Premiado internacionalmente, este edificio de Ituzaingó que propone departamentos distintos entre sí, vistas al verde y una planta baja pública que juega con la trama urbana fue diseñado y dirigido por Diorella Fortunati, hoy asociada a la arquitecta Nuria Jover en Estudio Morton.

La planta baja del edificio cuenta con una rampa y un estanque, ambos foco de reunión y juego de los vecinos.

Además de múltiples nominaciones −que incluyen su exhibición en el célebre Instituto de Tecnología de Illinois (Chicago)−, recibió el Gran Premio en la Bienal Internacional de Santa Cruz 2024 (Bolivia) y también fue distinguido por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA).

Con múltiples sustracciones y extensiones semicubiertas, el diseño asegura que cada departamento cuente con salida al exterior y buena iluminación.

Fanática de Silvina Ocampo, la arquitecta bautizó los departamentos con el nombre de especies que la autora menciona en Árboles de Buenos Aires (1979). “Esos poemas describen particulares sensaciones de estar inmerso en la copa de un árbol; y acá yo buscaba algo similar: una perspectiva fuera de lo convencional”, cuenta Fortunati.

El departamento de Julián

Julián Joandet tiene 36 años. Es diseñador, director de arte y está al frente de B* Creative Studio, una agencia con tres áreas operativas: branding, producción de eventos y reclutamiento de influencers. Trabaja mucho desde su casa y la amplitud y la flexibilidad de sus ambientes le permiten hacerlo, sin problema, en cualquiera de ellos.

El diseñador Julián Joandet posa en un rincón de su departamento.

“Conocí el edificio a través de un amigo que tomó posesión de los locales de la planta baja cuando la obra se estaba terminando. Me invitó a recorrerla y, de inmediato, me llamó la atención que no se trataba de una construcción seriada, sino que cada piso tenía su propia impronta y espacio distintivo. Ningún departamento se repite. Eso me dio la pauta de que no habría rigidez en el uso de los espacios”, recuerda.

Gran parte del equipamiento (mesas, bancos, estantes) fue fabricado por Julián, apasionado de la carpintería. Eligió madera de guayubirá para aportar contraste con su tono intenso. Alfombra de lana tejida en telar (Elementos Argentinos).

Partiendo del banco de hormigón de la terraza, que ingresa al interior, distribuí otros bancos de madera por el departamento para usar la oficina o el hall de entrada como lugares de descanso, por ejemplo.

Julián Joandet, diseñador, director de arte y dueño de casa

El balcón de hormigón de la terraza también es parte del interior de las unidades.

Julián vive en la unidad “Ceibo”, que tiene un estudio/oficina al cual puede acceder directamente desde el palier común a través de lo que hoy es una ventana, pero que está preparada para transformarse en puerta, para recibir clientes sin que pasen por la casa, algo preciado en estas épocas de home office.

En ese espacio, el diseñador hace de todo: trabaja, edita sus fotos, escucha música, destina ratos libres. El balcón es otro de sus preferidos: cuando los días están lindos, se convierte fácilmente en comedor gracias al banco de hormigón, una extensión de la estructura que habilita a sentarse o apoyarse sin necesitar muebles extra. “Me gusta poder resignificar los espacios constantemente, en línea con la versatilidad del diseño, que invita a apropiarse con libertad de cada ambiente”.

Las vasijas de coco de los estantes del comedor son un guiño a la playa, uno de los lugares preferidos de Julián.

“Ajusté el mobiliario y la decoración a lo mínimo indispensable, no solo porque el edificio tiene un diseño que viste, sino también porque contar con pocos elementos me permite registrarlos mejor y mantener el orden”.

“El hormigón de la estructura y el piso sugiere una caja fría, así que mi intención fue sumar objetos que aportaran calidez”, cuenta Julián.

“Al momento de mudarme, me atrapó que los departamentos fueran distintos y poco predecibles, algo que aleja esta construcción de las ofertas más comerciales, en las que todo se hace igual”.

Junto a la cama, camino de lana tejido en tela (Elementos Argentinos). Así como la oficina se usa para el descanso, el dormitorio se transforma en cuarto de yoga cuando llega la hora de practicar.

El departamento de Julieta

Julieta Doellinger trabaja desde muy chica junto a su papá en una empresa de transporte de pasajeros llamada Ale Bus. Él, dice, le dio las herramientas necesarias para crecer profesionalmente y formar negocios propios. Tanto es así que, recientemente, a sus 30 años, abrió junto con su pareja un local de venta de celulares y accesorios importados llamado iPhone Padua.

Julieta Doellinger, emprendedora.

“Lo mío se maneja todo en familia”, dice entre risas. Hace años que vive en Ituzaingó, en el mismo barrio donde está ubicado este edificio que la atrapó por la cantidad de ventanas y vistas al verde. Su departamento fue equipado en gran parte por la dueña, a quien le atribuye todo el mérito de la decoración.

“Casi todas las tipologías (que van de los 38 a los 115m2) están separadas por vacíos, por el sistema circulatorio o por los núcleos húmedos. Esto refuerza la intención de diseñar casas aisladas, y evita ruidos ajenos o que se crucen visuales entre vecinos”, detalla la arquitecta Diorella Fortunati.

El balcón es uno de los espacios que más disfruto. Allí paso muchas noches de verano y, además, me permite ampliar enormemente el comedor cuando abro sus puertas ventana de par en par.

Julieta Doellinger, emprendedora

Julieta pasa tiempo trabajando desde su casa y la amplia mesa de comedor le permite desplegarse con comodidad.

“No hizo falta desarrollar demasiado el interiorismo porque el lugar tiene tanta luz que por sí mismo cobra vida. Únicamente sumamos algunos objetos con colores pasteles para que quedaran engamados con la arquitectura”.

Todos los ambientes tienen luz natural.Uno de los detalles más originales de las unidades es el de la ménsula de hormigón que bordea los balcones a modo de banco e ingresa como un asiento que se transforma en estante y permite apoyar elementos decorativos y macetas.

El edificio es una masa horadada por tres vacíos, en la que la vegetación y la ventilación dan el presente en todo el perímetro. Cada dormitorio está en relación con el exterior arbolado.

Los baños continúan con la paleta grisácea del resto de los ambientes.

El departamento de Diorella

Diorella Fortunati es propietaria de uno de los departamentos y, además, es la arquitecta detrás de la obra. Vivir en este lugar es, para ella, un orgullo. “No estaba en mis planes mudarme acá, pero surgió la posibilidad. Es muy gratificante estar tan a gusto en un espacio diseñado para otros”.

La arquitecta Diorella Fortunati, quien estuvo detrás de la obra completa del edificio y también reside en uno de los departamentos.

Hay gente joven que no puede afrontar los gastos de vivir en un departamento caro, pero que igual quiere (y tiene derecho a) vivir bien, o personas solteras que no tienen por qué vivir peor que si lo hicieran con más gente. Tampoco considero que las unidades de poca superficie deban tener balcones igual de chicos.

Arq. Diorella Fortunati, autora del proyecto y socia fundadora de Estudio Morton

Esta fue su primera obra de propiedad horizontal; la empezó a diseñar en 2016, cuando tenía 25 años, y se concretó en 2018. “Es un bloque de casas apiladas con sus cuatro fachadas liberadas y trece tipologías distintas. Fue posible gracias a la imprudencia de mi juventud, a mis pensamientos universitarios y a los inversores, que entendieron que se traducirían en espacios de calidad”.

En la comodidad de sus 45m2 –y 15 de expansión– queda plasmada su búsqueda de “equidad espacial”, como ella misma define.

Cocina y espacio de trabajo

“Como la cocina iba a estar a la vista y sería mi espacio de trabajo, le di igual importancia que al living. Escondí la heladera en un mueble y puse una isla de 1,50×1,50m para cocinar, comer y desplegar computadora y planos. El verde fue una apuesta de diálogo con los árboles, que resultó bien. Si no arriesgo en mi propia casa, ¿entonces dónde?”, reflexiona la arquitecta.

Laqueado del bajomesada y alacenas con sectores en melamina ‘Carvalho Mezzo’ de Faplac (Lorien Mobile). En donde está la bacha, la mesada es de cemento; en la isla, de Purastone ‘Terrazzo White’. Banquetas ‘Ludwig’ tapizadas en ecocuero (DeSillas). Colgante (Todo Luces).El revestimiento de la alzada se hizo con recortes de mármoles que el abuelo de la arquitecta había traído desde Italia, donde nació, hace muchos años.

Balcón-terraza que se disfruta

Diorella recuerda que, durante la obra, los operarios se reunían en sus ratos de descanso en la terraza del primer piso, que ahora es suyo, justo frente a la copa de los jacarandás (su unidad les debe su nombre). “Presto mucha atención a las dinámicas urbanas, y entendí que esa expansión era muy potente. Decidí destacarla abriendo más ventanas en dirección a esos árboles”, cuenta, respecto de algunos ajustes de diseño que encaró una vez que supo que viviría aquí.

Aberturas de PVC foliado en negro (IWIN Aberturas). La damasca de la terraza es parte de un huerto que continúa en el balcón de la cocina.

“Desde mi terraza veo cómo se aprovecha la planta baja: hay locales gastronómicos y se cedió parte al uso público ensanchando la vereda y sumando un estanque, el favorito de los niños”.

Sofá con funda en color maíz (Sillones Rumar). Las plantas del balcón entran en cada rincón de la casa, para acentuar el contacto interior-exterior.

“El sofá mide 1,10×1,20m, así que podemos usarlo como cama si alguien se queda a dormir”.

Claves de su dormitorio

Las cortinas tienen un tono visón que se mimetiza con el del hormigón armado. Las puertas del placard son de cedro y fueron recuperadas de una demolición. Su ancho marcó el del mueble, dejando un resto abierto que se aprovechó como biblioteca.

El placard tiene 30cm de profundidad; los otros 30 se cedieron al espacio integrado de cocina y estar. “En los placares de 60cm, sobra lugar detrás de las remeras, así que prefiero destinar el sobrante a las áreas comunes y buscar otro lugar para perchas”.

En el baño, revestimiento ‘Estocolmo’ gris (Bará) y pared de ducha en microcemento de tono similar. Griferías negro mate (Piazza).