“Se alinearon los planetas” es una frase que trasciende la astronomía. Refiere a una situación en la que una serie de factores se dan al mismo tiempo, de manera improbable, y permiten que algo más suceda. Enciende la imagen de varios planetas girando en torno del Sol, a distintas velocidades y en diferentes órbitas, que en un momento dado, casi mágico, forman una línea exacta. Eso se viene anunciando en las últimas semanas, una alineación que sucederá en estos días, el 21 o el 23 o el 28 de enero. Bueno, hay que decirlo: no, los planetas no formarán exactamente esa línea que imaginamos. Pero también hay que ser justos con la astronomía, porque se verá un espectáculo maravilloso, con un desfile planetario entre las estrellas. ¿Cuándo? ¿Cuántos? ¿Dónde? Y todo en este recorrido a través de una delgada línea entre lo cierto y lo incierto.

Cuándo. Por alguna razón desconocida, nos interesan mucho más los sucesos puntuales, de un solo día, que los que duran varios días. Los planetas que se promete serán visibles en el cielo ya están en realidad esperándonos en el firmamento. Hoy, mañana, pasado, la semana que viene y así hasta los primeros días de febrero. Estas noches ya están todos a la vista: solo hay que salir luego del ocaso y saber dónde mirar.

Estas noches ya están todos a la vista: solo hay que salir luego del ocaso y saber dónde mirar

Cuántos. Algunas noticias hablan de seis planetas; otras, de siete; algunas llegan a ocho. Vamos por partes. El sistema solar tiene, incluida la Tierra, un total de ocho planetas girando en torno del Sol (a Plutón desde 2006 ya no lo consideramos planeta). Solo son observables a simple vista cinco. Hay dos que están muy lejos, Neptuno y Urano; este último solo es visible en condiciones terriblemente propicias: en la práctica, casi imposible. Otro no se puede ver en el cielo porque lo estamos pisando, la Tierra. Así que quedan visibles Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Al inicio de estas noches se ven los cuatro últimos y recién cerca del amanecer, por el este, aparece Mercurio. Cuando se asegura que se ven seis planetas, se hace referencia a Urano y Neptuno, que sí están en el cielo luego del ocaso, pero solo visibles con telescopio. Lo que sí es cierto y accesible para todos, desde cualquier lugar de la Argentina, es que se pueden encontrar a simple vista a Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Dónde. Al ponerse el Sol, hay que posicionarse de forma tal que nuestro lado izquierdo apunte hacia el ocaso, hacia el oeste. Por ende hacia la derecha quedaría el este, y hacia el frente, el norte. Esa es la posición ideal para disfrutar del desfile planetario. Luego del atardecer, hacia el sitio donde se ocultó el Sol, un poco más hacia arriba y a la izquierda se ubicará el punto más brillante de todo el firmamento. Ese es el planeta Venus, el más caliente del sistema solar, 400°C en superficie de día y de noche. Muy cerquita de Venus, arriba y a la izquierda, a la distancia de unas cinco lunas llenas, un punto bastante más tenue y amarillento: Saturno, el planeta de los anillos. Luego hacia el norte, justo frente a nosotros, un poco más arriba del horizonte que Venus, se ubicará: Júpiter, el planeta más grande de los ocho. Es fácil de ubicar al ser el segundo punto más brillante de la noche. Por último, a nuestra derecha, hacia el este, el planeta rojo: Marte. Bajo en el horizonte, de un brillo inferior a Júpiter, pero muy rojizo. Ahí sí, para todos los que eleven la vista, medio sistema solar.

Hasta los primeros días de febrero, se podrá observar a simple vista a Venus, Marte, Júpiter y Saturno

¿Y es verdad que están en línea, en esa línea que muchos pueden imaginar? No, no están uno detrás del otro, formando una línea recta con la Tierra. Es, en realidad, la línea que formaron toda la vida los planetas; desde hace 4500 millones de años que se formó el sistema solar, siempre desde la Tierra los planetas se ven en línea. Vamos con una comparación. Imaginemos que estamos sentados en el centro de un parque y por la calle perimetral se ven pasar decenas de runners en una de las tantas carreras. Desde nuestro cómodo banco se observa no solo el meritorio esfuerzo de esa gente por correr para llegar al lugar del que salió, sino también cómo van en línea, más adelante los primeros y luego sus perseguidores. Forman una línea recta sobre el asfalto. Pero si pudiésemos observar la calle en cuestión desde el aire, veríamos que no todos van por la misma línea, sino que se distribuyen a lo ancho de la calle, ocupando todo el plano de la cinta transitable. Lo mismo sucede con los planetas.

Pareciera que están en el cielo formando una línea, que ni siquiera es recta, de hecho se ve curva, y no es ni más ni menos que el sistema solar visto de perfil. Incluso esta línea tiene un nombre propio, se llama eclíptica. Por esa línea transitan el Sol, la Luna y todos los planetas. Estamos tan acostumbrados al diagrama del sistema solar visto desde afuera, el Sol al medio y los planetas alrededor, como un plato o un disco, que a veces nos olvidamos que estamos dentro, en uno de esos planetas. Y desde la Tierra no se ve desde “arriba”, sino desde “adentro”. En la alineación de estos días se verán sobre la eclíptica, de oeste a este: Saturno, Venus, Júpiter y Marte.

Ellos no se inmutan, danzan en torno del Sol desde hace miles de millones de años y seguirán así un tanto más, al menos hasta que nuestro astro rey crezca tanto que se “coma” a Mercurio, Venus y, tal vez, la Tierra. Las alineaciones se repetirán cientos, miles, decenas de miles de veces a lo largo de la vida de los planetas; los fugaces somos nosotros. Nadie sabe quién podrá ver el siguiente gran fenómeno astronómico, pero casi todos podrán disfrutar estas noches del desfile planetario.