Revisar el carnet de vacunación o, de no tenerlo, consultar en la familia para conocer el estado de vacunación contra el sarampión es esencial en estos momentos.
Con 11 casos confirmados en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en personas que van de ocho meses de edad hasta más de 40 años, las autoridades sanitarias del país y profesionales que trabajaron en las epidemias de sarampión de hace cuatro décadas coinciden en pedir la colaboración de la población para contrarrestar rápidamente la baja cobertura en los más chicos con las dosis recomendadas de calendario y tomar conciencia de la inmunidad personal frente un virus que volvió a tener circulación comunitaria.
Infectólogos consultados en los últimos días coinciden en que en estos momentos es especialmente importante tomarse unos minutos para hacer esa revisión. El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas que se conocen: se transmite por vía respiratoria, pero sin necesidad de que exista un contacto directo o estrecho con la persona enferma.
Eso es porque el virus que la provoca se propaga a través de las microgotas de saliva o las secreciones respiratorias cuando esa persona tose, estornuda o habla. Esas secreciones que quedan en el aire o sobre superficies mantienen su capacidad de infectar entre dos y tres horas en el ambiente de viviendas, transporte, salas de espera, baños, aulas u oficinas, solo por poner algunos ejemplos. El período de contagio se da entre cuatro días antes y cuatro días después de que aparece la erupción característica en la piel. Los primeros síntomas incluyen fiebre, enrojecimiento de los ojos, malestar general y goteo nasal como durante un resfrío, tos seca, dolor de garganta, entre otros.
Es una enfermedad de notificación obligatoria al sistema nacional de vigilancia sanitaria, con medidas de aislamiento para la persona que consulta con síntomas y sus acompañantes con solo la sospecha de que pueda tratarse de sarampión. Esto, en las recomendaciones que difundió el Ministerio de Salud de la Nación, debe darse en todo caso que llegue a un centro de salud con temperatura en axila de más de 38ºC y erupción en la piel (exantema), más allá de cual sea su antecedente de vacunación.
¿Protegidos o no?
Si bien las personas que nacieron antes de 1965 están protegidas (son inmunes) porque estuvieron expuestas a brotes reiterados de sarampión antes de que se empezara a utilizar la vacuna en las campañas de inmunización masiva en la década del 80. Son los que, ahora, tienen 59 años o más y la indicación es que no necesitan vacunarse. Pero, ¿qué pasa si uno tiene menos de esa edad?
En ese caso, queda la posibilidad de que conseguir carnet de vacunación, apelar a la memoria familiar u optar por una prueba de laboratorio para detectar anticuerpos, como con otros virus respiratorios. Lo que mide la presencia o no de inmunoglobulina G (IgG) antisarampión en sangre. Un resultado positivo indica inmunidad contra el virus. De manera privada, está disponible en algunos laboratorios de análisis clínicos, con orden médica y, de acuerdo con la obra social o prepaga que se tenga, tiene cobertura. De lo contrario, la prueba ronda los $36.000.
A diferencia de los más chicos, no hay registros oficiales de la vacunación en el país que se pueda consultar para los que tengan 30 o 40 años. El sistema de salud a nivel país empezó a cargar esa información online recién hace poco más de una década y no siempre está al día, como dio cuenta este medio sobre el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac). Eso dependerá de cada jurisdicción.
Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, refirió en una entrevista con LN+ que, en el caso de los chicos, es “poco frecuente” que esté la duda de si recibieron o no la vacuna triple viral de calendario porque esa información está sistematizada y basta con acercarse a un centro de salud para consultar si se perdió o no se encuentra el carnet de vacunación. El esquema infantil recomendado tiene dos dosis: la primera al año de vida y, el refuerzo, a los cinco años para el ingreso escolar. En los jóvenes o adultos, ante la duda, el funcionario expresó que se pueden dar un refuerzo “a cualquier edad” y consultar con un médico de cabecera.
“Sean chicos, adolescentes o adultos jóvenes, la recomendación en estos momentos por el alto riesgo de contagio, la baja cobertura y la movilidad de la población es, si no se tiene el carnet o ante la mínima duda, acercarse al vacunatorio del centro de salud público o privado más cercano o según la cobertura y consultar”, explicó en los últimos días a este medio Silvia González Ayala, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (Sadip).
Como sus colegas, insiste en que, en el escenario actual, cada familia tiene que ocuparse. “Quienes no estén vacunados, incluidos los adultos, urgente tienen que vacunarse. Recibir una dosis, ante la duda, no hace daño y refuerza la inmunidad –expresó–. Las infecciones en los vacunados son extremadamente inusuales y son necesarias dos dosis para asegurar la protección duradera.”
La vacuna contra el sarampión –sea doble viral, que protege también contra la rubeola, o triple viral, que además lo hace contra paperas– no puede darse a embarazadas, menores de seis meses ni personas que están inmunocomprometidas.
González Ayala había explicado a LA NACIÓN que si una persona de seis meses de edad en adelante que estuvo en contacto o en el mismo lugar que un enfermo –como una sala de espera, un baño, un ascensor o áreas comunes de un edificio, el aula o un comercio, solo por poner algunos ejemplos– se vacuna contra el sarampión dentro de los tres días posteriores a esa exposición va a estar protegida.
Campaña de vacunación
Esta semana, la cartera sanitaria nacional informó que en la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) con los ministros provinciales se definió implementar una campaña de vacunación complementaria a las recomendaciones de vacunación de calendario. Se concentrará en el AMBA, que es donde se está registrando el brote que comenzó en el barrio de Palermo, tras la llegada de una familia de Rusia, con escala en otros países. A partir de esto, en la Ciudad se empezaron a controlar los carnets de vacunación en las escuelas para poner al día las dosis de calendario en los alumnos que no tengan el esquema de vacunación completo.
A la espera de conocer los lineamientos de esa campaña nacional, ya se informó que se aplicará una dosis cero a los bebés de entre 6 y 11 meses de edad y a los chicos de entre 14 meses y cuatro años. Esa dosis será complementaria a las dos indicadas para el esquema con la vacuna triple viral. A la par, se buscará completar ese esquema en quienes no lo hayan hecho. Esto también alcanzaría a los adolescentes o mayores de 18, según estaban analizando en la cartera nacional. En el brote en curso, que se concentra por el momento en un barrio de la Ciudad y en Florencio Varela, en la provincia de Buenos Aires.
Anteayer, al conocerse la confirmación de otros tres casos (uno en la Ciudad y dos en la Provincia), la presidenta de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) destacó la necesidad de implementar la campaña recomendada a las autoridades nacionales por la comisión la semana pasada. “Es la misma cadena de transmisión, pero ya hay circulación comunitaria desde el punto de vista epidemiológico”, sostuvo sobre los nuevos casos Ángela Gentile, que también es jefa del Departamento de Epidemiologia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
A partir del detalle de la investigación del brote, detalló que, a esta altura, dos casos del total son importados (coprimarios), siete están relacionados a ambos casos importados y otros dos se consideran de transmisión comunitaria porque no se pudo identificar el contacto directo con los confirmados. “El genotipo viral [identificado], en este caso B3, nos ayuda a confirmar que todos los casos pertenecen a la misma cadena de transmisión y, por esto, es imperioso iniciar lo antes posible la campaña de vacunación contra el sarampión”, insistió Gentile, al hablar con LA NACIÓN.
¿Cómo saber si tengo que vacunarme?
- Las personas que nacieron antes de 1965 están protegidas. Son los que, ahora, tienen 59 años o más y la indicación es que no necesitan vacunarse.
- El primer paso para quienes tengan menos de 59 años es revisar el carnet de vacunación o, de no tenerlo, consultar en la familia para conocer el estado de vacunación contra el sarampión.
- Si eso resulta imposible, se puede optar por una prueba de laboratorio para detectar anticuerpos.
- Ante la duda, recibir una dosis no hace daño y refuerza la inmunidad.