Las amistades, sin dudas, son una parte fundamental de la vida. Incluso, Según un estudio publicado en la National Library of Medicine, las buenas amistades reducen los riesgos de sufrir enfermedades físicas y mortales. Pero no todas las relaciones que cultivamos son beneficiosas para la salud mental. A veces, sin darnos cuenta, nos encontramos atrapados en dinámicas que nos desgastan emocionalmente, nos hacen dudar de nosotros mismos o nos generan ansiedad. El verdadero desafío en estos casos es identificar estos vínculos perjudiciales para dejarlos ir. Sin embargo, no siempre es fácil, ya que pueden disfrazarse de cariño, lealtad o preocupación.
Según el sitio web Healthline, los amigos tóxicos tienden a rebajar y hacer sentir mal constantemente a las otras personas. “Cuando un amigo te humilla y te hace sentir mal con frecuencia, ya sea que use tácticas negativas más sutiles o insultos directos, tu amistad probablemente no sea saludable”, señala el artículo. Asimismo, esta clase de relaciones poco saludables pueden detectarse a través de la ruptura constante de la confianza. “Los amigos tóxicos pueden parecer disfrutar difundiendo secretos, incluso cuando les pides que mantengan tus cosas personales en privado”, detallan los expertos.
Por otro lado, Adriana Ivette Villarreal Torres, psicóloga y profesora del Tecnológico de Monterrey, explicó en un artículo que una amistad sana no solo se preocupa por su propio bienestar, sino también por el de la otra persona. Por ello, cualquier falta de empatía o respeto recíproco es, sin dudas, una señal de que el vínculo no es sano. Asimismo, explicó que, muchas veces, se puede identificar a una amistad tóxica gracias a la falta de los siguientes elementos: intimidad, complicidad, compatibilidad con la forma o proyecto de vida del otro y la intención de crecer con el otro.
“Cuando nos encontramos en una amistad tóxica, el primer paso es identificar las conductas negativas que están teniendo con nosotros. El segundo paso, si no cambian, sería distanciarnos y finalmente apoyarnos en otras amistades”, comentó Torres. En este sentido, los expertos señalan que otra gran alerta en las amistades es el momento en que la relación pierde el equilibrio. Cuando una persona solo aparece si necesita algo y se victimiza en cada discusión, lo más probable es que estés ante un vínculo tóxico.
Para evitar cosechar amistades que, a la larga, se vuelven malas o poco reales, lo más importante es mostrarse auténtico desde el principio y manifestar cuáles son las actitudes que generan incomodidad. “La autenticidad no se trata de llegar con los demás y mostrar todo, pero sí de que lo que muestro soy”, comentó Torres. Para la experta, una forma de ser íntegro y vulnerable es entablar conversaciones con las personas sobre sus intereses y pasiones para ver si coinciden con los propios.
Como explican los especialistas, reconocer una amistad tóxica es un paso fundamental para proteger nuestro bienestar emocional y rodearnos de relaciones que realmente nos sumen. Si una amistad nos genera estrés, inseguridad o nos hace sentir constantemente culpables, es momento de evaluar si vale la pena mantenerla. Si identificamos dinámicas dañinas, lo mejor es conversar, establecer límites claros y, si es necesario, alejarse.