Las pistolas Byrna, fabricadas por la firma argentina Bersa, se convirtieron en una estrella reciente del marketing político de la seguridad. Con un aspecto impactante -que remite a las armas del clásico videojuego Time Crisis-, fueron impulsadas en la arena pública en abril de 2023 por Diego Kravetz, en ese entonces secretario de Seguridad de Lanús. Su efecto era doble: las pistolas Byrna -de aire comprimido que disparan municiones de impacto y de gas pimienta a una distancia de 20 metros, cargas, en teoría, no letales- prometían frenar a un delincuente sin matarlo y a la vez dar una imagen recia.
Con el tiempo, aparecieron en spots protagonizados por el intendente marplatense Guillermo Montenegro y fueron adoptadas por la Policía de la Ciudad.
Ayer martes, Brian Max Torrico, un efectivo de la fuerza porteña fue detenido por la Subb DDI de Vicente López, que depende de la DDI de San Isidro dela Policía Bonaerense, acusado de hurtar una serie de estas armas y ofrecerlas a una armería que las revendía en redes sociales, luego de ser denunciado por uno de los máximos directivos de la firma Bersa, en una causa por el delito de hurto a cargo de la UFI Vicente López Oeste, interinamente a cargo del fiscal Alejandro Guevara.
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