El pasado 18 de febrero, el vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó varios cambios en el funcionamiento de la Verificación Técnica Vehicular (VTV), las licencias de conducir y los procesos de importación de vehículos.
La inspección vehícular fue foco de uno de los principales cambios. La principal modificación eliminó la obligatoriedad de pasar por los talleres del Estado para la inspección sino que va a ser posible “realizarla en cualquier taller o concesionario habilitado”.
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Además, se modificaron los plazos tanto para vehículos nuevos como usados. A partir de esta regulación, los 0km realizarán su primera inspección a partir del quinto año de patentamiento y, una vez cumplidos los diez años de antigüedad, el trámite se hará cada dos años.
Las provincias guardarán la potestad de decidir si adhieren o no a las medidas comunicadas por el Gobierno nacional. “Invitamos a las jurisdicciones a que se sumen”, remarcó Adorni en conferencia. Resta conocer cómo se reglamentarán los cambios una vez que se publiquen en el Boletín Oficial, donde se podrá conocer detalles sobre su aplicación, alcance y fecha a partir de la cual quedará vigente.
No obstante, uno de los aspectos que traerá mayores transformaciones es el relacionado con la descentralización de las plantas verificadoras. En la actualidad, hay pocos centros habilitados, todos ellos concesiones que, según explicaban a LA NACION tiempo atrás, “no han cambiado en dos décadas”. “Esto ha generado en reiteradas ocasiones una saturación del sistema, con una gran demanda de turnos y una cantidad insuficiente de plantas, además de la escasez de insumos para emitir las obleas y otros inconvenientes que retrasan el proceso”, señaló una fuente vinculada al sector.
Cuáles son los requisitos para tener un centro verificador vehicular
Con estas reformas, el Gobierno permite que cualquier interesado pueda convertirse en un centro verificador, siempre que cumpla con los requisitos exigidos. Para ello, sería necesario adecuar el espacio e incorporar la maquinaria pertinente para ajustarse a los estándares de inspección vigentes.
“Las máquinas deben contar con un software que las interconecte y, además, cada centro deberá disponer de videovigilancia para evitar la manipulación indebida de las inspecciones”, explicó Constantino Abella Roigt, presidente de Control Vehicular Argentino S.A. (CVA), en diálogo, semanas atrás, con este medio.
Dentro de la lista de indispensables, se debe contar con un analizador de gases, alineador de faros, alineador al paso, banco de suspensiones, frenómetro y detector de holguras, a fin de dotar al centro verificador con los equipos adecuados.
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De acuerdo con el ejecutivo, instalar una línea de verificación para vehículos livianos demandaría una inversión de entre US$50.000 y US$70.000, mientras que una instalación mixta (autos, motos y camiones) podría requerir hasta US$100.000.
Por lo tanto, el monto necesario dependería de la infraestructura del taller o concesionario y del número de líneas de verificación que se desee implementar. “Los sensores no distinguen entre marcas o modelos, sino que analizan ciertos atributos en función del peso del vehículo.” concluyó. Estos cambios llegaron en un marco en el que también se modificaron las licencias de conducir y la importación de vehículos.