MADRID.- Jorge Macri apareció en la agenda de políticos, empresarios, una decena de periodistas y hasta de la realeza española en los últimos días. El jefe de gobierno porteño viajó a Europa para participar de la cumbre de Ciudades Capitales Iberoamericanas, pero, sobre todo, para hacer política. Se codeó con los principales líderes del opositor Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, lo que permitió marcar sutiles diferencias con Javier Milei en sus alianzas en este país. “Es un orgullo que Ayuso nos haya dicho que somos una ciudad espejo”, dice.
Jorge Macri reconoce que existen más diferencias con el Gobierno, pero las califica como “tensiones razonables” para la Argentina actual. Cuando los conflictos son más evidentes, como los problemas que afronta en la Legislatura con diputados que responden a Karina Milei, elige la ironía para evitar el conflicto. Se entusiasma cuando habla de la gestión, mueve carpetas con proyectos y se detiene para hacer una autocrítica: “En Pro nos creímos que lo más importante de la Ciudad éramos nosotros, su gobierno. Nos volvimos demasiado burócratas”.
Es la introducción para presentar su proyecto de modificar la Constitución porteña: quiere eliminar la obligación de que el Estado incluya en su organigrama a entes públicos que “van creciendo, se van deformando y no terminan de cumplir tantas tareas”, pero que cuestan “un montón de plata”. El jefe de gobierno porteño asegura en una entrevista con LA NACION que su equipo estudia la posibilidad de una constituyente aunque, por ahora, sin fecha ni plazos.
-¿Cómo evalúa su relación con el gobierno nacional?
-Está razonablemente bien. Haber sostenido el reclamo por la coparticipación y la voluntad del Gobierno de cumplir con la medida cautelar ha sido un avance importante. Hoy la Ciudad tiene recursos que con Alberto Fernández no tenía y que nos habían quitado. Todavía falta la decisión de fondo de la Corte y el cobro de la deuda acumulada, que son de más de US$5000 millones. Pero el hecho de que se esté cumpliendo con ese pago ya es un avance. La relación con el Gobierno es razonablemente buena para el momento difícil que se vive. Tenemos y tendremos tensiones razonables. Quizás, lo que sea una necesidad para la Nación no lo es para la Ciudad. Y lo que la Ciudad necesita, a veces la Nación no lo puede dar. La gestión te lleva a esas discusiones.
-¿Fueron consultados antes de que La Libertad Avanza presentara la adaptación de la Ley Bases en la Legislatura porteña?
-No, pero no importa. Voy a tomar cualquier aporte que sirva. Ya había hecho muchas de las cosas que están incluidas dentro de ese proyecto de ley y otras propuestas son parte de otra iniciativa que estaba presentada. La buena noticia es que seguramente (La Libertad Avanza) nos van a acompañar en ese proyecto. Cada espacio político plantea sus ideas y está muy bien. Hubo más ruido que nueces.
-¿Cómo interpreta el desembarco de los libertarios en la política territorial de la Ciudad?
-Es un camino natural. Han ganado una elección presidencial y quieren tener representación en todo el país. Yo pongo foco en nuestros aliados de Juntos y, sobre todo, mucho foco en la consolidación de Pro. Es cierto que Juntos creció en la Ciudad, pero Pro perdió mucho espacio. Históricamente, desde que somos gobierno, nunca Pro tuvo menos legisladores que ahora. Horacio (Rodríguez Larreta) se olvidó de Pro en la Ciudad.
-¿Cómo puede influir eso en el escenario electoral tendrán los porteños en 2025?
-El escenario electoral está por verse. Dentro de Pro hay posturas distintas: algunos expresan y dan por sentado de que tenemos que llegar a un acuerdo con La Libertad Avanza, otros piensan de otra manera. Como no está claro, yo lo discuto dentro del partido, pero no públicamente. Y además me parece muy temprano. Es algo para discutir a partir de marzo, no antes.
-Mauricio Macri ayudó a Milei para imponerse en segunda vuelta y durante su gestión se convirtió en un apoyo clave en el Congreso. ¿Pro y La Libertad Avanza forman parte de un mismo proyecto?
-Está muy claro: este es el gobierno de Milei, no es el gobierno de Pro. El Pro a nivel nacional perdió. Y perdió, mal. Salimos terceros. Ese mismo día que perdimos la elección nacional, los porteños me eligieron a mí, entre otros candidatos de Pro. Hay claroscuros en nuestra realidad. No nos define sólo el resultado nacional. El Pro seguirá existiendo. Somos un espacio político que va a disputar poder y que cuando gana, gobierna y transforma. Esa es nuestra identidad. Después, puede ser en una alianza con uno o con otro. Pero que el Pro existe y persistirá, no tengo dudas. Somos una oposición razonable y constructiva, pero no somos oficialismo.
-Así como Pro colabora en el Congreso, ¿siente que hay reciprocidad del oficialismo en la Legislatura porteña?
-No, pero no importa. Hay algunos miembros de La Libertad Avanza que nos apoyan, pero otro sector no nos ha apoyado tanto. Por ahí están buscando su posicionamiento. Me resultaría más cómodo y más coherente que haya una relación más fácil porque debería ser casi en espejo a lo que ocurre en el Congreso. “Yo te acompaño, vos tratá de darme una mano”. Pero estoy más preocupado en las cosas que le importan a la gente. Estas son discusiones muy chicas.
-¿Están estudiando modificar la Constitución porteña?
-La Constitución de la Ciudad tiene algunas cosas opinables. No hay meterse con nada electoral, porque es un tema que está bien resuelto. Pero, por ejemplo, la Constitución obliga a que el Estado mantenga organismos y entes que cuestan un montón de plata y que son cosas que no deberían estar en el marco de una Constitución. Pueden ser parte del diseño de un gobierno, pero que constitucionalmente tengas la obligación de tener ciertos entes es, cuanto menos, opinable. Tenemos que quitarle gasto ineficiente al Estado. Y estos lugares, por estar definidos por la Constitución, van creciendo, se van deformando y no terminan de cumplir tantas tareas.
-¿Y cómo podría ejecutarse esa Constituyente?
-No tenemos claro que éste sea el momento indicado, pero eventualmente podría plantearse una constituyente con temario limitado, no haría falta una revisión integral de la Constitución. Si la Legislatura lo aprueba y si la gente lo llega a votar a favor, podríamos cambiar dos o tres artículos sin abrir la discusión toda la Constitución. Podríamos preguntar: ¿Te parece razonable que por la Constitución tenga que existir este organismo que nos cuesta tanta plata?
-¿Cuáles son los plazos que se manejan para este proyecto?
-No hay ninguna urgencia. La gente está pidiendo que la política y el Estado le cuesten menos, pero no te pide que haya menos seguridad, menos educación y menos salud. Te está pidiendo que le cueste menos en lo que no debería costarle tanto. Esas cosas hay que revisarlas.
-Pro lleva 17 años en el Ejecutivo porteño, ¿por qué ahora se plantean estos recortes?
-En el último tiempo en la Ciudad, desde Pro nos enamoramos de nuestro rol. Creíamos que lo más importante que tenía Buenos Aires era su gobierno. Nos pasamos de rosca con las regulaciones, los controles, nos volvimos demasiados burócratas. Tenemos que retirarnos un poco y recuperar nuestra esencia, que es confiar mucho más en el privado. Y veo a muchos gobernadores en el mismo ejercicio, porque hay muchas constituciones provinciales que han quedado vetustas en la sobre presencia del Estado.