El Producto Bruto Interno (PBI) representa el valor monetario total de los bienes y servicios finales producidos en una nación durante un periodo específico, generalmente un año o un trimestre. Esta métrica abarca la producción generada dentro de las fronteras del país, sin importar si los productores son nacionales o extranjeros. Al centrarse únicamente en bienes y servicios finales, el PBI evita la doble contabilización al excluir los bienes intermedios utilizados en la elaboración de otros productos.
El PBI se puede calcular mediante tres enfoques distintos: el de la producción, que suma el valor añadido en cada etapa del proceso productivo; el del gasto, que agrega el consumo de hogares y gobierno, la inversión y las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones); y el del ingreso, que totaliza las remuneraciones a los factores productivos, como salarios y beneficios. Es importante destacar que el Producto Bruto Interno es una variable de flujo, lo que significa que mide la actividad económica durante un periodo determinado, a diferencia de las variables de fondo, que reflejan acumulaciones en un momento específico.
¿Cuál es el país de Latinoamérica con el mayor PBI?
Brasil es la nación de América Latina con mayor PBI con USD 2.188,4 miles de millones en 2024, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). También el año pasado, la economía de este país latino registró un incremento del 3,4% en su Producto Interno Bruto, superando las expectativas de crecimiento establecidas previamente. Este desempeño se destacó como el más significativo desde el rebote postpandemia, aunque el último trimestre mostró una desaceleración debido a políticas monetarias restrictivas.
El crecimiento anual fue impulsado por fuertes inversiones y un consumo robusto de los hogares, resultado de los esfuerzos gubernamentales por aumentar el ingreso disponible. Sin embargo, el cuarto trimestre experimentó un incremento de solo el 0,2% en comparación con el trimestre anterior, por debajo de la previsión del 0,5%, indicando señales de enfriamiento económico.
Este aumento se produjo a pesar de las catástrofes ambientales que afectaron al país durante el año, lo que resalta la resiliencia de la economía brasileña. No obstante, la desaceleración en el último trimestre sugiere la necesidad de monitorear de cerca las políticas monetarias y su impacto en el crecimiento futuro.
Se espera que el crecimiento del PBI se desacelere al 2% en 2025, con una proyección gubernamental del 2,3%, influenciado por medidas agresivas para controlar la inflación, que cerró 2024 en 4,8%, superando el objetivo establecido. Desde septiembre, el banco central ha incrementado las tasas de interés en 275 puntos básicos hasta el 13,25%, con una subida adicional de 100 puntos básicos prevista, con el fin de moderar la inflación a través del control del consumo y la demanda.
Lista completa de países de Latinoamérica por PBI
México es el segundo país de Latinoamérica con el PBI más alto y Argentina el tercero. A continuación, el listado de todas las naciones latinas ordenadas según su Producto Bruto Interno en miles de millones de dólares.
- Brasil: 2.188,4
- México: 1.848,1
- Argentina: 604,4
- Colombia: 417,2
- Chile: 328,7
- Perú: 283,3
- República Dominicana: 126,2
- Ecuador: 121,4
- Guatemala: 112,4
- Venezuela: 106,3
- Costa Rica: 95,2
- Panamá: 87,4
- Uruguay: 82,5
- Bolivia: 48,2
- Paraguay: 44,9
- Honduras: 36,7
- El Salvador: 35,9
- Nicaragua: 19,4
Perú fue uno de los países de la región con mayor crecimiento porcentual en PBI
En 2024, Perú se posicionó como una de las economías con mayor crecimiento en América Latina, con un aumento del 3,3% superando las previsiones iniciales y consolidando su recuperación económica. Este desempeño positivo fue impulsado por la reactivación de sectores clave como la minería, la manufactura y la pesca, que experimentaron un notable dinamismo a lo largo del año. La estabilidad macroeconómica y la implementación de políticas que favorecieron la inversión también jugaron un papel fundamental en este crecimiento sostenido.
Uno de los motores de este crecimiento fue el sector manufacturero, que en julio de 2024 registró un incremento del 10,91%, impulsado por una mayor producción de bienes de consumo y exportación. A su vez, el sector minero y de hidrocarburos tuvo un crecimiento del 3,10% en el mismo mes, destacando el aumento en la extracción de minerales estratégicos como el molibdeno y la plata. Paralelamente, el sector pesquero mostró un desempeño sobresaliente, con un crecimiento del 17,6% en noviembre, gracias a una mayor captura de especies destinadas a la producción de harina y aceite de pescado, lo que fortaleció las exportaciones.
Con estos resultados, las proyecciones económicas para Perú en 2025 son optimistas. Se estima que el PBI crecerá un 4%, lo que convertiría al país en la segunda economía de más rápido crecimiento en la región, solo detrás de Argentina. Este pronóstico se basa en la estabilidad de la inflación y en el fortalecimiento continuo de sectores clave que han mostrado resiliencia y capacidad de expansión.
La recuperación de la economía argentina
La economía argentina atraviesa un proceso de recuperación tras un período de alta inflación y desaceleración productiva. Recientes ajustes en las políticas fiscales y monetarias han buscado estabilizar las cuentas públicas, reducir el déficit y atraer inversión. Uno de los principales factores que ha contribuido a la mejora económica es la contención de la inflación, que, si bien sigue siendo alta, ha mostrado signos de desaceleración gracias a la reducción del gasto público y una mayor disciplina en la emisión monetaria. Además, el sector exportador ha experimentado un repunte, impulsado por la agroindustria y el aumento de la demanda de productos argentinos en mercados internacionales.
Otro elemento clave en la recuperación ha sido la reestructuración del sistema financiero y la implementación de medidas que fomentan la confianza de los inversionistas. La apertura de nuevos acuerdos comerciales, la estabilidad en el tipo de cambio y el fortalecimiento de la actividad industrial han generado expectativas positivas para los próximos meses. Sin embargo, la recuperación sigue siendo frágil y depende de la capacidad del país para mantener un equilibrio entre crecimiento económico y control de la deuda. A medida que avanzan las reformas estructurales, se espera que el consumo interno y la generación de empleo también experimenten una reactivación gradual.