Caminar sobre el agua, conectar con el entorno natural y sentir que el horizonte es el límite. Todo eso mientras se fortalece el cuerpo, se mejora el equilibrio y se reduce el estrés. Algunos se refieren a la práctica como una meditación en movimiento; otros, como un surf más tranquilo. Lo cierto es que el Stand Up Paddle -también conocido como SUP, por su abreviación- vivió un notable incremento en popularidad en los últimos años.
Según datos publicados en Statista, en Estados Unidos, la disciplina muestra un crecimiento constante desde 2013 y, en 2023, alrededor de 4.13 millones de personas practicaron Stand Up Paddle. Su rápida aceptación se debe a su accesibilidad y versatilidad -puede realizarse en diversos entornos acuáticos por gente de distintas edades y niveles de habilidad- y a sus múltiples beneficios tanto a nivel físico como psicológico.
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Hay distintas versiones sobre el origen del Stand Up Paddle, aunque la mayoría coincide en que la técnica como se la conoce hoy surgió en las costas de Hawái en algún momento de la década del 1940, cuando John Ah Choi, un surfista local empezó a envejecer y recurrió al remo como un apoyo extra a la hora de agarrar olas parado. Según la historia, sus hijos lo imitaron e implementaron la práctica para monitorear sus clases de surf y sacarle fotos a sus alumnos.
“En Argentina, el Stand Up Paddle creció exponencialmente en la última década, tanto en la rama competitiva como en la recreativa. Especialmente después de la pandemia, se popularizaron las alternativas de deportes al aire libre que permiten la conexión con la naturaleza, y con uno mismo”, comenta Ayelen González Gallardo, instructora de SUP en We Paddle, una escuela ubicada sobre el río en Martínez, Buenos Aires.
La práctica de este deporte es posible en ríos, lagos, lagunas y en el mar, lo cual le permite tener más llegada que otras actividades acuáticas, como el surf, que requiere de ciertas condiciones climáticas y olas para poder llevarse a cabo. “Puede hacerse en cualquier espejo de agua y bajo múltiples condiciones: viento, sin viento, cuando el agua está movida y cuando está quieta. Eso lo destaca”, observa Claudio Ribas, instructor de SUP con más de 10 años de experiencia.
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Beneficios del SUP
El Stand Up Paddle es un deporte integral, porque combina el trabajo aeróbico con la resistencia. Además, al hacerse en el agua, tiene un gran impacto en la salud mental, disminuyendo el estrés y facilitando el estado de calma. “Mejora el equilibrio y la capacidad aeróbica, y trabaja mucho la zona core del cuerpo. Y todo en los llamados espacios azules y verdes, cuyos efectos a nivel psicológico se han demostrado en varios estudios”, señala Ramiro Heredia, médico clínico (M.N. 117882).
Entre los principales beneficios de la práctica, tanto Heredia como los instructores consultados destacan los siguientes:
- Mejora el equilibrio, la coordinación y la fuerza: Al mantener una posición sobre una superficie flotante, se fortalece toda la musculatura. Además, remar combina movimientos de brazos y torso, promoviendo la coordinación entre diferentes partes del cuerpo. “Se necesitan contracciones isométricas del tronco entero y glúteos para mantenerse en pie y hacer los movimientos necesarios”, explica Ribas.
- Activación del core: El SUP requiere el uso constante de los músculos del núcleo, incluidos el abdomen, la espalda baja y los oblicuos, que son esenciales para mantener la estabilidad en cualquier situación.
- Fortalecimiento del sistema cardiovascular: Al ser un trabajo aeróbico, mejora la salud del corazón. Remar incrementa la frecuencia cardíaca, fortaleciendo el músculo cardíaco y mejorando la circulación sanguínea.
- Sensación de bienestar y conexión: La actividad física en general estimula la liberación de endorfinas, neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar y felicidad. El SUP, en concreto, al requerir concentración y equilibrio, fomenta una conexión plena con la naturaleza y con uno mismo, observa Mercedes Conti Urabayen, psicóloga deportiva (M.N. 62814). Todo esto ayuda a mantener equilibrados los niveles de cortisol y a reducir el estrés, lo que a su vez mejora la calidad del sueño.
- Oxigenación cerebral: Como toda actividad al aire libre, al incrementar la cantidad de oxígeno en la sangre, se mejora la oxigenación cerebral, señala Conti Urabayen. Además, el contacto con el agua ayuda a regular la temperatura corporal, lo que mejora el rendimiento físico y el bienestar general.
- Combate afecciones psicológicas: “Está comprobado que la actividad física en contacto con la naturaleza tiene efectos positivos en personas que padecen ansiedad y depresión”, dice Conti Urabayen. “Por eso, se recomiendan cada vez más como apoyo en tratamientos psicoterapéuticos”.
Qué se necesita para hacerlo
No hay muchos requisitos para hacer Stand Up Paddle. “Es un deporte que todos pueden practicar, desde niños de cinco años hasta personas adultas mayores”, sostiene Ribas y agrega que, al ser de bajo impacto para las articulaciones, es ideal para todas las edades. “No hay condiciones físicas que impidan practicarlo. Todos pueden remar. La clave para mejorar está en la constancia”.
Coincide con él, Sol Barbero, instructora de SUP con residencia en Mar del Plata. “Es un deporte para el cual no necesitás mucho más que animarte, porque no es complicado, pero estás en el medio de un cuerpo de agua, cosa que a veces puede generar trabas emocionales”, dice. Tanto ella como Ribas comparten que muchas personas llegan a una clase con el objetivo de superar el miedo al agua.
En este sentido, ambos remarcan que el acompañamiento de un instructor es clave, tanto como para que los alumnos puedan evolucionar, como para evitar peligros típicos de la navegación, como las corrientes y si hay piedras en el fondo del cuerpo de agua, entre otras cuestiones.
“El agua es un medio totalmente distinto al que las personas se mueven en su habitualidad y entenderlo lleva su tiempo”, advierte Gonzáles Gallardo.
Los cursos para aprender los conocimientos básicos de la disciplina son de cuatro meses.
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En cuanto al equipamiento necesario, el SUP requiere los siguientes ítems:
- Tabla: Puede ser inflable o rígida y su tamaño es variable.
- Remo: Puede ser fijo o extensible y de distintos materiales, como plástico, aluminio, fibra de vidrio o de carbono. Esta última es la mejor opción, según los instructores, porque al ser ultraligera y rígida, garantiza el máximo rendimiento.
- Chaleco salvavidas: Para flotar en el caso de caer de la tabla.
- Indumentaria (opcional): La vestimenta para practicar el deporte está sujeta a las condiciones climáticas. En climas calurosos un traje de baño es suficiente, mientras que en invierno puede ser útil usar un traje de neoprene.
Por último, González Gallardo hace énfasis en que, al poder practicarse en distintos espejos de agua y con diversas condiciones climáticas, ninguna práctica de Stand Up Paddle es igual a la anterior, lo cual, a su vez, crea un espacio de evolución física y mental que no todas las disciplinas tienen. “El agua nos desafía, nos pone a prueba y nos conecta con nuestras fortalezas y debilidades más íntimas, y esa conexión nos empuja a superar y potenciar todo eso que tenemos dentro”.