El menú de opciones que ofrece un organismo como el Fondo Monetario Internacional para las necesidades de financiamiento que tiene la Argentina es limitado. y en los últimos años el país ha tenido experiencia directa. En Washington, hay dos modelos de acuerdo al que podría aspirar la Casa Rosada. Sin embargo, los detalles serán cruciales: qué condicionalidades incluirán, qué reformas se pactarán, el monto y la secuencia de los desembolsos y, lo más complejo, si habrá modificaciones en el plan económico como requisito para avanzar.
En las próximas semanas podrían comenzar las novedades concretas entre Buenos Aires y la capital estadounidense. En el Palacio de Hacienda aseguraron a Infobae que, por ahora, el contacto es diario, informal y protagonizado por segundas líneas. Este paso preliminar precederá conversaciones de carácter más político y de alto perfil. La primera instancia para ese avance podría ser este mes, durante el Foro de Davos, evento donde Javier Milei y Kristalina Georgieva coincidieron por primera el año pasado, tras el cambio de gobierno.
El organismo debatirá en los próximos días una evaluación Ex Post del programa vigente con Argentina, requisito previo para un nuevo acuerdo. Dicha auditoría analizará el Extended Fund Facility (EFF) firmado durante la gestión de Alberto Fernández, considerándose un paso necesario para avanzar hacia un nuevo esquema.
En el Palacio de Hacienda aseguraron a Infobae que el contacto con el FMI por el momento es diario e informal y protagonizado por segundas líneas
El siguiente objetivo es renegociar los términos de la devolución de los USD 45.000 millones que Argentina debe reembolsar entre 2026 y 2032. Según Hacienda, el contacto con el FMI es constante y se enfatiza la necesidad de que el organismo comprenda los pasos previstos en la política económica, con especial foco en el régimen cambiario.
Qué programas existen y qué podría pedir el FMI
El regreso de Argentina al Fondo Monetario como deudor ocurrió hace seis años y medio, cuando el gobierno de Cambiemos decidió buscar financiamiento en ese organismo tras cerrarse el mercado internacional de deuda. La crisis cambiaria llevó a Mauricio Macri a firmar un acuerdo rápido y masivo.
Ese programa se convirtió, en términos nominales, en el más grande de la historia del organismo, con un monto de USD 57.100 millones, aunque se desembolsaron USD 45.000 millones antes del fin del mandato macrista. En 2022, el gobierno de Alberto Fernández acordó un nuevo programa para refinanciar esos vencimientos. Los dos modelos de convenio, con sus características y particularidades, son los mismos a los que podría aspirar ahora el gobierno de La Libertad Avanza.
Según la consultora Analytica, “Dadas las características actuales de la economía argentina, se trataría de un Stand-By Agreement (SBA) o un Extended Fund Facilities (EFF), en ambos casos, con condicionalidades y desembolsos limitados a su cumplimiento en las revisiones periódicas. El SBA aborda necesidades de balanza de pagos a corto plazo o shocks externos inesperados y suele tener una duración de 12 a 24 meses; mientras que el EFF es de mayor duración (3 a 4 años) e incluye reformas estructurales”.
FMyA -consultora del economista Fernando Marull-, en un reporte anterior, enumeró las características que tuvieron los últimos acuerdos del FMI con países en situaciones financieras:
- Egipto: Tras la ampliación del programa, el Banco Central eliminó controles cambiarios y dejó flotar la libra, que pasó de $30 por dólar a casi $50 a fin de febrero. El Fondo también solicitó mayor endurecimiento de las políticas fiscal y monetaria.
- Pakistán: El FMI ya había puesto como condición una devaluación de la rupia en enero de 2023 para acceder al último desembolso del acuerdo que mantenía con el país desde 2019. Con el Stand By de mediados del último año, pidió profundizar el proceso de consolidación fiscal, llevar adelante reformas en el sector energético y finalizar la transición a un esquema de tipo de cambio flexible.
- Etiopía: Previo a la aprobación del programa, el gobierno devaluó la birr, pasó de $57 por dólar a $77,5. A diferencia del caso de Egipto, la devaluación fue llevada adelante en una etapa previa a la aprobación del programa, y no como parte de las políticas convenidas con el staff del Fondo.
Requisito común
La mayoría de los acuerdos recientes del FMI, según Analytica, incluyeron medidas de ajuste fiscal, reducción del papel del Estado y la adopción de un régimen cambiario flexible determinado por oferta y demanda. Esto ha sido la norma, salvo excepciones como Ecuador, cuya economía está dolarizada, o Costa de Marfil, que opera bajo una unión monetaria.
“También, se incluye la relevancia de la paulatina eliminación de controles cambiarios, la supresión de restricciones a las importaciones y de los tipos de cambio múltiples”, mencionó la consultora que dirige Ricardo Delgado.
Un caso especial fue el de Sri Lanka, un país insular del Océano Índico. “Debido a una fuerte crisis cambiaria, el FMI consideró apropiado sostener en el corto plazo controles de capitales y prácticas de tipos de cambio múltiples. Sin embargo, estas restricciones fueron flexibilizándose conforme el contexto lo permitió”, analizó Analytica.
El acuerdo que busca la Argentina implica típicamente un tipo de cambio flexible, eliminación de controles cambiarios y tasas de interés reales positivas (Analytica)
Además, la consultora observó que “en todos los acuerdos el Fondo también promueve la implementación de políticas monetarias restrictivas, con tasas de interés reales positivas, para mantener bajo control las expectativas inflacionarias. Las intervenciones en los mercados de cambios, por su parte, suelen restringirse a situaciones de extrema volatilidad”.
Las condiciones en Argentina
En el Gobierno afirman que el equipo económico no necesita renegociar el plan económico actual, argumentando que las metas fijadas por la Casa Rosada desde diciembre de 2023 son más exigentes de las planteadas por el FMI. Particularmente en el aspecto fiscal, destacan que el Poder Ejecutivo ha sobrecumplido los objetivos.
Sin embargo, el timing sobre la salida del cepo y el desarme del dólar blend ha sido un tema de debate entre Buenos Aires y Washington. En un informe técnico de mitad de año, el Fondo había planteado que “tras las medidas iniciales para deshacer las restricciones y controles cambiarios, las autoridades siguen comprometidas a deshacer todos los controles de capital y restricciones cambiarias, comenzando con las medidas más distorsionantes, incluida la eliminación del esquema de exportación preferencial 80:20 y eliminar el impuesto PAIS antes de finales de 2024″.
En respuesta, el ministro de Economía, Luis Caputo, tuvo que salir en aquella ocasión por redes sociales a desmentir la finalización del dólar blend.
El modelo cambiario ya fue motivo de discusiones el año pasado entre Buenos Aires y Washington: el FMI planteó que el dólar blend debería tender a desaparecer y el Gobierno lo tuvo que salir a ratificar
¿Un acuerdo a medida del Gobierno?
Según la consultora PxQ -del ex viceministro Emmanuel Álvarez Agis-, “el ‘manual’ del organismo no es muy distinto al del pasado: la llegada de financiamiento se condiciona a la implementación de una unificación cambiaria, eliminación de controles de la cuenta comercial y de capital, implementación de reglas claras de intervención y política monetaria contractiva (suba de tasa de interés) para contener el efecto inflacionario”.
Un interrogante clave es si el respaldo de una administración republicana en la Casa Blanca, desde el 20 de enero, pesará más que las discusiones técnicas, permitiendo al Gobierno negociar un acuerdo más favorable o si será necesario realizar ajustes para asegurar nuevos desembolsos.