En la noche del 3 de noviembre, mientras el viento empezaba a rugir con una fuerza inusual, una familia en Choctaw, Oklahoma, enfrentó uno de los momentos más aterradores de su vida. Un tornado EF-3, con vientos estimados entre 218 y 266 kilómetros por hora, atravesó su vecindario, destruyendo hogares y dejando a cientos de personas desplazadas. La reacción rápida de Rocky Campbell y Emily Swenson, quienes se refugiaron en un armario junto a su hija, fue la diferencia entre la vida y la muerte.
“Escuché el viento, y sonaba diferente a cualquier otra tormenta”, recordó Campbell en una entrevista con FOX News Digital. Su instinto los salvó cuando el techo de su casa se desintegró sobre ellos. Sin embargo, lo ocurrido no fue un evento aislado. El tornado, que formó parte de una serie de tormentas severas en el estado, dejó tras de sí un rastro de destrucción a lo largo de 40 kilómetros y dañó casi 300 estructuras, según un informe del Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Clasificado como EF-3 en la Escala Mejorada de Fujita, el tornado de Choctaw se caracterizó por su fuerza destructiva, suficiente para arrancar árboles de raíz y reducir viviendas a escombros. La casa de Campbell y Swenson fue una de las muchas declaradas inhabitables tras el paso del fenómeno. Aunque el evento ocurrió de noche, un momento en el que las tormentas suelen ser más mortales debido a la falta de visibilidad y alerta, afortunadamente no hubo víctimas fatales. No obstante, al menos 11 personas fueron hospitalizadas con lesiones no graves, de acuerdo con el Departamento de Policía de Choctaw.
El fenómeno formó parte de los más de seis tornados registrados esa noche en Oklahoma. Según los meteorólogos, se originaron durante una intensa tormenta eléctrica que azotó la región, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de las comunidades frente a condiciones climáticas extremas.
“Todo fue un caos”, relató Emily Swenson al rememorar los minutos que pasaron refugiados en el armario mientras los vientos arrancaban partes de su hogar.
La experiencia dejó a la familia sin vivienda, forzándolos a buscar refugio con amigos hasta encontrar una casa de alquiler. A pesar del trauma, Swenson manifestó su determinación de estar preparada para futuros eventos: “No tenemos un refugio contra tormentas, pero encontraremos el lugar más seguro en casa cuando suenen las alarmas”.
La importancia de los refugios y alternativas para protegerse
En regiones como Oklahoma, donde los tornados son una amenaza constante, los refugios antitornados se han convertido en una herramienta esencial para salvar vidas. Estas estructuras están diseñadas para soportar los vientos extremos y los escombros peligrosos que acompañan a tormentas severas, como el tornado EF-3 que recientemente arrasó Choctaw.
Según expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), un refugio bien construido puede ser la diferencia entre la vida y la muerte al reducir significativamente el riesgo de lesiones graves causadas por vidrios rotos, objetos voladores o el colapso de estructuras.
Sin embargo, no todas las viviendas cuentan con refugios dedicados, lo que obliga a muchas familias a buscar alternativas. Para quienes no disponen de un refugio antitornados, encontrar el espacio más seguro dentro de la casa es crucial. Los expertos sugieren que las habitaciones interiores sin ventanas, como armarios o baños, suelen ofrecer la mayor protección, especialmente en el nivel más bajo del edificio.
Además de elegir un espacio protegido, es vital reforzarlo en la medida de lo posible. Elementos como colchones, mantas gruesas o incluso cascos pueden proporcionar una capa adicional de seguridad frente al impacto de escombros. Mantenerse informado también es esencial. Las alertas meteorológicas locales y los sistemas de advertencia, como radios especializados o aplicaciones móviles, permiten actuar rápidamente y buscar refugio antes de que la tormenta golpee.
En algunas comunidades, los refugios compartidos ofrecen una opción adicional para quienes no cuentan con estructuras seguras en sus hogares. Sin embargo, en áreas rurales o con infraestructura limitada, estas alternativas no siempre están disponibles. Para estas situaciones, kits para reforzar habitaciones interiores, conocidos como “safe rooms”, pueden proporcionar un nivel básico de protección, aunque no alcanzan la resistencia de los refugios certificados.