El incremento de la circulación de uno de los serotipos del virus del dengue que había dado casos esporádicos en los últimos años en la región hizo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendara a las autoridades sanitarias locales reforzar la vigilancia epidemiológica frente al “riesgo de brotes de dengue por la mayor circulación de DEN-3″ en el hemisferio sur.
En la alerta regional que ese organismo emitió el viernes pasado, repasó los registros proporcionados por los países para ese serotipo desde los años 90.
“La reaparición de un serotipo que no circulaba en la última década, como el DEN-3, junto con el aumento de población susceptible, no solo aumenta la probabilidad de casos graves de dengue, sino que también podría ocasionar epidemias que sobrecarguen los servicios de salud, lo que supera su capacidad de respuesta”, evaluó la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OPS evaluó como “alto” el riesgo de circulación de DEN-3 en América. Por un lado, lo atribuyó a “la amplia distribución de los mosquitos vectores, la movilidad humana y la inmunidad parcial (y, en muchas áreas, ausente) en la población”. Por el otro, a que “datos recientes indican un incremento en su circulación, lo que resalta la urgente necesidad de implementar estrategias integradas y efectivas para controlar la propagación del virus”.
Mientras que la información al mes pasado confirma que en la región están circulando los cuatro serotipos del virus de dengue, en cinco países eso se está dando de manera simultánea este verano. Son, según se actualizó, Brasil, Costa Rica, El Salvador, México y Panamá.
En tanto, el Ministerio de Salud de la Nación actualizó ayer que, en el país, el 97% de los casos positivos para dengue analizados son por los serotipos DEN-1 y DEN-2, como en las últimas epidemias. El resto es por los otros dos tipos virales.
De acuerdo con la información oficial, a finales del mes pasado se confirmó un primer positivo autóctono para DEN-3 de esta temporada. Se identificó en una persona que vive en Rosario, Santa Fe, sin antecedente de viaje reciente a algún sitio donde la circulación de ese serotipo se esté dando con más intensidad, como Brasil. Los demás casos por DEN-3 (no se especificó la cantidad) y uno por DEN-4 comunicados hasta ahora fueron en viajeros.
En cuanto a cómo se está presentando esta temporada de dengue con respecto a la del año pasado, desde la cartera sanitaria nacional señalan que aun cuando “la situación epidemiológica actual no se asemeja a la elevada magnitud de casos registrada en las últimas dos temporadas epidémicas”, por los veranos de 2022-2023 y 2023-2024, la información compartida por las provincias “por encima de las temporadas no epidémicas subraya la necesidad de monitorear su evolución en las próximas semanas para determinar la tendencia definitiva de la temporada actual”.
Evolución de los casos en el país
De los boletines epidemiológicos que semanalmente actualiza el Ministerio de Salud surge que en diciembre pasado se notificaban un promedio de 19 casos semanales (entre 13 y 27), mientras que en enero eran unos 38 casos por semana (entre 23 y 56). Hace dos semanas –la última de enero–, las provincias cargaron online en el sistema nacional de vigilancia que administra la cartera nacional 1660 casos sospechosos: de esos, se confirmaron 61 y hay otros 61 clasificados como probables, en investigación, de acuerdo con los datos que se actualizaron ayer.
“En 2024, la Argentina notificó la circulación de DEN-3 y marcó la introducción de un nuevo genotipo para este serotipo en el país y la región. Los casos fueron identificados en la provincia de Entre Ríos. Aunque la circulación de DEN-3 fue limitada, al representar el 0,19% de los casos serotipificados, ese hallazgo representa un riesgo de introducción y dispersión del serotipo”, señaló la OPS entre los resultados del análisis de riesgo a partir de datos de las últimas tres décadas y media.
El año pasado, la epidemia de dengue afectó fuerte a la región, con más de 13 millones de casos en 50 estados, sin considerar el subregistro que existe para la infección y que crece todavía más cuando, por la alta demanda, se resiente la respuesta del sistema de salud. Tanto la OPS como la OMS hablaron en su momento de “un incremento histórico”, con casi siete millones de casos confirmados por laboratorio, 22.684 casos graves (0,17%) y 8186 decesos atribuidos en los países a la enfermedad. Brasil fue el que más infecciones notificó en términos absolutos, con 10.232.872 casos. En segundo lugar, estuvo la Argentina, con 581.559 casos. Luego, de acuerdo con la OPS, siguieron México (558.846 casos), Colombia (320.982) y Paraguay (295.785).
En enero de este año, 23 países habían notificado 238.659 casos por confirmar o descartar, con la mayoría (87%) en Brasil, seguido de Colombia, Nicaragua, Perú y México, y una de cada cuatro de esas infecciones bajo sospecha confirmada finalmente por laboratorio (57.899 casos en total, incluidos 263 de dengue grave). Ayer, el Ministerio de Salud de Brasil actualizó en 115.667 los casos confirmados por laboratorio o diagnóstico clínico/epidemiológico, con más de 257.000 notificaciones. De ahí que el gobierno nacional y algunos distritales, como la Ciudad o la Provincia de Buenos Aires, estén siguiendo el recambio turístico con ese país estas semanas.
“En 1994, el DEN-3 fue reintroducido en América después de una ausencia de 16 años –repasó la OPS–. Colombia y Puerto Rico habían notificado ese serotipo en 1977 y 1978, y no volvió a ser detectado hasta 1994 en Nicaragua y Panamá”. Desde allí, avanzó a México, el Caribe y América del Sur. “En 2000, fue detectado en Río de Janeiro, [donde] ocasionó un brote de gran magnitud que duró tres años”, se propagó al resto de Brasil y, así, por el continente, según resumió el detalle.
Recomendaciones
- Dar vuelta, tapar o resguardar los objetos útiles que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua de lluvia o riego, como baldes, tanques, palanganas, tambores, juguetes, floreros, entre otros, ya que el mosquito vector de los virus del dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla se puede ocultar en los lugares menos pensados.
- No acumular cubiertas ni chatarra, que están entre los reservorios de crías del Aedes aegypti más comunes, pero también más subestimados.
- Mantener tapados los tanques y recipientes (aljibes, cisternas, recipientes para almacenar agua de lluvia para riego) que se usan para recolectar agua.
- Cepillar, limpiar y cambiar frecuentemente el agua de bebederos de animales, incluidos los que se dejan para animales en las veredas o comercios, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia.
- Frotar las paredes internas del recipiente para desprender los huevos de mosquitos que puedan estar adheridos. Tratar con larvicidas los recipientes que no se puedan eliminar.
- Evitar cultivar o preservar plantas en agua: los huevos del mosquito pueden adherirse a la pared del recipiente o entre las raíces
- Destapar y realizar limpieza periódica de canaletas y desagües de lluvia; verter agua hirviendo en las rejillas de desagüe y colocarles tela mosquitera.
- Mantener las piletas de natación limpias y cloradas; usar cobertores cuando no se utilicen.
- Limpiar los patios y los jardines de malezas para prevenir la presencia de mosquitos adultos.