La pista está desierta, solo le agregan un poco de color los enormes carteles de publicidad de una marca de neumáticos, una de relojes y otra de cigarrillos. El sonido de motores anuncia la cercanía de vehículos. De pronto, dos autos de Fórmula 1 aparecen ante la vista. El MacLaren piloteado por Ayrton Senna, reconocible desde lejos por su casco amarillo, sobrepasa a la Ferrari de Alain Prost. Así, la rivalidad de quienes fueron compañeros de equipo se expresa en una maniobra, que deja al piloto brasileño un paso más cerca de la victoria.
En realidad, esos pilotos no son Senna y Prost; los autos no son MacLaren y Ferrari; y la pista no es un circuito internacional de la Fórmula 1.
No se trata de un conjuro mágico; el viaje en el tiempo y el espacio es posible gracias a la dedicada construcción del universo de Senna, la miniserie que Netflix estrenará el próximo 29 de noviembre. La ilusión que se genera al visitar el set de filmación es el resultado del trabajo de un numeroso equipo técnico, que convirtió al autódromo de Buenos Aires, Oscar y Juan Gálvez, en distintos circuitos famosos, desde Japón a Brasil, tal como eran a principios de los 90; mientras que constructores especialistas crearon las réplicas de los autos de Fórmula 1 y pilotos experimentados los manejaron, como si fueran Senna y Prost.
Durante la visita al set de Senna de la que participó LA NACION junto con otros medios internacionales, el equipo creativo y técnico mostró con orgullo la magnitud de la producción detrás de la miniserie brasileña, que cuenta la historia del recordado campeón de Fórmula 1.
“Son seis episodios, 140 días de filmación, tenemos la unidad principal con 300 personas en el equipo -enumera Caio Gullane, productor ejecutivo de la serie, junto con su hermano Fabiano, al dirigirse a la prensa visitante-. Filmamos muchas secuencias de carreras de verdad, filmando en las pistas. Tenemos otro equipo especial de performance para eso, con 150 personas, y aquí en la pista de carreras que ustedes están visitando hoy, además de nuestro equipo de 300 personas, normalmente almuerzan entre 600 y 700 personas. Entonces este es un número que muestra el tamaño de la producción. Contamos con un elenco de 52 personajes. Podemos decir que el elenco está compuesto por actores y actrices de Brasil, Inglaterra, Alemania, Portugal, Bélgica, Francia, Argentina y Uruguay, por lo que también se pueden imaginar el tamaño de este elenco que tenemos en la serie. El propio guión pedía este elenco internacional, ya que la historia de Senna pasa por estos países y es muy internacional. Otro dato que muestra el tamaño de nuestra serie es que tenemos alrededor de 15 mil extras, porque a pesar de utilizar muchos efectos especiales, tenemos muchas cosas reales. Es importante decir que hemos estado filmando todo este tiempo, casi seis meses de rodaje, entre Argentina, Uruguay, Brasil y una parte en Inglaterra, que es una parte más pequeña, pero estamos usando estos cuatro países para reproducir todos estos ambientes. Vale la pena recordar que se trata de una serie de época, lo que dificulta su realización pero también produce un placer especial al presentar estos lugares, este estilo de vida, que nos esforzamos en reproducir. Creo que les da una pequeña idea del tamaño de la producción”.
Para contar la historia de Senna, desde la primera vuelta que dio en el karting fabricado por su padre y sus comienzos en la Fórmula Ford, hasta su trágica muerte en la pista de Imola, en 1994, no solo era necesario encontrar a los actores indicados para interpretar a personas de la vida real, sino también tener un equipo creativo capaz de diseñar y construir la materialidad de ese universo de la Fórmula 1, de hace más de 30 años.
Uno de los factores clave en esa construcción es el vestuario, foco de la primera parada en el tour por el set de la miniserie. El enorme salón reservado para el departamento de vestuario está repleto de percheros, separados en sectores, según alojen las prendas de la Fórmula 1 o la ropa de “civil” de los protagonistas y los extras. Otra zona está copada por buena parte de la colección de 318 cascos de distintos colores, que se fabricaron especialmente para la serie.
El diseño y confección del vestuario de Senna llevó un año completo de trabajo, según cuentan las diseñadoras Cristina Kangussu y Luiza Fardín: “Empezamos a investigar y cuando llegamos acá, a la Argentina. Contratamos equipos solo para la investigación -explica-. Fue un desafío enorme porque nos comprometimos a reproducir estos uniformes exactamente como eran y en material ignífugo también, porque las personas que conducen tienen que usar todo ignífugo: zapatillas, guantes, mono, todo. Fue un gran desafío para nosotros encontrar estos fabricantes y transmitirles esta investigación. No encontramos todas las imágenes de todos los equipos, hay muchos equipos y cada año los uniformes cambiaban de diseño y patrocinadores. No sólo los uniformes de los pilotos, sino todos los equipos, los mecánicos, los ingenieros, toda esa gente alrededor. Así que tuvimos que hacerlo con todos los equipos… McLaren, William, Lotus y todos los demás que ni siquiera conocíamos. Pasamos más de tres meses solo en la investigación, luego hicimos los dibujos técnicos, se los enviamos a los responsables de los monos, a los de los cascos, a los de los guantes, a los de las botas. Fue un gran desafío terminar esto a tiempo para comenzar a filmar, pero todo salió bien”.
Para poder replicar la vestimenta y los cascos de las distintas escuderías tuvieron que conseguir autorizaciones de los sponsors que aparecían en ellos en la época. Los proveedores que utilizaron para hacer todo desde cero, son especialistas en automovilismo y las prendas se confeccionaron en talleres de Brasil y de la Argentina, en la provincia de Córdoba.
Por otro lado, las diseñadoras también tuvieron que hacer el trabajo con la ropa común de época para Senna y otros personajes de la serie, entre ellos Xuxa, que es parte de la historia, ya que fue novia del piloto.
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La figura de Senna tiene una carga afectiva para quienes trabajan en la serie, algo que es evidente cuando hablan de él. Muchos lo siguieron en su carrera y fueron testigos, a través de la transmisión televisiva, del terrible accidente que le costó la vida, que también está reconstruido en esta ficción. “Conocía mucho a Senna, obviamente como deportista, no tanto como hombre, pero durante la investigación creé una intimidad con él que no tenía -cuenta el showrunner y director Vicente Amorim, en un descanso del rodaje-. Pasé de ser fan a sentirme muy cerca de él. Necesito sentir a Senna presente a mi lado para poder escribir y dirigir esta serie. Creo que a través de la investigación, a través de todo lo que descubrí, a través de la relación que creamos la familia Senna y yo, todos los guionistas y los Gullanes (productores ejecutivos), que me preceden en este proyecto, con todo lo que hablamos, pasé de ser un fanático a cercano de Senna. Entonces, además de ser un trabajo muy técnico, deportivo, una aventura, también estamos contando, de alguna manera, un thriller íntimo cuando hablamos de Senna”.
Amorim codirigió los episodios con Julia Rezende, realizadora de la remake brasileña de Un novio para mi mujer, y ambos contaron con el trabajo de Rodrigo Monte como director en las escenas de carreras. Según las referencias cinematográficas que nombra la directora, el dúo apuntó alto en la representación de las carreras de Fórmula 1 en la pantalla.
“Sin duda, todas las películas de deportes de motor, Rush: pasión y gloria, Contra lo imposible -dice Rezende, señalando a los films de Ron Howard y James Mangold, respectivamente-. Todas las producciones que tenían referencias a la Fórmula 1 y al automovilismo en general eran referentes. Incluyendo técnicamente cómo vamos a filmar ciertas cosas. Hemos estado en una inmersión muy grande desde hace un año, todo el equipo, fotografía, dirección, post, viendo cómo hacemos esto, cómo filmar eso. Rodrigo Monte está dirigiendo escenas de performance con nosotros, así que creo que hay mucha profundidad en la realización técnica y, al mismo tiempo, fuimos a ver muchas películas biográficas, muchas películas de esa época también. Es una mezcla, en cada momento buscábamos referencias para un determinado tipo de cosas. Pensamos en Juegos de placer para esas fiestas glamorosas. La serie viaja por diferentes universos, desde la intimidad familiar, hasta estos momentos glamorosos y obviamente todo el universo de las pistas”.
La directora considera que Senna es una serie de época, pero con una perspectiva actual. Teniendo tanto material histórico sobre el que trabajar, según dice Rezende, buscaron la forma más original de acercarse al personaje. Se propusieron mostrar sus vulnerabilidades y los momentos en que se cuestiona ciertas cosas, así como también su dedicación y el carisma que lo transformó en un héroe.
Para eso contaron con la actuación de Gabriel Leone, quien fue aprobado por la familia Senna para interpretar al piloto brasileño y encabezar un elenco internacional, que incluye a la actriz Kaya Scodelario en el papel de una periodista, creado especialmente para la serie.
A pesar de que tenía tan solo un año cuando Senna murió, Leone dice que creció “como si él estuviese ahí, por mi familia y por el público brasileño en general”. Al actor siempre le gustó la Fórmula 1, según explica en un descanso de la filmación, aunque no tenía una relación tan cercana. Eso cambió cuando Michael Mann lo eligió para encarnar a Alfonso de Portago, otro piloto que murió en un accidente durante una carrera, en la película Ferrari. “Gracias a Ferrari entré a este mundo, comencé a estudiar, comencé a investigar, comencé a leer, comencé a conducir -dice Leone, sobre su inmersión en el universo de la Fórmula 1-. Tuve la oportunidad de ir al GP de Monza, que fue increíble. Incluso en McLaren, es decir, otra coincidencia en la vida, estar allí donde Ayrton fue tres veces campeón del mundo. Otro dato curioso es que una de las escenas que rodamos en Ferrari fue en Imola. Imola es hoy en día un santuario para Senna. Hay un hermoso parque alrededor donde hay una estatua de él, hay varias imágenes, fotos de él, graffitis de él. Fue una situación muy emotiva para mí estar en contacto en ese momento. Creo que eso fue todo, creo que fue una gran coincidencia, fue curioso, pero al mismo tiempo interesante ser esta puerta de entrada para mí al automovilismo. Y por supuesto, cuando comencé el proceso aquí me sumergí y profundicé en este otro lado, esta era de Senna y, por supuesto, su vida, todo este lado personal de él”.
Autos y pilotos reales para la ficción
Leone y Matt Mella, quien interpreta a la némesis de Senna, Alain Prost, tuvieron que prepararse para parecer pilotos reales en los momentos anteriores y posteriores a las carreras. Porque cuando los autos están en la pista, hay otros Senna y Prost, los hermanos Luciano y Matías Crespi, pilotos profesionales y parte del equipo que construyó los 21 autos que se usaron en el rodaje (se van cambiando detalles para representar distintos años y escuderías). Este grupo de trabajo estuvo liderado por su padre, el reconocido Tulio Crespi, quien fue piloto y comenzó a construir autos de competición, a nivel nacional e internacional, en 1963.
Paseando por los boxes del autódromo, reconvertidos ahora en los del circuito japonés de Suzuka para la filmación de algunas escenas, se pueden ver de cerca las réplicas y la sensación de estar frente a los vehículos reales es extraordinaria. Pero no se trata solo de una cuestión estética, porque estos autos salen verdaderamente a la pista y “corren” siguiendo las necesidades del guion (y de la verdadera historia).
Para conseguirlo, los Crespi usaron la amplia experiencia con la que cuentan y armaron un nuevo equipo para poder afrontar los desafíos tecnológicos que este proyecto demandaba.
“Empezamos por los modelos más simples, como la fórmula Ford, luego pasamos a los fórmulas Ford 2000 que eran similares a los Fórmula tres -cuenta Luciano Crespi, en un alto del rodaje, secundado por su padre Tulio, Rodrigo Monte y Javier Lambert, también del equipo de dobles de pilotos-. Empezamos de a poco y luego con la etapa de construcción de la Fórmula 1, donde ahí ya el trabajo de fotografías, de videos, todo ese estudio fue para tratar de unir y detectar cuáles son las diferencias entre modelos, porque eran tantos que necesitábamos abarcar todo al mismo tiempo. El equipo lo fue logrando y empezamos a sacar los primeros autos, donde vimos que encima funcionaban muy bien, tenían un nivel de seguridad importante y en performance de velocidad, para lo que buscábamos en filmaciones. Con todas las charlas con la gente de la producción y todos los profesionales fuimos entendiendo que necesitábamos una velocidad moderada. Entonces nos permitió avanzar con algunas ideas muy simples que, a su vez, juegan a favor para lo que es esta puesta en marcha, en un rodaje que es muy diferente a las competiciones, nada que ver. Creo que hicimos récord Guinness de largada, ¿no, Rodri? ¡Cuarenta largadas por día! Increíble. Creo que eso fue gracias a la simpleza que encontramos en el diseño, que es un poco el ADN de Tulio en este tipo de trabajos”.
Para Luciano Crespi, que era fan de Senna cuando era chico, y su hermano Matías, que seguía de cerca a Prost, que ambos fueran contratados para simular ser estos referentes del automovilismo, manejando los autos construidos por la fábrica familiar, es algo que no podría ni haber soñado, según él mismo explica.
El público que se hizo fanático de la Fórmula 1 en los últimos tiempos, con la serie documental Drive to Survive, también de Netflix, o incluso con el fenómeno en torno a Franco Colapinto, podrá apreciar en la miniserie la diferencia entre los autos de la época en la que corrió Senna y los de ahora. “La Fórmula 1 que nos tocó recrear particularmente es la que más me gustó -apunta Luciano Crespi-. Me quedo con un auto de época a un auto de hoy, si bien todo es hermoso, pero era realmente una máquina conducida por un hombre, una máquina mucho más manual, más añeja, diríamos. Hoy hacen locuras también los Fórmula 1 modernos, pero son otros valores tecnológicos, otra manualidad. Así que creo que nos tocó un desafío hermoso porque cada vez que entrábamos al taller y empezábamos a ver los autos, era un enamoramiento tras otro, porque veías un McLaren, veías un Ferrari y después veías cinco McLaren juntos y era un placer, así que sigue siendo un placer hoy estar rodando con todo esto”.
Todo el trabajo con los autos en pista, la dirección de arte, el vestuario y las actuaciones, se completa con un complejo proceso de efectos visuales. El director de VFX, Marcelo Siqueira lideró un equipo internacional que recurrió a la tecnología 3D y de captura de movimientos, entre otras, para poder afrontar desafíos tan diversos como completar el ambiente de los circuitos para que parezcan reales; lograr que los recorridos de los autos-réplica en las pistas se vean como carreras a toda velocidad; y, por supuesto, lograr realismo sin resignar seguridad en el retrato de los accidentes que se representan en la ficción, incluyendo el fatídico de Imola.
Aún antes de que esos efectos visuales den el último toque para completar la magia, el set ofrece una vistazo a esa realidad lejana en tiempo y espacio, que cobrará vida en la pantalla. Mientras el equipo prepara una escena que tiene lugar en Suzuka, los autos de Senna, Prost y otros esperan su momento de entrar en plano.
En un pasillo de la zona de boxes del Galvez, los hombres con el uniforme del equipo Williams descansan en unas sillas de plástico y los de Benneton hacen lo mismo, ubicados enfrente. A pesar de que todos son extras contratados para el rodaje y las cámaras no los están enfocando en este momento, no se mezclan. Tal como si esto fuera realmente Suzuka y ellos, personal de escuderías que compiten entre sí. Parece que la ilusión que genera el set es tan precisa, que no solo afecta a los visitantes ocasionales.