Las medialunas en Argentina son pasión de multitudes y Mar del Plata ha ganado fama de tener las mejores. Algunos dicen que es por el agua; otros, por la tradición pastelera. El debate es infinito y solo queda una certeza: los turistas que llegan se dedican a comprobar si es cierto que son las más ricas del país y dónde conviene comprarlas.
Juan Manuel Herrera, panadero y conductor de elGourmet, estrenó Maestros de la medialuna, programa que se emite desde enero, todos los miércoles a las 17 horas. El ciclo recorre las mejores panaderías de Buenos Aires y Mar del Plata para descubrir los secretos de la medialuna perfecta. Según él, la clave no está en los ingredientes ni en las técnicas y fórmulas. “La medialuna marplatense va mucho más allá de la receta o la forma en que se elabora. Si bien esto es fundamental, también tiene mucho que ver con la experiencia. Estás de vacaciones, relajado en la playa… Es un conjunto de sensaciones lo que hace que comer una medialuna ahí sea algo único y diferente; algo que no se puede replicar en otro contexto”, comenta Herrera.
Sin embargo, Juan Manuel estima que para elaborarla hay que cumplir con algunos criterios. “Una buena medialuna tiene que ser crocante por fuera, húmeda por dentro, con un sabor marcado a manteca y la cantidad justa de almíbar”, dice el panadero. Y agrega: “En Maestros de la Medialuna exploramos las distintas formas de lograr esa perfección. Cada experto tiene su propia receta y secretos bien guardados que hacen que su medialuna tenga ese toque único y especial. Es fascinante ver cómo, con los mismos ingredientes básicos, se pueden crear sabores y texturas tan diferentes”.
Para el experto en amasado las manos del panadero marcan la diferencia. “Podemos estar haciendo exactamente la misma receta pero el resultado nunca va a ser igual porque ahí es donde entra en juego el verdadero diferencial”, dice Herrera. Y subraya: “La habilidad y la experiencia de quien la hace son fundamentales. Eso es algo que se puede apreciar perfectamente en el programa: cada panadero le da su propio sello a lo que crea”.
El boom de las nuevas panaderías trajo una reinterpretación de la medialuna tradicional. “Hay quienes la están tratando de reversionar tomando como base el croissant, pero para mí eso es algo que ya está inventado. Veo muchos croissants con forma de medialuna, pero, en esencia, siguen siendo croissants. La medialuna tradicional argentina tiene su propia identidad. Siempre fue de entre 45 y 55 gramos y se hace con una receta distinta a la de la factura francesa. Esa diferencia es lo que la hace única”, asegura el panadero, que con su recorrido por Mar del Plata reafirmó la esencia de las medialunas marplatenses. “Noté más variedad que antes, pero nada hizo que se pierda su valor tradicional”, resume y ofrece sus recomendados.
Fina
Es un emprendimiento familiar de la mano del cocinero Pablo La Rosa, quien en 2022 dejó la cocina de los restaurantes para dedicarse de lleno a un rubro que lo tiene muy entusiasmado: la panadería. Tiene un local chiquito de la calle Garay. Las medialunas son livianas, crocantes en la parte superior y tienen la medida justa de humedad y dulzura. El secreto según su dueño está en la selección de materia prima de calidad y en la ejecución de recetas. Garay 2484. IG: @finamdq
São
Es un clásico marplatense que tuvo una importante renovación en los últimos años. No fue sólo de la identidad de marca, si no en productos y en la extensión de locales. Están por toda Mar del Plata, la Costa Atlántica, la ciudad de Buenos Aires, Zona Norte y La Plata. En muchos de sus locales tienen cafetería. Hay medialunas tradicionales y una amplia variedad de rellenas con abundante pastelera, crema de avellanas, dulce de leche, crema Bariloche, crema de pistachos, crema Marroc, entre otras. Las medialunas son pequeñas, húmedas y esponjosas. Desde hace más de 70 años se utiliza la receta tradicional transmitida de generación en generación. Los dueños dicen que el secreto está en el almíbar de más de 7 horas preparado con agua de Mar del Plata. Olavarría 3002 y sucursales. IG: @saomedialunas
Torreón del Monje
Es un ícono de la ciudad y siempre fue un punto de encuentro de los turistas. En la década del ‘70, Domingo Parato tomó la concesión del Torreón del Monje y popularizó el lugar. Actualmente su mujer y sus hijos continúan el legado. De muy buen sabor, son aireadas por dentro y crocantes por fuera. Nicolás Parato asegura que la receta se mantiene y lo que le da ese carácter especial es la utilización de manteca de primera calidad, el tipo de horno y el almíbar, que es especiado. “El piso de nuestro horno le da una crocancia especial en la base, mientras que la temperatura contribuye al hojaldre”, señala. Pasaje Jesús de Galindez s/n. IG: @torreondelmonje
Fonte D’Oro
Es una de las cafeterías clásicas de la ciudad que acumula décadas de historia. La panadería es un destacado del lugar. Las medialunas son crocantes y dulces y mantienen su receta original incluso con los avances de la tecnología para ampliar la producción. Salen a toda hora y el factor determinante es el almíbar, con su sabor a aroma especial. Para comer en el lugar o para llevar. En mostrador también se exhiben medialunas rellenas, de dulce de leche o pastelera. Güemes 2782 y sucursales. IG: @lafontedoro
Chauvin
Es cafetería, restaurante, rooftop, galería de arte, sala de conciertos y de teatro. “Es nuestro producto estrella”, dicen. “Le damos mucha importancia a la calidad de la materia prima como así al proceso de elaboración”, agregan los responsables del local. “La simpleza de una medialuna se transforma en un deleite al paladar de los consumidores, tanto en el salón como para llevar”, aseguran. De corteza crocante, hojaldrada y un interior húmedo y esponjoso con cien por ciento manteca. Tienen un tamaño grande y un brillo inigualable. San Luis 2849. IG: @chauvin.mardelplata