Las dos hectáreas del terreno y el monte que tiene al fondo pesaban al momento de decidir el planteo. Había espacio y entorno para explayarse, pero también un deseo expreso de los dueños de que su casa de fin de semana en Luján fuera simple. Debida cuenta de todo, el estudio Mazzinghi-Sánchez Arquitectos proyectó una vivienda de una planta con fachada gris oscura, techo a dos aguas, una galería liviana y ambientes que se enlazan con sencillez.

Las cubiertas son de chapa ondulada prepintada en gris (Comercial CMP) y los muros son de ladrillo revestidos en siding (Cedral) pintado a tono. Para el cielo raso de los aleros, eucalipto.

Buscando la uniformidad del proyecto, lo llevamos al extremo de la simpleza, para que se leyera como una única pieza minimalista sobre el paisaje.

Arq. Eduardo Mazzinghi, Mazzinghi Sánchez Arquitectos, al frente del proyecto

En un lateral que queda resguardado del viento, armaron una galería de invierno con salamandra (Ashwood).Los arquitectos Jorge Mazzinghi (de pie, der.), Joaquín Sánchez y Eduardo Mazzinghi (sentado) lideraron desde el estudio Mazzinghi-Sánchez el proyecto y la dirección de obra de esta casa.

Una caricia interior

“Para que la casa no se perdiera en la inmensidad, la construimos alta (llega a 5 metros en la cumbrera). Y para hacerla acogedora, diseñamos este tímpano de madera natural, una suerte de ‘fachada interior’”, cuenta.

Tanto en el interior como en el exterior usaron el mismo piso de piedra ‘Tundra Grey’ (De Stefano) cortado en piezas de 40x60cm.

Entre el blanco y el negro, se destaca el revestimiento de Eucalyptus grandis seleccionado sin nudos (Mazzinghi-Sánchez Arquitectos). El sofá curvo (Bull Buenos Aires), que quiebra las líneas perpendiculares. La silla BKF, un regalo de casamiento.

Sillones vintage con funda (Tienda Mayor). Cortinas de red Basilea (Casa Almacén) confeccionadas por De Fourcade. Todas las carpinterías son de PVC foliado en gris.

Enlace

El comedor y la cocina están integrados, pero no del todo. Si bien los conecta una abertura grande, conservan sus límites. Es más, la cocina tiene acceso independiente desde el jardín”, comparte el arquitecto.

Mesas bajas de madera quemada y hierro (Masai Deco). Kilim heredado.Mesa de comedor ‘Pergamino’ (Amparo Be) y lámpara de papel. Sillas ‘Whishbone’ (Pasto Home y Marini Studio). Sobre la consola/bar de hierro negro (Alto Rancho), ‘Araucaria’ de Sofía Wiñazki.

Vintage actual

La ambientación que pensaron para la cocina remite a la de una antigua casa de campo, pero la concretaron con materiales absolutamente contemporáneos. Ventajas estéticas y funcionales.

Banquetas de petiribí (Talleres Sustentables). Vajilla y objetos de cerámica (Ángeles Castro Corbat y Mínima Huella).

Muebles de cocina (Mazzinghi-Sánchez Arquitectos) con laca poliuretánica en un tono entre gris y verde musgo. Las mesadas, de mármol claro, marcan un contraste junto a la madera de kiri.

Chispas de color

“El playroom tiene un uso íntimo, más familiar, sobre todo al final del día para jugar o ver algo en la tele. Para que fuera más relajado, pintamos el revestimiento de madera de blanco, y luego se sumaron detalles de color”, explican sobre las etapas de la ambientación.

Sillón ‘Ghost’ (Good Luck) con mix de almohadones (Tienda Mayor y Luna Oks). Serigrafías de Luisa Freixas. En el mueble, previeron un nicho para ubicar la TV y cajones de guardado en la base.

El cuarto infantil nos llama la atención sobre un detalle del interiorismo que se aprovechó en todos los ambientes: usar el color y el motivo de las cortinas como ancla y recurso de identidad.

Aquí repitieron el revestimiento, pero dejando algunas superficies lisas. Camas hechas a medida. Cortinas a cuadros (Casa Almacén por De Fourcade). Libros (Smiling to Unlock).

Refugio en suite

Ubicada en uno de los extremos de la casa, la suite disfruta de las vistas al monte de eucaliptos y a los sectores más ocultos del jardín.

La mesada y los artefactos blancos, los detalles metálicos y el vanitory de incienso resaltan el contraste en este ambiente sobrio.

En el baño principal, se reforzó la elección del gris con paredes de cemento alisado a tono con el piso de piedra ‘Tundra Grey’ (De Stefano).

Eligieron gris grafito en la cabecera (Amparo Be), las cortinas de red Basilea (Casa Almacén por De Fourcade), la manta (Ikea) y los almohadones (Pez Koi).

Un quincho divino y autosuficiente

“Ubicamos el quincho sobre un lateral, a 40 metros de la galería, para neutralizar los ruidos. Como tiene las instalaciones para hacerlo autosuficiente, en verano pueden pasarse horas allí sin necesidad de volver a la casa”, explica Mazinghi.

Los muros del quincho también son de ladrillo revestido en siding (Cedral) pintado de gris oscuro.

La paisajista Clara Billoch generó diferentes espacios y circulaciones y “acercó” el verde a la casa. Para que esos sectores también se lucieran de noche, están cuidadosamente iluminados.

En línea con la galería, esta pérgola tiene columnas metálicas livianas y cielo raso de eucalipto (Mazzinghi-Sánchez Arquitectos).