal como se vino dando durante las quincenas- Pinamar mantuvo una ocupación del 84,2% en promedio.
En cuanto a la ocupación extrahotelera (casas y departamentos), los números son un poco más bajos. Esta vez, Cariló resultó primera con 83,6% en alquiler de casas y departamentos, luego se ubicó Pinamar con 81,4% y finalmente las ‘hermanas menores’ (Valeria del Mar y Ostende) estuvieron últimas con 66,9%. La baja ocupación en esos dos balnearios se debe a que la gran mayoría de los establecimientos para quedarse son hoteles u apart-hoteles.
El intendente del municipio, Juan Ibarguren, destaca: “Estas cifras no solo demuestran que cientos de familias nos eligen para construir sus mejores recuerdos, sino que además representan más trabajo para nuestros vecinos y más desarrollo para nuestra ciudad”.
La segunda, mejor que la primera
Durante la primera quincena, la ocupación hotelera promedio alcanzó un 83% en las cuatro localidades que componen el distrito. Valeria del Mar lideró con un 86%, seguida por Ostende con un 85%, Cariló con un 83% y Pinamar con un 80%. Las estadías promedio oscilaron entre cuatro y seis noches, destacándose Valeria del Mar y Cariló por su duración más prolongada.
Los restaurantes del centro obtuvieron un 94% de calificaciones positivas, mientras que los ubicados en la playa recibieron evaluaciones mixtas, con un 50% de opiniones calificándolos como “bien” y el otro 50% como “regular”. En ese sentido, Juan Ignacio Serra, presidente de la Asociación Empresaria Gastronómica y Hotelera de Pinamar (AEHG), señaló: “La gastronomía viene un poco mejor. Tenemos un servicio que hoy está muy acorde a los precios. Hay mucha oferta gastronómica y muy buena”.
En los balnearios, la ocupación semanal en la primera quincena promedió un 74%, incrementándose al 76% durante los fines de semana. Por otro lado, en la segunda, la ocupación semanal de balnearios subió al 84% – es decir, 14,5% más respecto a los primeros 15 días de enero– alcanzando el 87% durante los fines de semana.
La primera semana de enero estuvo marcada por condiciones climáticas adversas que impactaron en la ocupación. Fabián Salvucci, titular de las filiales en Pinamar y Cariló de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), señaló: “El clima no ayudó al inicio, pero las reservas de último momento mejoraron los índices. No alcanzamos los valores de otros años”.
Todo cambió en la segunda quincena, que acostumbra a tener mejores números que la anterior. Un factor a destacar fue el buen clima, ya que se registró tan solo una tarde de lluvia; en tanto, el sol dominó los días.
La ocupación hotelera en todo el distrito subió al 93,8%. En cuanto a las localidades, Valeria del Mar volvió a liderar con el 98%. Le siguieron Ostende con 94%, Pinamar con 92% y por último Cariló con 91%.
Salvucci afirma que la segunda quincena tuvo un muy buen nivel, con reservas al tope los fines de semana del 18 y 19 y del 25 y 26 y con niveles altos en lo que siguió de la semana. “Volvimos a valores de ocupación buenos como son habituales en esta quincena”, indica a este medio.
“Tenemos mucha demanda, sin embargo, no estamos con las plazas completas. Con un clima que no nos está acompañando en total, igualmente vemos mucha gente”, considera Stella Vignau, de la inmobiliaria que lleva su mismo apellido y que opera en Pinamar y Cariló. Sin embargo, luego repara: “Hay mucha demanda pero no tenemos plaza completa como todos los años. Las estadías duran entre tres y siete días, las playas no están invadidas como lo fue el año pasado”.
En tanto, Pedro Marinovic, de la Asociación de Turismo de Pinamar, comenta a LA NACIÓN: “La segunda fue mas pareja, acompañó mucho el tiempo, eso hizo que la gente se quede. Pudimos mantener los niveles de ocupación a niveles interesantes, el fin de semana pasado fue el más importante, llegamos a un 95% de ocupación”.
Al ser consultado sobre la variación interanual de enero, Marinovic sostiene que son números “similares” a los de 2024. “A veces estuvimos iguales, otras veces más abajo, no hubo grandes diferencias. Se nota además que la hotelería no es lo que más busca la gente, sino los apart-hoteles, por ejemplo”, explica.
De acuerdo con un relevamiento que realizó LA NACIÓN durante la noche en distintos locales gastronómicos en la segunda quincena, aquellos que son más económicos –como rotiserías, bares y pizzerías– estaban desbordados, sobre todo por jóvenes. No se presentaba la misma tendencia, por ejemplo, en los restaurantes de lujo, con una afluencia del 50%. En los de gama media, se encontraban entre un 70% y 90% llenos. “Estamos un 15% abajo que el año pasado”, revela el dueño de un bristó a este diario.
“Somos caros en dólares, carísimos, es un afano, pero no es algo que manejemos nosotros. Al mismo tiempo, Pinamar tiene cada vez más gente y los locales gastronómicos tardan más tiempo en desarrollarse”, agrega Marinovic.
Patricia y Gerardo Sánchez vinieron por el fin de semana a Pinamar y se alojan en un hotel del centro. “Creemos que los alojamientos aumentaron a la par de la inflación, pero comer es muy, muy caro. En un muy buen restaurante en Avenida del Mar un plato puede salir entre $35.000 y $45.000 sin compartir, algo que en Buenos Aires no pasa con un local gastronómico del mismo nivel”, considera el matrimonio.
En la misma línea se expresa Estefanía Pereira, que vino con sus hijos adolescentes. “Hay mucha oferta inmobiliaria. Los fines de semana todo explota, pero el resto de los días son más tranquilos. Eso sí, comemos en la casa porque cobran carísimo en cualquier restaurante”, dice a este diario.
Dos fenómenos que predominaron
Las estadías promedio oscilan entre cuatro y cinco noches, siendo en Valeria del Mar y Cariló su duración más prolongada. De esta manera, durante este verano se mantienen dos cambios en la tendencia de turistas: estadías cortas y reservas espontáneas, impulsadas en gran parte por la incertidumbre económica y la facilidad de acceso a plataformas digitales de alojamiento. A diferencia de temporadas anteriores, en las que predominaban las reservas con meses de anticipación, muchos visitantes deciden su viaje pocos días antes, buscando flexibilidad y ofertas de último momento.
“Muchos turistas vinieron sin reserva, y eso superó nuestras expectativas”, dice Lucas Ventoso, secretario de Turismo de Pinamar. “Esperábamos una temporada moderada por la recesión económica y por la baja en el consumo de alimentos. Enero empezó con una oferta competitiva en cuanto a precios”, indica.
Por su parte, Salvucci afirma que los índices terminaron de subir por las reservas espontáneas. “Hubo mucha gente decidiendo a último momento, fue fundamental el buen clima, ya que varios estiraron la vuelta a casa”, dice.
Sin embargo, admite que la primera quincena “no fue del todo buena” porque “estuvo debajo de los niveles históricos”. Y suma: “Si recordamos lo que fueron las expectativas iniciales, con estos valores se superaron por esos fenómenos que predominaron”.