Por méritos propios, no va a ser fácil encontrarle un lugar en la historia a Nikola Jokic. Su destreza lo ubica en un sitio que no tiene punto de comparación con otro basquetbolista. Es en la actualidad el mejor jugador del mundo. En términos reales lo es desde hace cinco años, desde 2020, cuando ganó el primero de sus tres trofeos de jugador más valioso de la NBA. Hubo una interrupción en 2023, cuando le otorgaron el MVP a Joel Embiid, otro gran jugador, pero de una dimensión muy distinta. Hasta se puede decir que “los especialistas” a cargo de la elección aquella vez se lo dieron al camerunés de puro aburrimiento, para no votar siempre lo mismo, lo obvio. Quisieron hacer algo distinto y se equivocaron. Pero el mejor era Jokic. Como lo volvió a ser oficialmente el año pasado. Como lo sigue siendo ahora.

Si alguien es el mejor durante tanto tiempo, recordarlo a diario también puede ser tedioso. Pero no está mal hacerlo cada tanto, o cuando el formidable pivote serbio otorga razones magistrales, como en la madrugada de este sábado.

Nikola Jokic contra Mason Plumlee. en la victoria de Denver sobre Phoenix

En el partido que Denver le ganó a Phoenix por 149 a 141, hizo un triple doble (en terminología de especificidad basquetbolística, sumar al menos una decena en tres rubros estadísticos). Pero como Jokic es distinto a todos, hizo algo diferente: un triple “doble doble”. Puede sonar ridículo, pero fue así. Sumó al menos dos decenas en puntos (31), rebotes (21) y asistencias (22). Cientos de estrellas a lo largo de 75 años y en más de 100.000 partidos, jamás habían llegado tan lejos.

Todo lo logró en un partido emocionante en el que Kevin Durant empató el juego en 125 con un triple en la última pelota del partido. Jokic tuvo que trabajar tiempo extra para doblegar a otro gigante.

Un par de décadas atrás, hacer un triple doble era considerado algo muy difícil. No se veía todas las noches. Muy pocos jugadores combinaban todas las habilidades que les permitieran destacar llegar a 10 tantos, 10 rebotes y 10 asistencias (o tapas, o robos). Muy pocos reunían las condiciones para ser tan completos.

La noche inolvidable de Jokic

Hubo una excepción: Oscar Robertson. Un superdotado de 1,96m que era un alero natural, pero podía jugar de base. En los 60, en Cincinnati, dominó el juego como nadie antes lo había hecho. En la temporada 61/62 se convirtió en el primer jugador en promediar un triple doble. Terminó con 30,8 puntos, 12,5 rebotes y 11,4 asistencias.

Eran tiempos románticos y hacía unos años la competencia había decidido instalar un reloj que obligaba a los equipos a lanzar al aro a los 24 segundos, para acelerar el ritmo del juego y hacerlo más atractivo.

Después de Robertson pasaron 55 años para que alguien lo repitiera. Lo consiguió Russell Westbrook, un base de 1,93 metros. Lo logró tres veces en Oklahoma City (2017/10 y 19) y una vez en Washington (2021). Más allá de la proeza física para conseguir esos números, muchos de sus compañeros declararon más tarde que tenían la orden de sus entrenadores de “jugar para el triple doble de Westbrook”.

Russell Westbrook, único jugador en promediar triple dobles en cuatro temporadas, es ahora compañero de Jokic en Denver

Solía llegar a la decena en puntos y en asistencias, pero muchas veces le costaba hacerlo en rebotes. Sus compañeros trabajaban para hacer lo que en la NBA se conoce como “box out” (usar sus cuerpos para alejar a los rivales del aro, con el fin de impedir que carguen el rebote ofensivo). Así lograba Westbrook sumar los rebotes necesarios para garantizar su estadística. Muchos decían que era “prefabricada”. Y algo de eso podía observarse en los resultados. Los Thunders no fueron un equipo con posibilidades de conquistar títulos. Jugaban para el lucimiento de un jugador.

El básquet moderno

Aquello para lo que Westbrook fue asistido, Oscar Robertson lo hacía de manera natural. Y lo mismo pasa con Jokic. Nadie juega para que el serbio se luzca. Lo consigue todo por el curso normal de su accionar.

Es más, muchas veces hasta ha tratado con desdén el asunto de las estadísticas. En un partido en el que Denver ganaba muy fácil, su entrenador Michael Malone lo envió a descansar temprano. A él le faltaba una asistencia para llegar a la triple decena, pero no volvió a la cancha para conseguirlo. Más tarden en la conferencia de prensa, un periodista le advirtió el detalle, que se perdió la posibilidad de hacerlo aunque había tenido mucho tiempo. Jokic no dijo palabra alguna, contestó con un sarcasmo que sonó a declaración de principios: “Uuuuuhhhh”, lanzó como lamentándose por la oportunidad perdida. Otra muestra de la diferencia cultural con la que se entiende el juego en los Estados Unidos y en Europa.

Nikola Jokic podría ser el primer pivote en la historia en promediar un triple doble

Curiosamente hoy Westbrook juega en Denver, es compañero de Jokic. Pero ahora, a los 36 años, parece finalmente haber madurado. No juega para inflar sus números, sino que intenta ayudar al equipo. Y la razón es obvia: nunca fue campeón, quiere su anillo.

Vale una mención más sobre las razones por las que los “triple dobles” son más comunes y tiene que ver con la aceleración del juego. Las estadísticas avanzadas definen las estrategias hoy. Los equipos intentan tener más posesiones que sus rivales, ya que está probado estadísticamente que eso otorga ventajas. A mayor cantidad de posesiones por encuentro, todos los registros crecen.

De cualquier modo la hazaña de Jokic no tiene comparación. Tiene 30 años, mide 2,11m y juega de pivote. Nunca antes un hombre de su contextura y su posición en la cancha había tenido la lectura de juego, precisión de pase y dominio de las acciones como él. En este momento sus medias por partido son de 28,9 tantos, 12,9 rebotes y 10,6 asistencias. Podría, al cerrar la temporada, ser el tercer hombre en la historia en promediar la triple decena.

En 2024 Nikola Jokic fue elegido MVP por tercer año en su carrera; este año, podría volver a recibir el premio

El jugador con más triples dobles en la historia de la NBA es Westbrook, con 202; lo sigue Robertson, con 181. Y luego Jokic, con 159. Pero se lo puede poner desde otra manera, en comparación con los dos que son considerados los mejores jugadores de todos los tiempos: Michael Jordan lo consiguió apenas 28 veces; Magin Johnson, 138, y LeBron James, 120.

Porque Jokic es lento, parece desgarbado, no tiene una gran capacidad de salto ni hace volcadas llamativas. Tampoco se destaca demasiado en defensa (aunque no es malo). Todos saben que jamás será el jugador más espectacular. Y sin embargo, aunque parezca una herejía ahora mismo, tarde o temprano alguien deberá preguntarse si no es el mejor. Porque nadie fue ni es tan completo como él.

Los que lo tienen cerca lo disfrutan tanto que, aunque sea tímidamente, ya se animan a decirlo en voz baja, casi al pasar. Como su entrenador en los Nuggets, Michael Malone, que después de la genialidad de anoche se animó: “Ha habido grandes jugadores en esta liga, pero Nikola, en mi opinión, está en una clase para él solo”.

El resumen del partido