Militares ucranianos lanzan un dron de reconocimiento Leleka para sobrevolar las posiciones de las tropas rusas cerca de la ciudad de Pokrovsk, en la región de Donetsk. (REUTERS/Inna Varenytsia)

En el tercer año de la guerra en Ucrania, el sonido de los drones zumbando en el cielo se ha convertido en el nuevo estruendo de la muerte. Lo que comenzó como un conflicto dominado por la artillería pesada y los tanques ha evolucionado hacia una guerra de precisión letal, donde pequeños drones comerciales adaptados para el combate están causando estragos en las líneas del frente. Estos dispositivos, que cuestan apenas unos cientos de dólares, están redefiniendo la naturaleza misma de la guerra, según testimonios de soldados y expertos consultados por The New York Times.

“Me arrancó el brazo”, relató el sargento Taras, un comandante ucraniano de 31 años, tras ser alcanzado por un dron explosivo mientras estaba dentro de un vehículo blindado Bradley. El ataque, que también dejó al conductor del equipo sin un ojo, es un ejemplo escalofriante de cómo estos dispositivos están cambiando las reglas del juego.

“Los drones son otro tipo de pesadilla”, afirmó al diario estadounidense Bohdan, subcomandante de la Brigada de la Policía Nacional de Ucrania.

Según Roman Kostenko, presidente de la Comisión de Defensa e Inteligencia del Parlamento ucraniano, los drones son responsables de aproximadamente el 70% de todas las bajas en ambos bandos. En algunas batallas, esta cifra se eleva al 80%.

De la artillería a los drones: un cambio radical

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Cuando el presidente ruso Vladimir Putin lanzó la invasión de Ucrania en 2022, el mundo esperaba una guerra dominada por tanques, artillería pesada y combates urbanos. Sin embargo, la rápida adaptación de drones comerciales ha alterado este panorama. Estos dispositivos, equipados con explosivos y controlados a distancia, están causando más bajas y destruyendo más vehículos blindados que todas las armas tradicionales combinadas, según comandantes y funcionarios ucranianos.

“Puedes esconderte de la artillería”, explicó Bohdan. Mientras con los drones, resumió el NYT, “es como tener mil francotiradores en el cielo”.

La evolución de la guerra ha sido tan rápida que incluso los observadores más experimentados se han visto sorprendidos. “Esta guerra es una mezcla de la Primera Guerra Mundial y la Tercera Guerra Mundial”, dijo el almirante Pierre Vandier, comandante supremo aliado de la OTAN para la transformación. “Es un vistazo a una guerra futura”.

Producción masiva de drones

El uso de drones no solo está alterando la manera en que los soldados luchan, sino también las implicaciones geopolíticas del conflicto. La guerra ha dado un giro significativo en cuanto a las necesidades militares. Mientras que las grandes potencias, como Estados Unidos, han proporcionado tanques y aviones de combate sofisticados, estos sistemas han demostrado ser vulnerables a los ataques de drones. De los 31 tanques Abrams proporcionados a Ucrania en 2023, 19 han sido destruidos o inutilizados, muchos de ellos a manos de drones.

Militares de la 44ª Brigada Mecanizada Separada de las Fuerzas Armadas de Ucrania disparan un tanque Leopard 1A5 durante un entrenamiento, en la región de Zaporizhzhia (REUTERS/Stringer)

A pesar de esta pérdida de equipo convencional, los drones han ofrecido una alternativa más asequible y efectiva.

Así, Ucrania y Rusia han emprendido una carrera armamentística en la producción de drones. En 2024, Ucrania fabricó más de un millón de drones de visión en primera persona (FPV), mientras que Rusia afirma producir 4.000 al día.

Según ambos países, se espera que la producción aumente en 2025, con la meta de fabricar entre tres y cuatro millones de drones.

La proliferación de drones es tan impactante que, según el coronel Vadym Sukharevsky, comandante de la Fuerza de Aviones No Tripulados de Ucrania, el ejército ucraniano ahora sigue una estrategia militar de “robots primero”.

Sin embargo, los drones no pueden reemplazar por completo las armas convencionales. La artillería pesada y los sistemas de largo alcance siguen siendo esenciales para proteger tropas y atacar objetivos estratégicos, según los mandos ucranianos.

Innovación en el campo de batalla

La proliferación de drones ha impulsado una ola de innovación en ambos bandos. Ingenieros ucranianos han desarrollado drones con “saltos de frecuencia”, que cambian automáticamente de señal para evadir interferencias. También han creado drones autónomos guiados por inteligencia artificial, capaces de localizar y atacar objetivos sin necesidad de control remoto humano.

El piloto de dron Denys, de la 58ª Brigada Motorizada, vuela un dron sobre las posiciones enemigas desde un refugio cerca de la línea del frente en Donetsk (REUTERS/Thomas Peter)

Este tipo de innovación ha permitido que las fuerzas ucranianas realicen ataques más precisos, incluso contra misiles rusos, como los sistemas Buk SA-11 de misiles tierra-aire.

“Este se llama ‘Calor Blanco’”, dijo el capitán Viacheslav, comandante de la compañía de drones de ataque de la 68ª Brigada Separada Jaeger, mostrando un dron equipado con más de 10 kilogramos de explosivos. “Lo quema todo”.

Rusia, por su parte, ha desplegado drones conectados por cables de fibra óptica, que los hacen inmunes a las interferencias. Rusia también tiene una ventaja numérica, aunque Ucrania cuenta con más variedad en sus diseños, explicó el NYT citando a funcionarios ucranianos.

Guerra electrónica y contramedidas

A medida que la guerra de drones se intensifica, también lo hace la necesidad de contrarrestar las amenazas provenientes de estos aparatos.

Por un lado, la guerra de drones ha llevado a una intensificación de la guerra electrónica. Decenas de miles de inhibidores de señales han sido desplegados en las líneas del frente, saturando el espectro electromagnético y dificultando el control de los drones.

Un soldado de la 14ª Brigada de Asalto Chervona Kalyna de la Guardia Nacional Ucraniana transporta un vehículo aéreo no tripulado de reconocimiento Leleka. (REUTERS/Inna Varenytsia)

Los inhibidores han hecho que incluso los pilotos más experimentados tengan problemas para alcanzar sus objetivos, dijeron los soldados y comandantes ucranianos.

Ucrania también ha desarrollado métodos para derribar drones enemigos con otros drones armados, que ahora operan en “enjambres”. En los últimos meses, las fuerzas ucranianas han logrado destruir aviones no tripulados rusos utilizando drones más pequeños y rápidos.

Sin embargo, la guerra de drones no es una batalla únicamente tecnológica.

Las tácticas han evolucionado para adaptarse a un nuevo escenario. Los soldados ucranianos han cubierto sus tanques con redes o estructuras improvisadas de chapas metálicas y goma para protegerse de los ataques aéreos.

Los robots de combate, una forma más nueva de dron, también están desempeñando un papel importante, transportando municiones, esparciendo minas terrestres y ayudando en la evacuación de heridos.

Implicaciones globales

Los expertos coinciden en que la guerra de drones ha marcado el comienzo de una nueva era en la tecnología militar.

La guerra en Ucrania está sirviendo como un laboratorio para futuros conflictos. Tanto aliados occidentales como adversarios como Irán, Corea del Norte y China están observando de cerca las tácticas empleadas.

“Los avances son tan rápidos que todos tenemos que estar alerta”, dijo el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, durante el Foro Económico Mundial en Davos. “No solo los ucranianos van un paso por delante, sino que los rusos también se están adaptando”.

La OTAN ha inaugurado un centro de entrenamiento conjunto con soldados ucranianos para desarrollar nuevas estrategias de combate con inteligencia artificial y aprendizaje automático.

El almirante Vandier afirmó que era vital no sólo para la guerra actual, sino también para comprender cómo los cambios que se están produciendo en Ucrania pueden preparar a la OTAN para futuros conflictos.

“Una guerra es un proceso de aprendizaje”, dijo, “por lo que la OTAN necesita aprender de la guerra”.