Apenas abrió sus puertas, hoy a las 14 en La Rural, se repitió la escena de los últimos días: la gente no paraba de llegar a la vigésima edición de Pinta BAphoto, la feria de fotografía más importante de América Latina, que llegó a convocar a más de 14.000 personas. ¿Cómo hacer para sostener un proyecto cultural durante dos décadas, en un país como la Argentina? Reinventarse cada año parece ser una de las claves.

La galería Departamento 112, que participa por primera vez en la feria, cubrió con silobolsas su stand inspirado en la agroindustria

Este año fueron muchos los espacios que participan por primera vez. Por ejemplo, la mayoría de las diez galerías convocadas por la sección Radar, flamante sección importada de otras ferias del grupo Pinta. Su curador es Sebastián Vidal Mackinson, que a su vez debuta en la feria por partida doble: como responsable de este espacio y como codirector de la flamante galería Linse.

La galería cordobesa The White Lodge sorprendió con las “esculturas fotográficas” de Sandro Pereira, ganador del premio In Situ en la sección Next/Fuera de foco

Esta última estuvo incluida entre las nuevas propuestas de la sección Next/Fuera de foco, dedicada a los proyectos emergentes, que duplicó sus stands hasta llegar a otra decena. Allí también se sumaron esta vez las galerías Grasa –que vendió una decena de obras–, Esaa, Primor, Luogo, Departamento 112 y la tucumana Consultorio, becada por el premio In Situ y por Pinta BAphoto.

Desde Asunción llegó por primera vez Fernando Allen, en representación del flamante espacio Confines del Paraguay

Desde Asunción llegó además Fernando Allen para representar a Confines del Paraguay, el espacio que acaba de abrir para alojar la colección que comparte con Fredi Casco. Trajo algunas piezas que no están a la venta y fotografías basadas en el concepto del “escamoteo o el engaño”. Son escenas de rituales de etnias del Gran Chaco, en las que se disfrazan para representar a sus dioses o a los miembros de la comunidad ya fallecidos. Allí se vendió entre otras piezas una talla de San La Muerte realizada en hueso por Aquiles Copini, que según Allen aportó “contexto” a la propuesta fotográfica.

Entre otras piezas, Fernando Allen vendió una talla de San La Muerte realizada en hueso por Aquiles Copini

Otro espacio original fue el impulsado por Vivian Galban, quien convocó a participar a alumnos de su estudio. En la muestra titulada Nada es tan explícito, la fotógrafa armó grupos con obras de varios de ellos, que parecen de un mismo autor y que pueden comprarse juntos o separados. “No es una galería, es una incubadora de proyectos que está sponsoreada por empresas –aclaró–. Es un nuevo modelo”.

Vivian Galban armó grupos con obras de varios de sus alumnos, como Ana Miró

Lo mismo podría decirse de Pinta BAphoto, siempre abierta al cambio. Este año convocó además por primera vez a la Fotogalería del Teatro San Martín, fundada por Sara Facio, que está por cumplir cuatro décadas. “La feria tuvo un nivel más alto que otros años –dijo a LA NACION su director, Claudio Larrea–. Me gustó mucho la diversidad del tratamiento de la imagen, de los soportes y de la búsqueda que hubo entre varios artistas fotógrafos. Así que para mí fue un bautismo maravilloso”.

Los stands de Proyecto Calle, reconocido con el Premio In Situ, y el de Fundación LA NACION, con retratos de niños de todo el país que buscan cumplir sus sueños

A esa variedad se refirió también Gabriel Cott, responsable de la galería que lleva su apellido, quien elogió la gestión de Diego Costa Peuser, director global de Pinta: “Siento que se asentó, permitió otros lenguajes que dialogan con la foto, y eso creo que la hace aún lo hace más contemporánea. Así que creo que fue una edición muy sólida. Diego armó un buen equipo, y se nota. Sumó curadores, secciones nuevas. Puso una en cada lado, por lo cual equilibró la feria. Hubo muchos programas de coleccionismo, muchos invitados. Vi mucha evolución”.

El foro ofreció mucho contenido y siempre estuvo a sala llena

Entre las evaluaciones positivas se contaron las de dos galeristas con mayor trayectoria de la Argentina: Orly Benzacar y Marina Pellegrini. Mientras la primera destacó “la cantidad de gente, el interés del público y el resultado”, la codirectora de Vasari valoró además “las charlas, buenos libros a la venta y la visibilización de la obra de Jaime Bolotinsky”, protagonista de la sección homenaje curada por Francisco Medail. En esa línea opinó Gastón Deleau, quien participó de la organización de la feria en sus comienzos y ahora es director artístico de Arte x Arte: “La feria año a año va creciendo de un modo muy orgánico y a paso firme –opinó–. Es un aporte fundamental para consolidar la fotografía como arte de colección”.

Irene Gelfman, curadora global de Pinta, destacó que este resultado fue consecuencia de “reinventarnos constantemente

Mientras que Costa Peuser celebró “el foro siempre a full, el homenaje a tres personalidades muy importante de la cultura [Luz Castillo, Aldo Sessa y Pedro Roth] y buenas ventas”, la curadora general de Pinta, Irene Gelfman, destacó que este resultado fue consecuencia de “reinventarnos constantemente, manteniendo ciertas estrategias y el lugar que tienen artistas y referentes de la fotografía indiscutibles, pero a la vez haciéndolos convivir con nuevas propuestas y miradas sobre el medio y el soporte fotográfico”.