En julio de 2020, Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia penal argentina, presentó un pedido para que le apliquen la inyección letal. Una medida imposible de cumplir porque la pena de muerte no figura en la ley argentina.
Ayer, a través de un mensaje de audio que envió desde la Unidad Penal N° 26, del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y que fue difundido por el canal América, reiteró la solicitud que había presentado hace casi cinco años y que la Justicia rechazó por improcedente. “”Lo único que quiero es que me maten porque estoy sufriendo condenadamente“”.
Condenado a reclusión perpetua más accesoria por tiempo indeterminado por once homicidios, una violación y 17 robos, Robledo Puch expresó: “Lo único que ansío es que me metan en la sala de una clínica y me pongan una vía con suero y me pongan a dormir profundamente y después me inoculen el veneno y me maten”.
El Ángel de la Muerte, detenido desde hace 53 años, dijo en un audio de poco más de un minuto que sufre de “cuatro hernias, la próstata, las cataratas, la artrosis, el asma, la pérdida de masa muscular, los dolores de la columna, de la cadera y de la cintura”.
“Estoy sufriendo condenadamente. No me van a dejar salir jamás en libertad… creo que te lo dije, fui claro. Jamás. Jamás me dejarán ir a ningún lado”, concluyó Robledo Puch, quien hace unos años había manifestado que para él “era la libertad o nada”.
Los reclamos del “Ángel de la Muerte” variaron con el paso de los años. “No quiero algo nuevo porque estoy acostumbrado a esto”, dijo Robledo Puch, en una entrevista con el psicólogo, que debía evaluar si estaban dadas las condiciones para que deje la cárcel de máxima seguridad. En las últimas horas, la Justicia dispuso que sea trasladado a un penal de régimen semiabierto, paso previo a la libertad.
“Se hace lugar a la incorporación de Carlos Eduardo Robledo Puch al régimen abierto de detención, en el marco del Programa Casas por Cárceles de la Unidad 25 del SPB [Servicio Penitenciario Bonaerense], una vez que se produzca el cupo correspondiente, siempre y cuando preste su consentimiento al efecto”, expresó la resolución firmada por el camarista Oscar Quintana y el secretario de Cámara Bernardo Hermida Lozano.